Producir XXI, enero 2023

Cómo evitar la deficiencia de fibra en condiciones de sequía

Méd. Vet. Pablo Roskopf MSc.

Dr. Ing. Zoot. Eloy Salado EEA

INTA Rafaela

La fibra de los forrajes es un nutriente básico e irremplazable en las dietas de las vacas lecheras. Una mala provisión, ausencia o déficit de fibra se manifiesta con la aparición de varios trastornos metabólicos.

Generalmente, la acidosis ruminal está asociada a una inadecuada provisión de fibra en las dietas. Alrededor del 20% de las vacas de alta producción en inicio de lactancia sufre algún cuadro de acidosis ruminal subclínica, debido a la falta de amortiguación del pH ruminal por deficiencia de fibra y alta participación de concentrados en las dietas. Particularmente en esta enfermedad, los signos clínicos son muy variables y pueden incluir disminución de la producción de leche, fallas reproductivas, falta de apetito, diarrea intermitente, pérdida de condición corporal, alteración de la motilidad del rumen, problemas podales, entre otros.

En el contexto actual de sequía extrema, donde la mayoría de los productores está atravesando o atravesará un déficit en la disponibilidad de forraje, resulta imperioso formular dietas que cubran los requerimientos nutricionales y aseguren una adecuada salud ruminal, no sólo por cuestiones económicas, sino también por razones de bienestar animal. En este sentido, conocer fuentes alternativas de fibra con características nutricionales que permitan reemplazar la clásica fibra del heno en las dietas de nuestras vacas, es fundamental.

La fibra como nutriente

Químicamente, la fibra está compuesta por celulosa, hemicelulosa y algunos compuestos no digestibles como lignina y sílice, lo que se conoce como Fibra Detergente Neutro (FDN). En el rumen, la fermentación de la celulosa y hemicelulosa genera ácidos grasos volátiles que son absorbidos y utilizados como fuente energética por el animal; además, el ácido acético que se genera en grandes proporciones cuando se suministran dietas fibrosas es el precursor primario de la grasa butirosa de la leche.

Existe un concepto relacionado con la FDN que se denomina “fibra efectiva”. Es la que garantiza un medio ruminal apto para que los microorganismos puedan fermentar y digerir los diferentes compuestos que van ingresando.

La fibra efectiva posee una acción netamente mecánica que estimula la masticación y la rumia y los movimientos del rumen, acorde con la salud y producción de los animales. Estos efectos sobre el ambiente ruminal afectan directamente la producción y el contenido de grasa butirosa de la leche.

Fuentes alternativas de fibra

En el Cuadro 1 se presenta información sobre el valor relativo de distintos alimentos alternativos como fuente de fibra efectiva, con la finalidad de calcular los valores de reemplazo de un silaje de maíz típico.

Como podemos observar en el Cuadro, 1 kg de MS de semilla de algodón equivale a 1,370 kg de MS de silaje de maíz, considerando la efectividad de su fibra.

Con respecto a los residuos de industrialización de las semillas, es importante diferenciar cascarillas de cáscaras. Las cascarillas tienen una digestibilidad mayor a 75% y poseen una FDN de alta degradabilidad ruminal (más de 80%) por lo que pueden ser empleadas como fuente de fibra digestible y reducir el impacto de la acidez en dietas con alto grano. Se pueden incorporar en la dieta a razón del 20-30% de la MS total, reemplazando una parte de los ingredientes energéticos. Las cáscaras, en cambio, son en general de un valor nutricional muy bajo. Por lo tanto, se pueden utilizar como fuente de fibra efectiva, pero en cantidades controladas (no más del 10% de la MS total).

Por último, es importante remarcar que al incorporar alguno de estos alimentos en la ración, hay que considerar también el contenido de los otros nutrientes (por ej., energía y proteína) para lograr una dieta bien balanceada.

Consulte a sus asesores agrónomo y veterinario de confianza, y discuta las decisiones con su equipo de trabajo.