Producir XXI, noviembre 2020

Impacto del edema de ubre en el tambo

Dr. Eial Izak

Consultor en Mastitis y Calidad de Leche

eizak@fibertel.com.ar

El edema de ubre es un trastorno metabólico no infeccioso, presente en un alto porcentaje de animales. El tratamiento de elección es el uso de combinaciones de diuréticos y corticoides, para la eliminación de líquidos y un efecto antiinflamatorio.

Introducción

La Dra. Temple Grandin et al. de la Universidad de Colorado, EE.UU, famosa por ser una gran defensora del bienestar de las vacas, publicaron este año una revisión del edema de ubre en el Journal of Dairy Science. El 30 de junio de 2015 fue nombrada doctora honoris causa por la Universidad de Buenos Aires en reconocimiento a su papel destacado en la educación y la enseñanza. El bienestar de las vacas lecheras tiene un impacto directo en la producción y sanidad de las mismas. El edema de ubre es la acumulación de fluido linfático en el espacio intersticial de la glándula mamaria y los tejidos circundantes. El mismo no es el resultado de una condición infecciosa como la mastitis. Sin embargo, las vacas con edema de ubre exhiben un comportamiento negativo, similar a lo observado en la mastitis, tales como ubre y pezones sensibles al tacto y “zapateo” en la sala de ordeño. El edema de ubre tiene efectos negativos en la integridad estructural de la ubre y los pezones, incrementando el riesgo de mastitis, dermatitis de la ubre, ruptura del ligamento suspensorio medio, ubre descolgada y descarte prematuro. Ello afecta negativamente la productividad y longevidad de las vacas. Lo mencionado impacta en la sanidad y bienestar de las vacas y la rentabilidad del tambo. 

Entre los factores asociados al edema de ubre encontramos los siguientes: genéticos, nutrición, estrés oxidativo y cambios fisiológicos en las vaquillonas paridas.

Asociación entre edema de ubre e incidencia de trastornos de salud

Morrison et al. (2018), realizaron un estudio durante 1 año en 3 tambos comerciales (195 a 450 vacas en ordeño) de Canadá. Se utilizó un sistema de puntaje de 0 a 3 para clasificar el edema de ubre (ver figura 1). Se evaluaron 1.346 vacas. El 66% de las vacas tuvieron un edema de ubre con un puntaje ≥2 al menos una vez. Se observó una asociación entre la parición y edema de ubre: el 86% de las vaquillonas tuvieron edema de ubre, un 56% en la segunda parición y un 59% en la tercera parición. La prevalencia de cetosis subclínica a la segunda semana post-parto fue un 83% superior para las vacas con edema de ubre vs. las vacas sin edema de ubre (11% vs. 6%, respectivamente). La incidencia de mastitis clínica hasta 30 días en leche se incrementó en un 136% en las vacas con edema de ubre, comparadas con las vacas sin edema de ubre (5,2% vs. 2,2%). La asociación entre edema de ubre y mastitis se debe a la dificultad para ordeñar estas vacas, mayor predisposición a lesiones de pezón y alteración del cierre del esfínter del pezón.

Santos et al. (2004), determinaron que la reducción del edema de ubre impactaba en la disminución del recuento individual de células somáticas. Waage et al. (2001), demostraron que el edema de ubre al parto estaba positivamente correlacionado con un incremento del riesgo de mastitis clínica, goteo de leche, sangre en la leche y dermatitis de la ubre.

Melendez et al. (2006), reportaron que la producción de leche al primer control fue de 3,6 kg menos en las vacas con edema de ubre.    

Prevención y tratamiento    

Compton et al. (2008), demostraron que las vaquillonas que eran ordeñadas antes de las 12 hs. pos-parto, comparadas con las ordeñadas a las 24 hs. post-parto redujeron en un 35% la probabilidad de edema de ubre y en un 45% de mastitis clínica.

Desde una perspectiva nutricional, el edema de ubre está vinculado al metabolismo mineral (Block et al., 2010). Se debe evitar el acceso ilimitado a cloruro de sodio en la gestación tardía debido a que ésta sal aumenta el riesgo de edema mamario (Goff et al., 2008), de igual forma

el exceso de potasio en la dieta puede incrementar la incidencia y agravar el grado de edema (Sanders et al., 1981).

Mueller et al. (1998), recomiendan el suministro de antioxidantes como vitamina E y selenio, como así también Vitamina A, β-Caroteno, cobre, zinc y manganeso, para prevenir el edema de ubre. Los mismos pueden ser cubiertos mediante el suministro de un suplemento vitamínico (Adaptador VIT Biogénesis Bagó; Vitamina A y E) y mineral (Adaptador MIN; Cu, Zn, Mn y Se).

La administración de combinaciones de diuréticos y corticoides inyectables es el tratamiento recomendado, el cual brinda excelentes resultados en la mayoría de los casos. Mitchel et al. (1976), demostraron que esa combinación no afectó el rendimiento lechero en los primeros 40 días en leche y no redujo el número de días requeridos para alcanzar el pico de producción de leche. Como ejemplo encontramos combinaciones de furosemida y dexametasona (Ubredem, Biogénesis Bagó). 

Conclusiones

El edema de ubre es un trastorno metabólico no infeccioso, presente en un alto porcentaje de animales. La genética, la nutrición, el estrés oxidativo y cambios fisiológicos en las vaquillonas al parto son factores asociados a este trastorno. La dificultad para ordeñar estas vacas, alteran la sesión de ordeño. La mayor predisposición a mastitis impacta en la producción y la calidad de leche. Si se afectan los ligamentos suspensores de la ubre, predisponemos a vacas con ubres descolgadas y un descarte prematuro. El manejo nutricional y la suplementación vitamínico-mineral previenen el edema de ubre. El tratamiento de elección es el uso de combinaciones de diuréticos y corticoides, para la eliminación de líquidos y un efecto antiinflamatorio. Grandin concluye que el edema de ubre, puede ser un problema emergente, que tiene el potencial para afectar seriamente el bienestar de las vacas lecheras.