Producir XXI, agosto 2023

Muy exitosa XVIII Reunión Plenaria de la CACF, Cámara Argentina de Contratistas Forrajeros

Pastoreo precoz de sorgo forrajeroFue en Rosario, los días 2 y 3 de agosto y mostró todo el potencial del sector y la permanente preocupación de la Cámara y de sus asociados por dar cada campaña más y mejores servicios.

La CACF está cumpliendo 20 años de vida y lo conmemoró con todo en su XVIII Reunión Plenaria en Rosario. La muy cuidada organización estuvo a cargo del equipo de la Cámara, encabezado por el Ing Fernando Opacak y la coordinación del evento la desempeñó el Ing Alejandro Sammartino, Director de Infortambo.

La Cámara es una asociación civil sin fines de lucro, constituida formalmente el 14 de noviembre de 2003. De sus principales propósitos destacamos algunos:

  • Agrupar a personas físicas y jurídicas que dedican parcial o totalmente su actividad al ensilado de forrajes y confección de forrajes conservados.
  • Propender a que los ensilados de forrajes lleguen a todos los sectores de la producción agropecuaria, dentro del marco de las normas de calidad que determine la Cámara.
  • Promocionar el beneficio de los ensilados, divulgando los provechos que de ellos se obtienen.
  • Estimular y cooperar en toda clase de investigaciones, ensayos, desarrollos de programas específicos que contemplen el uso del silo forrajero.

El Programa del encuentro incluyó muy interesantes charlas y presentaciones que estimularon a trabajar con creciente eficiencia. Hubo actividades para los empresarios ensiladores y también para personal operario, buscando crecer en su capacitación y compromiso con la calidad de trabajo y resultados finales del mismo que generen creciente satisfacción de los productores y administradores que recurren al servicio de un equipo de ensilado.

Se estima que la cantidad de nitrógeno aportado a campo por una leguminosa (como soja o alfalfa) puede alcanzar 300 kg/ha y por año, evitando o disminuyendo así la fertilización química nitrogenada. Además, la práctica de inoculación impacta en los cultivos con incrementos de rendimiento promedio del 10% (250 kg/ha). Así, nadie puede discutir que la biofertilización es una forma de inoculación y que si bien, no hay aportes de nutrientes, la planta los obtiene porque la bacteria los biodispone para ella. Pero la inoculación va más allá de las leguminosas por lo que la pregunta ahora es: ¿Qué tipo de tecnología tenemos disponible para otro tipo de cultivo?

Azospirillum sp. es uno de los géneros de rizobacterias promotoras del crecimiento vegetal más estudiados en todo el mundo y uno de los más utilizados en Argentina para la formulación de inoculantes para el tratamiento de no-leguminosas como trigo, sorgo, maíz, verdeos de invierno o verano y en los últimos años leguminosas en co-inoculación con rizobios.

Azospirillum mejora el crecimiento y desarrollo vegetal ya que promueve su crecimiento. Si bien el primer propuesto fue la fijación biológica, no simbiótica, de nitrógeno, este proceso tuvo menos significancia agronómica que la esperada y por ello se propusieron y estudiaron mecanismos alternativos, como la producción de hormonas vegetales: moléculas con capacidad de modificar la forma y funcionalidad de toda la planta pero que, en el caso particular de Azospirillum, actúan en la raíz provocando una mayor captación de agua y nutrientes.

La inoculación con Azospirillum puede generar un ahorro de hasta 15 dólares/ha y evita la emisión de más de 200 kg de CO2 por hectárea, con un impacto económico global de 1200 millones de dólares por año. Entre 2021-2022 un total de más de 18 millones de dosis de productos a base de Azospirillum fueron comercializados en América del Sur (Brasil y Argentina) para el tratamiento de cultivos como maíz, soja, trigo, sorgo, girasol, especies forrajeras, hortícolas y frutales.

Vale recordar que, después de más de 40 años de ser un protagonista clave en agricultura, Azospirillum brasilense Az39, la cepa más utilizada en la Argentina para la formulación de inoculantes para no-leguminosas, sacó su DNI en nuestro país y ahora se llama Azospirillum argentinense Az39. El trabajo está publicado en International Journal of Systematic and Evolutionary Microbiology.

Además, el aumento de rendimiento debido a este tipo de inoculación se estima en 10% (dependiendo del tipo de cultivo) y su frecuencia de éxito se aproxima a 80%, por lo que no existen diferencias significativas a lo que ocurre en el caso de los rizobios.

Así, sin lugar a dudas, podemos considerar esta tecnología como una práctica consolidada, sustentable y sobre todo, rentable para nuestra agricultura.