Una mirada tranqueras adentro…

Ing. Agr. Félix Fares

felixfares57@yahoo.com.ar

Cel: 2392 15 566829

¿Y para qué?
Si alguien preguntara acerca de la intención de estas líneas, quizás la respuesta sería: que esto quede entre nosotros, usted productor y quien escribe. Olvídese si alguien de los otros eslabones de la cadena (léase grandes usinas, pymes lácteas, supermercadismo, Estado y otros actores) vayan a leerlo. Haga de cuenta que es un mano a mano.
Y lo que le quiero comentar no pretende imponer nada ni convencerlo de recetas infalibles, sino simplemente funcionar como un “disparador”, como para activar procesos que puedan aportar soluciones, nuevas miradas, replanteos. En resumen, salir de la inercia que a veces se instala en las empresas, y poner todo sobre la mesa para revisar lo que haya que revisar.

Un clásico del reclamo lechero es el tema del precio, motivo de reclamo prácticamente permanente, en mayor o menor medida pero siempre en la palestra. Son por todos conocidos en este sentido los problemas de nuestra cadena láctea: señales que hacen pensar en cartelización, baja participación del precio que recibe el productor en el que finalmente debe pagar el consumidor en góndola, falencias en infraestructura de caminos, el fantasma de la importación de lácteos, por citar algunos.
Pero en este caso la propuesta, casi un desafío, es poner la mirada tranqueras adentro.

En ese sentido se suele discutir dónde están las ineficiencias en la cadena lechera: que en tal o cual eslabón.

Y ocurre que cuando se hace aunque sea la más mínima referencia a que puede parte de esa ineficiencia estar en la producción, genera un inmediato rechazo masivo, colectivo, con el argumento de que: “¡no nos vengan a hablar de ineficiencia a los productores cuando hay tantas que están presentes en el resto de los eslabones!”. Y quedan terminados cualquier otra mirada o comentario al respecto. ¿El resultado? Que nada cambie. Que cambie el otro, después veré yo que hago…

El peligro de generalizar
Como en todos los sectores, hay dentro del abanico de la producción una variada cantidad de situaciones: tambos de todos los tamaños y de diferentes sistemas de producción, y cada uno es un mundo.
La multiplicidad de organismos representando al sector productivo no ayuda para nada en la negociación colectiva con las empresas y el Estado. Este es un gran tema a resolver. Pero en este caso estamos poniendo el foco en otro lado: en cada una de todas las empresas, en lo que se suele denominar “tranqueras adentro”.

Y en este sentido, hay datos que no dejan de ser llamativos: uno de ellos es que pocos, muy pocos conocen en detalle cuál es el costo de producir SU leche. Porque no solamente están involucrados los costos directos, donde ya hay gran variación según el sistema considerado, sino que resta agregar aún los indirectos, con el resultado en muchos casos de ahondar aún más las diferencias en costos entre empresas (y hay estudios al respecto que lo confirman). Si bien hay algunas referencias a partir de datos de algunos organismos (INTA, por ejemplo), son generalizaciones, promedios de un gran abanico de situaciones.
De modo que si alguien pretende conocer la situación de su tambo a partir de modelos estandarizados de producción y de costos, sin tener la referencia propia, está “navegando” en aguas inciertas, con todo el peligro que ello supone. Alguien fuera del sector se preguntaría a esta altura: ¿será porque es muy engorroso poder calcular los costos de producir leche? Cuando en realidad no lo es,

La tarea a encarar
Una vez planteado lo anterior, viene entonces la tarea a encarar, que ni siquiera tiene que ser definitiva: la mirada tranqueras adentro. Nadie más que usted, y algún asesor que lo ayude si usted quiere, tiene por que enterarse de este análisis a fondo de su empresa.
Y como para alentar a los que lo ven como una tarea enorme, casi imposible (aunque quizás nunca hayan hecho la prueba), va un comentario más: ¿Y si se tratara solamente de una prueba piloto, de modo de ver los resultados, cuáles han sido los escollos de llegar a contar con la información necesaria para conocer en detalle la situación de costos y otros importantes parámetros económicos de ESA empresa, dejando de lado las generalizaciones
y los promedios?

De ese modo poder asomarse a las fortalezas pero también las debilidades de SU empresa. Luego cada uno verá cómo sigue su mirada “tranqueras adentro”.
Porque ponerse a la defensiva, negando de entrada que otros eslabones de la cadena lo tilden de falto de eficiencia nada cambiará, no lo ayudará, no ayudará a que su tambo tenga más y mejor futuro. Como si hablar de eso fuera ponerse en evidencia a la hora de negociar
el precio de su leche, la vedette de las variables.
En el sentido contrario, si reclamo que no me tilden de ineficiente, estoy queriendo decir que no me queda nada por mejorar en mi empresa, que soy todo lo eficiente que se puede ser en esta actividad. Y usted y yo sabemos que en realidad, las cosas están muy lejos de esa aseveración.

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