Producir XXI, mayo 2022

Manejo de la festuca como especie clave en la pastura y su calidad nutritiva

Ing Agr. Juan Lus

gjlus@pgwseeds.com.ar

Pautas concretas para lograr mayores rendimientos y más aprovechamiento de las pastura con Festucas.

Manejo de las festucas

Por lo general, la festuca en estado vegetativo es capaz de alcanzar digestibilidades de la materia seca del orden del 70-75% con un contenido de proteína superior al 15% y una fibra detergente neutro (FDN) de 50%. Para el caso de cultivares modernos de festuca, las calidades obtenidas pueden estar cercanas a las de un raigrás perenne, considerado este último como la gramínea de mayor calidad nutricional (ver cuadro N°1). Sin embargo, cuando las festucas presentan una excesiva biomasa o están encañadas, la digestibilidad puede caer por debajo del 50%, la proteína por debajo del 10% y la FDN superar el 60%.

Para que esto no ocurra, es necesario mantener a la pastura en estado juvenil vegetativo, con un tapiz denso y cespitoso, evitando el encañado. Es importante destacar que no sólo se pierde calidad cuando la festuca encaña, sino que también ocurre cuando se acumula demasiado forraje y las hojas envejecen.

Influencia varietal en la calidad de forraje

Es bien conocido que el desarrollo genético varietal ha permitido mejorar sensiblemente la calidad del forraje que las nuevas variedades de festuca permiten ofrecer. Hojas largas más suaves son indicadores de buena calidad.

Según algunos estudios (Agnusdei, y otros), se ha determinado que algunos cultivares modernos tienen una vida media foliar más corta, con lo cual el manejo de defoliación debería ser diferente y acorde a esta reducción, ya que, en el caso del cultivar moderno, las hojas viven menos y envejecen más rápido, con lo cual la caída de la digestibilidad es más pronunciada.

Influencia del momento del año en el patrón de defoliación de la festuca y su impacto productivo

El momento de pastoreo debería definirse considerando la vida media foliar de la hoja, expresada como un momento en el cual se tenga la máxima disponibilidad de forraje consecuente con la mejor calidad posible de lograr en función del tipo de cultivar de festuca empleado.

Esto es, claro está, adecuando la decisión al tamaño de lote y cantidad de parcelas que permita hacer la rotación de modo lógico, de manera que la optimización de la primera parcela de uso no represente la ruina de calidad de las siguientes.

Durante el otoño, la sucesión de macollos aparecidos dará láminas sucesivamente más pequeñas por la proximidad del invierno; mientras que durante la primavera será a la inversa. Eso hará que, en otoño, las últimas hojas aparecidas tengan una mayor proporción de vainas respecto de las láminas comparativamente con las hojas anteriores. En la primavera será justamente a la inversa.

Influencia de la intensidad de pastoreo

Respecto de la intensidad de pastoreo, estaría definida como la cantidad de remanente a dejar cuando se finalice la parcela. Debe considerarse con cuidado porque en buena medida define la propia supervivencia de la pastura. Es conocido que una pastura de gramíneas debe mantenerse en estado cespitoso para que mantenga su valor forrajero mediante el sostenimiento de una gran cantidad de macollos por área.

 Se sabe que la festuca tolera pastoreos intensos que beneficiarían esta búsqueda de calidad forrajera. Sin embargo, bien vale aclarar que esta condición es variable a lo largo del año. Durante el estado vegetativo de la pastura, si bien se recomiendan pastoreos intensos que mantengan baja a la pastura para favorecer entrada de luz y desarrollo vigoroso de los macollos manteniéndola en estado bien cespitoso, el remanente debe ser lo suficientemente generoso como para permitir un rebrote vigoroso que mantenga vital a la pastura.

Cabe recordar que el rebrote depende del forraje remanente y de las reservas acumuladas en la base de los macollos. Si el pastoreo es muy intenso, el rebrote puede retrasarse, producto de deficiencias en estas reservas de vigor y la falta de remanente adecuado.

Por otro lado, es necesario extremar los cuidados cuando las temperaturas descienden o se presenta un incremento en el riesgo de sequías; del mismo modo que ante la llegada del verano cuando la excesiva insolación sobre suelo descubierto, puede elevar demasiado la temperatura comprometiendo la supervivencia de los macollos. Aquí es clave considerar que no todas las festucas poseen el mismo porte, por lo tanto, para igual altura de remanente, las más erectas tendrán menor cantidad de follaje y/o reservas para llevar adelante los rebrotes (ver gráfico N°1).