Producir XXI, octubre 2022

Reforzar las siembras de segunda, más hectáreas y en parte sorgo

Mostramos en nuestra tapa una serie de fotos que nos hacen pensar en forrajes conservados. Hasta no hace muchos años decíamos “Reservas forrajeras” y eran eso: una reserva para un “por si acaso”, por si algo fallaba, el clima, por ejemplo, y nos faltaba comida para los animales.

Ahora ya no son “Reservas por si acaso”. Hoy en día, y desde hace unos años, la alimentación de los tambos y en general también de la ganadería de carne, se compone de una dieta que suma pastoreo, concentrados como granos, subproductos o alimento balanceado, y forraje conservado, sea como silajes y rollos o megafardos. Esto significa que silajes y heno ya son parte de la dieta promedio de cada día de todo el año.

Y de “Forrajes conservados” trata nuestra tapa de este mes y a esto nos referimos ya que el clima nos pegó duro dos años seguidos, y así en general las empresas ganaderas de carne y también los tambos se quedaron sin pasto. Parece que las condiciones tienden a mejorar, y a esto se refiere la nota del Ing. Eduardo Sierra, que publicamos este mes y en la que, como especialista en agroclimatología, se anima a darnos esperanzas acerca de que no será una 3er Niña seguida, sino que se irá acomodando de a poco. Pero, aunque mejore deja efectos muy graves, en los campos (potreros muy afectados), en los rodeos (estados corporales deteriorados), en la producción y en la economía de los productores y en el estado de ánimo de todos los que estamos involucrados.

Frente a esta situación, algunas ideas:

  • No aflojar, no achicarse, recomponer potreros y rearmarse de silajes y rollos “de lo que se pueda”, recordando que lo que no haga uno por salir adelante, no vendrán otros  a hacerlo.
  • Reforzar las siembras de segunda, ya que parece que las condiciones acompañarán mejor.
  • Hacer más hectáreas, para compensar el menos rinde. Debemos recordar que lo que no se planifica y se hace en época, sale mucho más costoso si se trata de conseguir cuando está faltando.
  • No jugarse todo a maíz, hacer también sorgo, recordando que el sorgo requiere mucha menos agua para producir cada kilo de materia seca. Además la genética de sorgo ha avanzado mucho en los últimos años y al tener muy buenos rindes termina no quedándose tan atrás si se miran los kilos de materia seca digestible por ha (kg MSD/ha).
  • Pensar también en moha, que también es muy aguerrida, se puede sembrar hasta en enero y en muy pocos días entrega muy buena cantidad de rollos o fardos/ha. Siempre recordar que la moha se debe cortar antes que llegue a semillar, así tiene más calidad de forraje y consume menos agua, dejando mejor el potrero para sembrar praderas o verdeos sobre ella.
  • Asesórese de forma adecuada, no deje de consultar a los muchos y muy buenos asesores técnicos que hay en todas las zona. Recuerde que el costo del asesoramiento es casi insignificante  en relación a los mejores resultados productivos y económicos que se logran estando bien acompañado.

Mas arriba mensionamos los efectos de dos “Niñas” seguidas. De todos esos efectos hay uno que es clave que cada uno de nosotros sepa enfrentar y manejar: la caída de ánimo, el peligro de bajar los brazos. Si cada uno de nosotros “deja entrar” al desánimo en su cabeza y en su corazón, entoces sí, el efecto es tremendo. Depende de cada uno y también de con quienenes uno se junta. Si uno se arrima a gente animosa, tendrá más ánimo. Sepamos elegir con quienes nos juntamos.

Hasta la próxima.

Ing. Luis Marcenaro
Director de Producir XXI