Producir XXI, febrero 2022

Respuesta del rodeo lechero a dos estrategias de asignación del alimento balanceado: dosis fija vs. dosis variable

Gustavo Bretschneider

bretschneider.g@inta.gob.ar

Eloy Salado y Darío Arias INTA, EEA Rafaela

Las tecnologías que permiten suministrar suplementación diferenciada en el ordeño, dando más a las vacas que más merecen, simplifican el trabajo por no tener que dividir en varios rodeos y dan respuesta económica positiva.

Contexto fisiológico

A partir del parto, la producción de leche se incrementa rápidamente hasta alcanzar el pico, nivel más alto de producción. Seguidamente, el rendimiento productivo desciende gradualmente hasta llegar al final de la lactancia. Previo a alcanzar el pico de producción e inmediatamente después, la vaca pasa por período de balance energético negativo debido a que sus requerimientos energéticos superan la energía consumida. Para contrarrestar la deficiencia energética generada por la depresión del consumo que normalmente ocurre al comienzo de la lactancia, la vaca moviliza reservas corporales en un intento de responder a su potencial genético para producción.

Para mejorar la eficiencia en el uso del balanceado, como también de otros componentes de la dieta, ha sido históricamente sugerido agrupar y alimentar a las vacas acorde a la etapa de lactancia en curso o al nivel de producción. En otras palabras, alimentar a las vacas por grupo según sus requerimientos nutricionales, en vez de alimentarlas como parte de un rodeo único y uniforme, ha sido desde siempre una herramienta de manejo recomendada.

Sin embargo, en la práctica, la deficiencia en las instalaciones, la ausencia de registros productivos actualizados y/o, sencillamente, la demanda horaria debida a otras tareas rutinarias de la actividad lechera ha limitado la implementación de la división del rodeo como estrategia de manejo. Por otro lado, es importante remarcar que el agrupamiento de vacas puede generar interacciones sociales que impactan negativamente sobre el consumo diario de alimento y, consecuentemente, sobre la producción, la salud y el bienestar animal.

En la actualidad, el avance de la tecnología ha ayudado a minimizar las limitantes asociadas a la implementación de la división del rodeo. Hoy en día, la lechería cuenta con sistemas computarizados capaces de identificar y alimentar a cada vaca del rodeo. A modo de ejemplo, en la sala de ordeño, y una vez acomodada en el brete, cada vaca es identificada mediante un transponder colocado alrededor del cuello o en una caravana, e inmediatamente después, se le asigna automáticamente la cantidad de balanceado programada por el operario. De esta manera, y sin necesidad de dividir el rodeo, cada vaca puede ser suplementada diariamente, acorde a sus necesidades nutricionales, con una cantidad determinada de balanceado. Por otro lado, este equipo también registra diariamente la producción individual de leche, lo cual permite conocer, en tiempo real, la respuesta de la vaca a la dieta.

Tecnología de precisión para la alimentación a campo
En un trabajo a campo, mediante un sistema computarizado de alimentación, evaluamos en primavera dos estrategias de asignación de balanceado (dosis fija vs. dosis variable). Para la asignación a dosis variable, las vacas fueron suplementadas con cantidades diferentes de balanceado según la etapa de lactancia en la cual se encontraban al momento del ensayo. En este sentido, las dosis de balanceado asignadas a los grupos de lactancia temprana, media y tardía fueron como sigue: 10, 5,0 y 1,5 Kg MS (materia seca)/vaca/día, respectivamente. Para la asignación a dosis fija, las vacas cursando diferentes etapas de lactancia se manejaron

como un único rodeo. En otras palabras, las mismas recibieron, independientemente de sus requerimientos nutricionales, la misma cantidad de balanceado (5,5 kg MS/vaca/día). Importante: para ambas estrategias de asignación de balanceado, la dosis diaria promedio por vaca fue la misma (5,5 kg MS). El balanceado fue suministrado en la sala de ordeño. Cada dosis de balanceado fue entregada en dos partes iguales, una por ordeño.

El resto de la alimentación
Manejadas y alimentadas en conjunto, todas las vacas pastorearon por franjas diarias una pastura predominantemente de alfalfa. La oferta de pastura fue restringida a 13 kg MS/vaca/día. Además, todas las vacas fueron suplementadas con silaje de maíz (oferta: 9 Kg MS/vaca/día), el cual fue suministrado diariamente en comederos de madera móviles localizados en el callejón del lote de pastoreo. La respuesta productiva se presenta en la Figura 1.

Las vacas de ambos rodeos experimentales, definidos a partir de la estrategia de asignación del balanceado, se manejaron y alimentaron en conjunto como un único rodeo. Analizando la Figura 1. En comparación al grupo de lactancia temprana del rodeo suplementado con balanceado a dosis fija, la contraparte suplementada con balanceado a dosis variable incrementó la producción de leche en un 14,6% (27,79 vs. 31,85 kg/día). Sin embargo, la mayor dosis individual de balanceado (10 vs. 5,5 Kg MS/d) no logró reducir la pérdida de peso, ni mejorar la condición corporal (dato no mostrado). Cabe destacar que la eficiencia de conversión del suplemento adicional para el grupo dosis variable resultó 0,9 kg leche/kg MS balanceado, cercana a lo informado en la bibliografía para vacas en el primer tercio de lactancia. Para las otras etapas de lactancia, la estrategia de asignación del balanceado no modificó el rendimiento lechero. El grupo de vacas de lactancia tardía suplementadas con dosis fija de balanceado (5,5 kg MS/d) ganó peso corporal (+ 0,160 kg/día) mientras que la contraparte del rodeo asignado a dosis variable (1,5 kg MS/día) mantuvo una pérdida mínima de peso (- 0,08 kg/d). En contraste, la estrategia de asignación de balanceado no modificó la condición corporal.