Alimentación en el verano: uso de dietas “frías”

Una muy práctica nota escrita en su momento por el equipo técnico de SanCor

Son muy conocidos los factores adversos que produce la época estival en la producción de nuestras vacas y resaltamos algo tan importante como lo es el consumo de materia seca en el verano. En ello radican las llamadas “dietas frías” fundadas en concentrar la densidad energética en alimentos pocos fibrosos para poder cubrir los requerimientos del animal.

Si uno le agrega al estrés calórico la oportunidad de que nuestras vacas estén alimentadas con elevada cantidad de fibra, ese animal no sólo debe eliminar el calor corporal sino también el generado por la fermentación ruminal.

Afortunadamente el productor cuenta con alternativas nutricionales para mejorar la calidad total de la dieta y reducir el incremento calórico que origina la fermentación. Las características que sobresalen en una dieta fría son las siguientes:

  • Mayor contenido energético, dietas más concentradas.
  • Alto contenido de nutrientes que escapa del rumen (tipo “by pass”).
  • Menor suministro de alimentos de baja calidad (lignina, muy fibrosos).

Con el incremento de la temperatura ambiente y humedad relativa, aumenta en las vacas el jadeo y babeo el cual altera los niveles de saliva (reguladora de la acidez). Por ello la formulación de esa dieta que será incorporada en las condiciones de campo antes mencionadas debe ser armoniosa en cuanto a proporciones de fibra, energía y proteína ruminal o pasante. De esta manera aseguramos la salud ruminal, proveniente de la producción de ácido como acético y propiónico, los cuales tienen un impacto directo en la producción individual y los sólidos en leche.

¿Cómo debo manejar la nutrición en el verano?

Tomando los conceptos mencionados anteriormente en relación con los incrementos de la temperatura corporal con dietas elevadas en fibra o por mala calidad de la misma (elevada cantidad de material indigestible) sería deseable:

  • Reducir al mínimo los niveles de fibra de baja calidad, sin llegar al extremo de una acidosis clínica con la consecuente inversión de los sólidos en leche y otros trastornos digestivos.
  • Aumentar la concentración energética (granos) que me permiten mejorar los consumos y disminuir el calor metabólico. Para el caso de proteínas las mismas deben estar en niveles acordes a la concentración energética que tengamos, máxime cuando nos referimos a proteína de alta degradabilidad (pasturas y silajes de alfalfa, balanceados proteicos, subproductos de trigo o girasol) ya que los excesos proteicos (amoníaco) deben ser transformados en urea y eliminados del organismo a través de otro gasto de energía para el animal. Cuando los niveles de carbohidratos son menores la síntesis de proteína en leche disminuye, con un efecto supresor en los sólidos en leche por menor nivel de caseína (proteína en leche).
  • En el caso de contar con silajes que poseen más fibra indigestible y materia seca mayor al 40% sería deseable reducir al mínimo su consumo y agregar al mixer una cantidad de agua adecuada a modo de lograr que la mezcla se lo más homogénea posible (tipo pelota) y pueda mejorar el consumo sin selección. Otra alternativa es destinarlo a otra categoría como la recría, vacas secas o pre parto.
  • Suministro de la comida: para el caso de dietas totalmente mezcladas (TMR) lo ideal es que las vacas dispongan de comida fresca por mucho más tiempo. Es por ello que deberíamos ofrecer la mayor cantidad en horas más frescas en pos de evitar restos de comida en los comederos; que por acción del calor pierden calidad.
  • En caso de tambos con pastoreo el mismo debería ser luego de las horas de mayor calor a modo de incrementar los consumos. Otra alternativa es el “pre oreo” o corte: técnica que permite mejorar el consumo, reducir el riesgo de empaste y la selección.
  • Suministro de agua en la franja: en el caso de poder hacer una inversión existen en el mercado maquinarias adaptadas a modo de que las vacas en pastoreo tengan agua a disposición mientras pastorean. El volumen del carro a utilizar estará de la mano con la cantidad de vacas que tiene el tambo. Ejemplo: para 100 vacas en ordeñe por 40% del agua consumida en verano (de un total de aprox. 100 litros vaca día) necesitaría un tanque con capacidad de 4000 lts.
  • Consumo y calidad de agua para bebida: está directamente relacionado al consumo de materia seca. Aquellas vacas que caminen mucho para tomar agua se privarán de hacerlo y por ende los consumos de materia seca serán menores. Sumado a ello tal cual lo muestra el cuadro 2, en la medida que aumenta la temperatura ambiente y los consumos, se incrementan de manera directa la cantidad de agua ingerida por nuestras vacas.

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