Producir XXI, diciembre 2022

¿Sabe usted cuánto le cuesta producir cada vaquillona preñada?

Ing. Agr. Félix Fares

felixfares57@yahoo.com.ar

El costo de cada vaquillona de producción propia es poco más que el 50% del precio de mercado de las vaquillonas a parir. Si el tambo utiliza semen sexado tendrá un buen excedente y le cambian los números del tambo.

Analizar el negocio, de eso se trata

Es la categoría de mayor valor que tiene cualquier tambo cuando está preñada, y que aumenta aún más si está preñada con semen sexado, y con fecha próxima de parición. Es decir que a corto plazo comenzará a generar ingresos, con lo cual comenzará a “pagarse” seguramente en una sola lactancia, dato no menos importante para el comprador cuando se trata de una vaquillona negociada en el mercado. Ese mercado está en permanente actividad, más aún cuando se presenta en una época de bonanza para el tambo, asociado generalmente a buenos precios de la leche.

Los montos negociados no son para nada despreciables, y representan un ingreso importante para el tambo que las vende, en algunos casos por tener excedente de lo que necesita para la reposición (que es el mejor de los casos), mientras que en otros se trata de una estrategia financiera para hacer “caja” en momentos complicados.

El tema es que, como todo bien, tiene una gama de precios en el mercado, dependiendo de varias características: por un lado, los atributos físicos, es decir desde la raza, su genética, provenir de un campo libre de brucelosis y tuberculosis. Y en la parte económica la forma de pago, si será por ejemplo en sucesivas cuotas, partiendo de un valor inicial equivalente a determinada cantidad de litros de leche, que luego va determinando el valor de cada cuota. De modo que en general se conoce la gama de precios que puede tener en determinado momento una vaquillona preñada.

Pero todavía falta conocer algo…

Como en todo negocio, para conocer el resultado del mismo es imprescindible conocer dos parámetros: por un lado, el precio de venta, pero además el costo de “producción” porque es la única forma de saber cuál es el margen obtenido por cada “unidad” vendida.

Se agrega además el hecho de que poder conocer el costo de producir una vaquillona preñada es de gran utilidad para compararlo con el precio de mercado, de modo de poder llegar a saber si vale la pena seguir produciendo vaquillonas o en realidad es mejor negocio comprarlas directamente a otros. Porque no es una idea descabellada sino que se ha planteado en las empresas en más de una oportunidad, sobre todo cuando la recría se lleva a cabo en encierre, con los mayores gastos y especialmente de alimentación, que ese sistema requiere.

¿Es tan complicado?

Y no lo es. Los pasos son; calcular el costo de criar esa ternera, es decir los gastos de guachera, que no son tantos: personal, alimentación, sanidad y la conservación de instalaciones. Ese primer dato es muy interesante porque nos permite tener un primer parámetro: el costo de la crianza, por ejemplo, para compararlo con el de otras empresas y el de otros ejercicios de la misma empresa.

En el caso de tratarse de una guachera mixta, en la cual se crían además los machos, nos permite conocer la primera etapa de cuánto cuesta criar un macho, para luego completar el panorama con el dato de su recría, y conocer si la actividad de recriar machos es de resultado positivo o negativo.

Más que en la crianza, donde puede haber mayores diferencias es en la etapa siguiente, la de la recría, ya que hay un amplio abanico de sistemas: desde los más pastoriles, que serían los de menores costos, pasando por los que tienen diferentes grados de suplementación, hasta llegar a aquellos sistemas total encerrados, que son los de mayor costo.

A modo de ejemplo, presentamos en el cuadro adjunto el cálculo llevado a cabo en “Las Overas” (datos reales, pero con nombre de fantasía). No pretende ser un dato de referencia único sino simplemente el valor calculado en ese tambo, con su sistema de recría dentro de todo el abanico de sistemas que coexisten. Está expresado en litros de leche, de modo de no perder vigencia, y poder ser comparado con otros períodos.