Producir XXI, agosto 2022

El impacto productivo y económico del estrés calórico en el rodeo lechero

Ing Miguel Taverna,

INTA

taverna.miguel@inta.gob.ar

Se pierden en el país muchos millones de dólares por año a causa del estrés calórico en los tambos, pero hay soluciones. Depende de cada productor utilizarlas.

El rodeo lechero nacional está expuesto, gran parte del año, a condiciones ambientales caracterizadas por elevadas temperaturas y humedad relativa (Figura 1), provocando estrés calórico (medido por el valor de ITH) y pérdidas económicas importantes, estimadas en 80-100 millones de dólares/año (solo como reducción producción de leche).

Esta situación se ve agravada por la insuficiente infraestructura existente en los tambos y escasa adopción de buenas prácticas de manejo.

La vaca lechera debe mantener su temperatura corporal dentro de un intervalo muy acotado (38,6 ± 1,2 ºC). Esta condición (homeotermia) es esencial para que el conjunto de funciones fisiológicas y reacciones metabólicas se desarrollen en forma óptima. El animal dispone de mecanismos de adaptación sensibles para mantener el equilibrio térmico, unos son fisiológicos y otros por su comportamiento: 

Fisiológicos

  • Aumento del ritmo respiratorio.
  • Aumento de la sudoración
  • Aumento de la temperatura corporal
  • Aumento considerable del consumo de agua
  • Disminución del consumo de alimentos
  • Menor rendimiento y menor eficiencia productiva.
  • Mayor cantidad de problemas podales (más tiempo parados y mayor acidosis ruminal)
  • Reducción tasa de formación de linfocitos y leucocitos, supone una pérdida de la capacidad inmunológica y en consecuencia, un debilitamiento de la salud.

Etológicos (de comportamiento de los animales).

  • Desplazamiento hacia zonas más frescas o de vientos dominantes.
  • Búsqueda de sombra.
  • Adopción de posturas de extensión (paradas o tumbadas).
  • Búsqueda de contacto con superficies o suelo más frío.
  • Mayor dispersión de los animales.
  • Auto-humedecimiento de la superficie corporal.

Los sensores muestran lo real

Existen sensores que permiten monitorear algunos de estos indicadores. En la Figura 2 se muestra como una frecuencia de jadeo elevada se asocia a una reducción del consumo y del movimiento ruminal (parte izquierda) y como la aplicación de un sistema de refrescado (mojado y ventilación forzada) permite revertir la situación (parte derecha).

Para mejorar las condiciones de bienestar de los animales debemos adoptar un conjunto de buenas prácticas complementarias, las cuales podemos agrupar en:

  • Las que disminuyen las “ganancias” de calor del animal
  • Las que favorecen las pérdidas de calor del animal

Para disminuir las “ganancias” de calor del animal

Reducir la transmisión de calor hacia el animal.

  • Proporcionando sombras bien diseñadas. Esto es de aplicación para corral de espera (1,50 m2/animal) como para sombras en corrales (5-6 m2/vaca para sombra y espacio social).
  • Orientar adecuadamente las instalaciones fijas/estables como tinglados para limitar la incidencia de la radiación solar directa (este-oeste). Generar corrientes de aire laterales y por efecto chimenea.
  • Evitar colocar sombras o construcciones cerca de obstáculos que limiten el movimiento de aire.
  • Aislar térmicamente techos para evitar radiación indirecta.
  • Disponer de sombra natural. Alternativa difícil de implementar y sostener cuando los rodeos son grandes.
  • Manejo: horarios de ordeño, pastoreo nocturno y encierre diario. Evitar caminatas innecesarias.

Reducir la producción de calor metabólico

Podemos lograrlo a través de la formulación de dietas más concentradas en nutrientes. Aplica el concepto de “dieta fría” para una ración que limite la cantidad de calor generado durante el proceso fermentativo y metabólico, siendo sus principales características:

  • Alta densidad energética
  • Fibra con mayor digestibilidad.
  • Fibra efectiva que favorezca la masticación, rumia, insalivación
  • Menor degradabilidad ruminal de las proteínas
  • Mayor contenido de nutrientes by-pass
  • Ajuste en concentración mineral.

Para aumentar las pérdidas de calor

Utilizar la capacidad del agua para absorber calor (600 cal/gr de agua) cuando cambia de un estado líquido a gaseoso. Este proceso depende de dos factores condicionantes:

A) De la humedad del aire: cuanto menor sea la humedad, mayor será la cantidad que podrá absorber, más cantidad podrá evaporar y más se reducirá la temperatura del animal o del aire.

B) De la velocidad del aire: en la medida que podamos remover la mayor cantidad de aire del entorno del animal, mayor será la cantidad de calor que podamos transferir del animal al aire. La renovación de aire también implica aporte de oxígeno y evacuación de aire contaminado. Por estos motivos, lograremos sistemas más eficientes.

Refrigeración evaporativa directa.

El objetivo de estos sistemas es mojar directamente la piel del animal. Las gotas deben ser los suficientemente gruesas para llegar al lomo.

Los sistemas más difundidos a nivel mundial y en nuestro país, son los que se utilizan en corral de espera y sobre la línea de comederos con picos de alto volumen, baja presión y gota gruesa. Para aumentar la evaporación, este mojado de los animales se combina con una ventilación forzada generada por ventiladores de tipo axial.

Normalmente se intercalan ciclos de mojado con ciclos de ventilación, los cuales deben ajustarse en función de la temperatura, evitando además que parte del agua llegue el piso, lo cual se transforma en una ineficiencia de uso.