Producir XXI, septiembre 2024

Nutrirse no es lo mismo que comer

Lic. Josefina Marcenaro

Licenciada en Nutrición

jmarcenaro@hotmail.com

IG: @josefinamarcenaronutricion

Desde la nutrición sabemos que hay una gran diferencia entre comer y nutrirse. Podemos comer todos los días y aun así estar mal nutridos. Si lo comparamos con una vaca lechera sería algo similar, puede alimentarse de algo que la llene, pero que no le permita producir más, ni mantenerse saludable. Veamos la diferencia….

Comer: llenar el estómago

Comer es un acto básico y necesario, llevamos un alimento a la boca, lo masticamos y lo ingerimos. Nos da una sensación inmediata de saciedad, pero no necesariamente aporta lo que el cuerpo necesita.

En el tambo esto es fácil de visualizar, ya que si una vaca solo recibe paja seca de mala calidad, llenará el rumen y parecerá satisfecha, pero no obtendrá los nutrientes necesarios para producir leche en cantidad.

Nutrirse: aportar calidad y balance

Nutrirse va mucho más allá, significa ingerir alimentos que aporten nutrientes esenciales en las cantidades adecuadas para que el organismo funcione correctamente, se repare y prevenga enfermedades.

En vacas lecheras, como los expertos siempre explican, una dieta bien formulada equilibra:

  • Fibra efectiva, para una buena función ruminal.
  • Proteína de calidad, que sostenga la producción.
  • Minerales y vitaminas, que favorezcan la salud y la reproducción.
  • Energía suficiente, sin excesos que afecten la condición corporal.

Con las personas sucede lo mismo, una dieta nutritiva equilibra macro y micronutrientes, incluyendo proteínas magras, carbohidratos de buena calidad, grasas saludables, vitaminas, minerales y suficiente agua. No se trata solo de “llenar”, sino de alimentar las funciones vitales del cuerpo.

Cuando se come, pero no se nutre…

Tanto en humanos como en animales, la mala nutrición puede ocurrir en dos escenarios:

  • Deficiencia: la dieta no cubre los requerimientos básicos.
  • Exceso con mala calidad: hay abundancia de calorías, pero con escasos nutrientes esenciales.

En vacas, esto puede verse en caídas de producción, pérdida de condición corporal o mayor incidencia de enfermedades. En personas, se traduce en cansancio, defensas bajas, menor rendimiento físico y problemas de salud a largo plazo.

 

Lecciones del tambo para la vida diaria:

Si en el tambo entendemos que una buena alimentación es inversión porque mejora la producción, la reproducción y la longevidad del animal, con nuestra propia salud deberíamos aplicar la misma lógica.

Invertir en una alimentación nutritiva significa:

  • Priorizar alimentos frescos y de calidad.
  • Mantener un equilibrio entre grupos de nutrientes (hidratos de carbono, proteínas y grasas).
  • Evitar el exceso de ultraprocesados, grasas trans y azúcares.
  • Adaptar la dieta a las necesidades de cada etapa de la vida y nivel de actividad física.

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