Producir XXI, mayo 2021

Cambian durante el día, el pastoreo de tarde es mejor

Una herramienta útil para seguir progresando en el tambo

Ing Agr María José Salgado

María.jose.salgado4@gmail.com

Agustina Curcio

agscurcio@hotmail.com

Una metodología para llevar adelante un Plan de Mejora, produciendo más y mejor y ajustando la gestión del negocio tambero.

Cada tambo es un mundo, y cada uno tiene su realidad actual y un Margen Posible de Progreso que lo desafía. Mostramos aquí una Herramienta desarrollada por Producir XXI para visualizar la situación actual y evaluar el impacto económico de “pequeñas mejoras que se suman y permanecen”. Es una forma sencilla de armar un Plan de Mejora y ver su impacto productivo y económico.

En esta herramienta se asientan los datos del sistema actual promedio año del tambo en la columna A (datos actuales) hasta que a criterio de la gente del tambo esos números representan bien un año normal con su sistema de trabajo. Luego de llegar a este punto se establecen las metas posibles de ese tambo a 1 año hacia delante, conformando el Plan de Mejora.

Para simplificar el análisis y facilitar el entendimiento, la evaluación económica se hace sólo hasta al nivel de ingreso por leche menos costos de alimentación y menos (o más) el saldo de reposición, es decir el valor de las vaquillonas que faltan o sobran en relación a las vacas totales (VT) que mueren por año.

El tambo que se presenta como ejemplo
Para este caso se toma un tambo de 170 has VT, es decir sin la recría, con 200 vacas en ordeño, cuya dieta está compuesta en un 65% por forrajes (8 kg de MS de pastoreo+heno, 16 kg MV de silo, y 8,2 kg de concentrados por vaca/día). El valor de la leche es de $26,98 (del que cobra un 96%) y el del concentrado $27,10.

Como vemos en el cuadro N°1, el Manejo A obtiene un ingreso por leche libre de alimentación de $1.567.978 por mes, y un ingreso por leche libre de alimentación y descontadas a valor de compra las vaquillonas necesarias para reponer las muertes de VT, de $1.334.346 por mes.

Del análisis que la gente del tambo, con el apoyo de sus asesores, hace de su realidad actual, Manejo A, y las metas posibles que se plantean, surge el Manejo B, y lo que se proponen es entonces su Plan de Mejoras. Para el ejemplo que aquí presentamos, las mejoras previstas son las siguientes, siempre consensuadas con el equipo de trabajo: 

  • 1-Mejorar la recría, bajando la superficie destinada a ella del 15% del campo al 12%.
  • 2-Crecer en la producción de pasto en los lotes de pastoreo, pasando de 8.000 a 8.300 kgMS/haVT/año.
  • 3-Aumentar de la eficiencia de pastoreo, logrando subir el consumo efectivo del 55% al 58% del pasto producido.
  • 4-Mejorar el porcentaje VO/VT, subiendo del 78% actual el 80%.
  • 5-Mejorar la calidad de leche y por lo tanto del precio efectivamente cobrado, yendo del 96% al 98%.
  • 6-Bajar la mortandad de vacas, pasando del 10% sobre VT al 7%.
  • 7-Mejorar la producción individual en 1 lt/VO/día, pasando de 22,1 lt/VO/día a 23,1 lt, y mejorando así la eficiencia de conversión de alimentos a leche, pasando de 1,080 a 1,130 lts/kgMS consumida realmente.

No es fácil, pero sí posible y ahora vemos el impacto
No decimos que implementar estas mejoras sea simple, ni fácil, ni que se logren de un día para otro, pero si el tambo se las propone es porque las ve posibles. Y lo bueno es que ahora, con esta metodología, se aprecia (ver cuadro 2) el impacto productivo (17% más leche por haVT/año) y económico, ya que el ingreso por leche libre de alimentación crecería un 36%, y el ingreso por leche descontado el costo de reponer las muertes de VT crecería un 50%

Sabemos que no están aquí todos los costos del tambo, pero al comparar los dos manejos al nivel de ingresos por leche menos costos de alimentación y reposición de vacas muertas, ya nos permite visualizar el impacto económico del Plan de Mejoras.

Cada establecimiento debería poder tener en claro cuál es su situación actual, que en este caso sería el Manejo A, y a partir de allí, y fruto de discusiones y trabajo con el personal involucrado, poder plantear una serie de metas que se proponen lograr para mejorar su competitividad.

Evaluación y Proyecto conforman el Plan de Mejoras
Esta herramienta que mostramos aquí nos permite poner en números la situación actual, es decir la Evaluación de cómo está mi tambo, plantear un Proyecto con metas de mejoras al plazo que se fijen y además tener una noción del impacto que tendrían esas mejoras si se suman y permanecen.
Hasta aquí se logra una visión de dónde está parado el tambo y adónde llegaría si consigue sus metas. Con esto, y definiendo con el equipo humano del tambo, incluyendo sus asesores, las tecnologías que implementarán para lograr las metas, el productor tiene su Plan de Mejoras.

El Monitoreo o seguimiento ayuda el progreso
En la marcha del trabajo, con el correr de los meses, puede ocurrir que no se estén logrando los resultados que se esperaban. Para poder descubrir desvíos y generar correcciones en el trabajo, será necesario implementar formas de Monitoreo, es decir, de seguimiento constante que permita ajustar la marcha del proceso de mejora, realizando los ajustes que fueran necesarios. Las herramientas de Monitoreo o seguimiento que Producir XXI ha desarrollado serán tema de otras notas.

Ese seguimiento o tarea de monitoreo es muy interesante realizarlo mediante el apoyo de alguien externo al tambo, alguien que periódicamente “mira desde afuera” y ayuda a detectar desvíos y plantear ajustes. Un ejemplo de esa tarea de monitoreo fue muy bien presentado en la nota de la Ing. Guillermina Osacar en nuestra edición anterior, referida a “Monitoreo de crianza y recría”.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

cuatro × cinco =