Claves para la implantación de pasturas base alfalfa

Variedad adecuada para la zona, fertilización, inoculación y peleteado, siembra temprana y asesoramiento técnico.

MATTERA, J.; CAMARASA, J. N.; BERTIN, O. D.

EEA INTA Pergamino – Grupo Forrajeras

mattera.juan@inta.gob.ar

La correcta implantación de pasturas puras de alfalfa y mezclas asociadas es determinante en la posterior producción a lo largo de su vida útil.

1- Cultivo antecesor, sistema de siembra y tratamiento de la semilla

Uno de los factores determinantes del éxito de la siembra de pasturas es el cultivo antecesor. Los mejores antecesores para la siembra de alfalfa son los cultivos de trigo, soja, maíz para silo, moha y girasol, por el menor volumen de rastrojos al momento de la siembra de la pastura, por un mayor tiempo de barbecho o por la compatibilidad de especies según el caso. No se recomienda la siembra de pasturas de alfalfa sobre pasturas degradadas por una menor eficiencia de implantación, así como tampoco sobre sorgo o maíz para grano salvo que se elimine parte del rastrojo remanente.

En siembra directa si el volumen de rastrojos es muy abundante resulta conveniente la remoción de rastrojos (por ejemplo, rollos en el caso de rastrojo de soja y pastoreo en el de rastrojo de maíz, evitar realizarlo en suelos muy húmedos).

Por último, se recomienda la utilización de semilla peleteada que incluya inoculante, fungicida e insecticida para mejorar la eficiencia de implantación, es decir lograr un mayor número de plantas establecidas en relación a las semillas sembradas.

2- Corrección del suelo y fertilización

La alfalfa es una especie con altos requerimientos de calcio, sensible a la acidez y al déficit de fósforo en el suelo. Es muy importante asesorarse con tiempo con algún Ing agrónomo de confianza, pero siempre con la idea que las fertilizaciones de praderas con alfalfas dan en general respuestas positivas económicamente.

3- Elección de la variedad

Hay muchas alfalfas y conviene asesorarse bien.

  • El INTA lleva adelante la red nacional de

evaluación de cultivares de alfalfa, de la cual se publican los resultados en el reporte Avances en Alfalfa1. Esta información puede ser de gran utilidad para seleccionar las variedades destacadas en cada sitio y en varios años. Ver: https://inta.gob.ar/documentos/avances-en-alfalfa-ano-26-numero-26

  • En el caso de las variedades con reposo invernal intermedio (grado de reposo 6 y 7) suelen presentar una mayor concentración de la producción de forraje en primavera-verano que las variedades sin reposo invernal (Grado de reposo 8 y 9). Si el destino principal de las pasturas es para la confección de reservas forrajeras puede ser de in-terés la mayor concentración de forraje que ofrecen los cultivares de grado de reposo invernal intermedio, mientras que para un uso bajo pastoreo las variedades sin reposo invernal presentan una oferta más estable y con mayor cantidad de aprovechamientos en el año. En el caso de las enfermedades de raíz y corona al ocasionar pérdidas de plantas reduce la persistencia de las pasturas. De esta forma, adquiere relevancia la elección de variedades que presenten mayor resistencia a las enfermedades de raíz y corona comunes en cada región, ya que existen cultivares con muy buen comportamiento.

En festuca alta se pueden encontrar cultivares de tipo norte de Europa o continental y cultivares de tipo mediterráneo. Los primeros se caracterizan por el crecimiento a lo largo de todo el año con un pico primavero-estival y son más resistentes al frío. Mientras que los de tipo mediterráneo se caracterizan por tener hojas más finas, son menos tolerantes al frío intenso, pero en regiones templadas presentan un mayor crecimiento invernal, y según la región y el año manifiestan latencia estival. El INTA realiza una red de evaluación de cultivares de festuca que se

halla publicado en el reportes Avances en festuca alta.Ver: http://inta.gob.ar/sites/def a u l t / f i l e s / s c r i p t – t m p – i n t a _ _avances_en_festuca.pdf

4- Densidad de siembra, distancia entre hileras y profundidad

Para la región pampa húmeda en pasturas puras de alfalfa un stand inicial de plantas de alrededor de 250 plantas/m2 a los 90 días desde la siembra es considerado adecuado para lograr pasturas altamente productivas.

A modo de ejemplo, considerando una eficiencia de implantación de 2/3 (66%) de las semillas sembradas, deberán sembrarse 380 semillas viables/m2 de alfalfa pura, si a eso le aplicáramos el poder germinativo y la pureza mínima requerida para semilla certificada, que serían 85%

y 98% respectivamente, y un peso de mil semillas de alfalfa peleteada de 3 gramos, resultaría en una densidad a sembrar de 13,6 kg de semilla/ha. El peleteado de la semilla incide sobre el peso de mil semillas con un resultado variable que es preciso considerar al calcular la densidad a sembrar. Se debe recordar que el peso de mil semillas de alfalfa y de festuca alta sin peletear se encuentra normalmente entre 2 y 2,3 g. Por otra parte, si la cama de siembra no es óptima para la siembra de pasturas habrá que considerar un reducción en la eficiencia de implantación y por ende un aumento en los kg/ha de semilla a sembrar. Lo mejor es asesorarse con técnicos locales de confianza.

En las mezclas asociadas de alfalfa y festuca la densidad objetivo a lograr a los 90 días sería de 200 plantas para la alfalfa y alrededor de 120-150 plantas para la festuca, dependiendo si es tipo continental o mediterránea, ya que las primeras tienen una mayor capacidad de ocupar el espacio.

El espaciamiento entre hileras es otra variable que incide en el logro de buenas pasturas. Los mejores resultados productivos se encuentran a distancias cercanas, el rendimiento de forraje óptimo se registró a las distancias de 15 a 17,5 cm entre hileras, y disminuyendo a distancias mayores. Estos incrementos se explican principalmente por un mejor aprovechamiento de la radiación disponible en el ambiente, asociado a la mejor distribución de las plantas.

La profundidad de siembra es un tema importante a considerar, ya que como otras especies forrajeras, requiere ser sembrado a una escasa profundidad, entre 1 cm y 1,5 cm según la humedad del suelo, pero sin quedar descubierta.

5- Fecha de siembra

La fecha de siembra óptima es en el otoño temprano, desde fines de marzo hasta los primeros días de mayo, debido a que en esta época es común que la temperatura del suelo sea relativamente alta y con un adecuado nivel de humedad del mismo, que permite un rápido desarrollo de las plántulas, con suficiente desarrollo radicular para luego poder sobrellevar el primer verano frente a posibles condiciones de sequía y temperaturas elevadas.

En la medida que se atrasa la fecha de siembra la implantación será más lenta, con mayor riesgo de pérdida de plántulas.

6- Manejo de adversidades

Nos referimos al control de malezas e insectos. Será tema de otra nota en febrero, pero es clave asesorarse bien en cada caso.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

14 + seis =