Producir XXI, febrero 2025
Como logramos excelentes praderas en cantidad y calidad de pasto

Hay pocas cosas que generan tanto impacto y facilitan el manejo de sistemas ganaderos, como tener cantidad y calidad de pasto. Brinda sustentabilidad y sostenibilidad a los sistemas. Para que el pasto suceda debemos ser expertos en producirlo y entender que no somos productores de carne o leche solamente, sino de pasto. Y que una cosa es consecuencia de la otra.

Cada sistema es particular e incluso me animo a decir que único. Por ende, para que se exprese, se debe conocer en profundidad sus componentes sociales, económicos y ambientales. En general los sistemas solos no funcionan hay que hacerlos funcionar y esto requiere conocer sus fortalezas y debilidades, no idealizar y ser humildes en nuestro trabajo.
Para los cultivos de pastoreo y reservas debemos tener en cuenta que la siembra es una instancia critica, la cual define el futuro de la producción de pasto. Por eso más allá de la particularidad mencionada, hay ciertos puntos que son comunes y de suma importancia.
Planificación: Es uno de los pasos para el éxito en la producción y debe ser el primero. Acá definimos hacia dónde va nuestro sistema. Una buena planificación no es la que más cierra en la teoría, sino la que más posibilidad tiene de ser concretada. Para esto hay que compatibilizar todos los aspectos del sistema.
En esta instancia se decide para que sembrar, que sembrar y como sembrar. Objetivos de la siembra; especies y mezclas que se adecuen al ambiente; y el tipo de tecnología que se utilizará. Siempre en pleno conocimiento del contexto.
Decidimos cuanto sembrar de cada especie, tomando como referencia la cantidad de plantas que se quieren lograr. Y es un punto en el cual hay que ser conscientes que pijotear sale más caro que poner algún kilo de más de semilla. Si bien sembrar una pastura parece mucha plata, es la comida más barata que existe. Nunca dejar de dividir lo que se gasta por los kilos de materia seca que genera.
Se define también el cuándo sembrar (la fecha de siembra): este es un aspecto a mi criterio poco negociable y muchas veces el atraso excesivo lleva a no cumplir la planificación e incluso es mejor no cumplir la planificación antes que sembrar algo que no va a cubrir el objetivo deseado. Se debe tener en cuenta que a medida que se atrasa la fecha de siembra las temperaturas son menores y las plantas requieren más días para emerger, atrasando el primer aprovechamiento y condicionando en algunos casos la cantidad de plantas logradas. Para que la fecha de siembra sea la que queremos, se tienen que alinear muchas cosas, pero lo más importante es que aquellas que son humano dependientes como tener los insumos, estén en el establecimiento. A veces nos dormimos o la semilla no llega, y así un sinfín de cosas que dependen de nosotros, y la única forma de mejorar es hacer las cosas con tiempo y ser por demás insistentes con los proveedores.
El cultivo previo o antecesor, que influye en aspectos que condicionan el éxito de la pastura, algunos de esos aspectos son la fecha de siembra y la limpieza del lote. Debemos ser capaces de elegir el antecesor de nuestras praderas, no podemos levantarnos un día y decidir que en tal o cual lote va una pradera. Esta decisión debe estar tomada por lo menos un año antes, decidiendo el antecesor del antecesor. Para poner un ejemplo, la moha es un excelente antecesor, pero si se retrasa la siembra, por más que su ciclo sea corto no va a dejar disponible el lote para la siembra de la pradera y ahí es donde se entra en una catarata de atrasos y malas decisiones que en algún momento hay que cortar.
Elección de especies y variedades: según el contexto definido y con conocimiento del sistema se debe elegir la especie y variedad o mezcla de ellas a utilizar. Deberá ser la que más se adapte al sistema bajo manejo y que sirva para cubrir las necesidades del sistema. Hay casos en los cuales tal vez no se elijan las especies según lo que dice la teoría. Por ejemplo, últimamente la sequía prolongada llevo a algunos productores a combinar especies que antes hubiera sido impensado. Hay mezclas de agropiro y alfalfa, en los bajos.
A lo que voy es que en esto de la elección de que especies y variedades a poner en una mezcla, hay que tener el conocimiento de lo que aportaría cada una y repensar constantemente que siembro para no caer en recetas o copias de algún establecimiento que aparentemente le anduvo bien tal o cual especie. Toda decisión debe poder justificarse.
Calidad de semilla: tener en cuenta los valores de calidad de semilla propuestos por el semillero, e incluso en algunos casos se puede hacer un análisis rápido de poder germinativo (PG) si hay alguna duda. De esta forma se pueden ajustar los kilos a sembrar y compatibilizar con la cantidad de plantas buscadas
Lotes limpios: Para una buena implantación de las praderas, los lotes deben estar limpios. El concepto es que las especies que sembramos predominen por sobre las que no sembramos. Cada sistema tiene sus limitantes. Por ejemplo, en mi caso manejo algunos sistemas orgánicos y el uso de herbicidas no es una herramienta disponible. Pero debemos tener en cuenta aun en los sistemas convencionales que la herramienta manejo de antecesores es una de las practicas de alto impacto en esto de limpiar lotes.
Condiciones del lote: En el caso de realizarse la siembra en convencional, la cama de siembra debe estar fina, firme y nivelada. Si es en directa, el volumen de rastrojo no debe ser excesivo y con un lote idealmente parejo.
Fertilidad: la plántula necesita disponibilidad de nutriente para lograr la implantación y seguir creciendo. Esto requiere pensar en cómo tener esos nutrientes. Indudablemente que el uso de fertilizantes a la siembra es una herramienta a tener en cuenta y la cual no hay que dejar de utilizar mientras el sistema lo permita. En el caso de que no lo permita, hay que adoptar estrategias de manejo para cubrir esas necesidades.
Siembra: al momento de la siembra hay ciertos aspectos que deben ser tomados en cuenta. En general previamente la semilla se inocula, practica por demás recomendable. Inocular acorde a las indicaciones de dicho material biológico, de lo contrario se está realizando una acción que no va a tener el resultado esperado.
La sembradora debe ser regulada y acondicionada para el fin que se va a usar (sembrar pradera). Generalmente se siembran praderas con maquinarias que no fueron concebidas para tal fin, por ende, hay que prestar especial atención en afinar la calibración. Para esto se debe tener en cuenta el tamaño y tipo de la semilla, y el tipo y condiciones del lote. Esta regulación tiene como objetivo primordial definir la profundidad real en la cual va a ser depositada la semilla, esto genera un adecuado contacto suelo semilla que le permite asegurar la germinación, pero a la vez no estar tan lejos de la superficie para que emerja rápidamente. Esto es importante ya que tiene una alta implicancia en el porcentaje de plantas logradas. Si la profundidad es demasiada, las plántulas mueren en el intento de emerger. Normalmente no es un punto al que se le preste mucha importancia, pero de empezar a hacerlo el cambio es grande.
Realizar controles de constantes mientras se está sembrando. Que la semilla este cayendo bien, que el mezclado de semillas sea el deseado, que la profundidad real sea adecuada, etc.
Para que esta instancia mejore año tras año, se debe capacitar a las personas que operan las maquinarias, sea propio o tercerizado. Si queremos mejorar debemos ser partícipes de ello. A inicio de febrero hicimos en uno de los campos en que trabajo una jornada técnica para los operarios del contratista que nos siembra. Vinieron técnicos especializados y salieron muchas cosas interesantes que a quienes más nos va a beneficiar es a los que somos clientes de ese contratista de siembra.
Control luego de la siembra: luego de la siembra y previo a la denominada implantación, existen ciertos riesgos de perdida de plantas por ataque de insectos o por invasión de especies no deseables. Durante este periodo hay que monitorear las pasturas. Pudiendo utilizar insecticidas o herbicidas. En el caso de no poder utilizar herbicidas ya sea por alguna prohibición o bien porque la mezcla de especies no lo permite, se puede recurrir a la desmalezadora para así darle luz a las especies que sembramos y vienen más lento.
Manejo el primer año: hay que cuidarla de cualquier evento de estrés. Un primer pastoreo temprano, siempre y cuando sea con buen piso y sin arranque de plantas, favorece el macollaje y desarrollo general de la pastura. El momento ideal de pastoreo va a depender de las especies. En gramíneas se podría entras con unos 2000 kg.MS/ha y con un aprovechamiento del 50% ya que se busca que el rebrote sea rápido y para esto buscamos dejar más superficie de hojas verdes que fotosintetice sin demora. En el caso de alfalfa se busca llegar al primer pastoreo con un buen desarrollo de raíz y corona.
Un momento crítico en una pradera de primer año es el primer verano, y en estos últimos años se ve acentuado por la sequía. Las raíces no profundizaron ni se extendieron lo suficiente como para cubrir la demanda de agua y tolerar las altas temperaturas. Es importante entrar al verano con los suelos bien cubiertos de plantas vivas y mantillo. Muchas veces es preferible no pastorearlas en los meses de mayores temperaturas.



