Producir XXI, febrero 2025
Siembra de PP, praderas permanentes
Claves para una implantación exitosa en sistemas lecheros y de carne

Ing. Agr. Tomás Giaccio
Equipo técnico
de Smart Farming y FIL
+54 9 11 5568-4960
Las PP son fundamentales en los sistemas de producción de leche y de carne. Destacamos el cultivo antecesor, la fecha de siembra (30 días de retraso significa lograr la mitad de plantas/m2) , regulación de la sembradora y manejo inicial para controlar malezas y otras plagas.

La importancia de las pasturas en la producción lechera
Un manejo adecuado de las pasturas permite mejorar la eficiencia del sistema, optimizando la producción de leche por hectárea y reduciendo la dependencia de insumos externos. Además, una pastura bien implantada y manejada correctamente contribuye a la salud del rodeo, disminuyendo la incidencia de trastornos metabólicos vinculados a dietas excesivamente ricas en granos. También mejora la estructura del suelo, favoreciendo la retención de humedad y reduciendo la erosión, lo que resulta clave para la sostenibilidad a largo plazo del sistema productivo.
Elección del antecesor: un factor determinante
El cultivo antecesor influye directamente en el éxito de la pastura, afectando la fecha de siembra, la disponibilidad de agua en el perfil del suelo, la cobertura y la presión de malezas. Además, ciertos cultivos pueden dejar un balance positivo de nutrientes, mientras que otros pueden generar deficiencias que requerirán correcciones mediante fertilización.
Fecha de siembra: el momento define el éxito
La elección de la fecha de siembra es determinante para el éxito del establecimiento. En general, la siembra otoñal permite un mejor desarrollo radicular antes del invierno, mientras que la siembra primaveral maximiza la producción en los primeros meses. Más allá del mes específico, es clave sembrar cuando la temperatura del suelo ronde los 15°C, haya probabilidades de precipitaciones y se minimicen los riesgos de temperaturas superiores a 30°C en el período post emergencia.
Retrasar la siembra implica riesgos: a medida que el suelo se enfría, la germinación se vuelve más lenta, aumentando las pérdidas por insectos, plagas o malezas. Diversos ensayos han demostrado que un retraso de 30 días puede reducir el coeficiente de logro del 35% al 20%, lo que obligaría a duplicar la densidad de siembra para obtener resultados similares.
Cuadro N° 1: Un retraso en la fecha de siembra tiene un impacto sobre el coeficiente de logro, que implicaría por ejemplo que para tener los mismos resultados sembrando en Abril vs Marzo (cuenca del salado), se debería duplicar la densidad de siembra.
En el caso de las siembras primaverales, es importante considerar que las gramíneas perennes tienen un desarrollo inicial lento, llegando al primer verano con un sistema radicular poco desarrollado, lo que las hace más vulnerables al estrés térmico e hídrico.
Preparación y regulación de la maquinaria
Al momento de sembrar, es fundamental una correcta regulación de la sembradora para garantizar una distribución uniforme de la semilla y una densidad adecuada.
Aspectos clave a considerar incluyen:
- Profundidad de siembra: Las gramíneas no deben superar 1,5 cm y las leguminosas 1 cm de profundidad, ya que su tamaño reducido implica menores reservas energéticas para la emergencia.
- Ruedas tapadoras: Deben ajustarse o eliminarse para evitar cubrir en exceso la semilla y reducir la emergencia.
- Distancia entre surcos: Lo ideal es entre 10 y 15 cm, pero en Argentina no siempre hay sembradoras con esta configuración. Como alternativa, una siembra cruzada (con ángulos de 30° a 45°) mejora el control de malezas y la persistencia de la pastura, aunque encarece la labor.
- Mantenimiento de la sembradora: Es clave revisar cuchillas, tubos de descarga y evitar obstrucciones que puedan afectar la distribución de la semilla.
Manejo inicial: malezas, insectos y otros factores
El primer año es decisivo para la implantación de la pastura. Un control eficiente de malezas con herbicidas preemergentes o post-siembra ayuda a reducir la competencia en los estadios iniciales. También es fundamental monitorear plagas como pulgones o cortadoras, que pueden afectar significativamente el establecimiento. Minimizar la competencia hasta el cierre del surco es clave no solo para la producción del primer año, sino también para la longevidad de la pastura.


