Producir XXI, enero 2020

Nutrición y epigenética

¿Qué es la Nutrigenómica?

Lic. Josefina Marcenaro
Licenciada en Nutrición
jmarcenaro@hotmail.com

¿Qué es la epigenética?

La epigenética son marcas químicas que se añaden al material genético y permiten su correcta actividad.

La nutrigenómica estudia la influencia de la nutrición y los nutrientes en la expresión génica, mientras que la epigenética se refiere al estudio de los mecanismos de control de la actividad de los genes de cada persona.

El ejemplo muy claro para entenderlo sería el de los hermanos gemelos idénticos, o monocigóticos: tienen el mismo ADN pero pueden ser diferentes y, sobre todo, tener enfermedades diferentes. ¿Cómo es posible, si disponen del mismo material genético? Esto se da porque, aunque comparten el ADN, en cada persona se regula de una manera determinada.

¿Cuál sería la función del epigenoma?

El epigenoma es lo que provoca, por ejemplo, que una neurona produzca un neurotransmisor o que una célula del corazón lata. También es responsable de reprimir factores externos que podrían dañar nuestro ADN. Este epigenoma fisiológico, que además nos define como especie (el hombre y el chimpancé comparten el 99,9% de genoma, pero tienen epigenomas distintos), es dinámico: puede modularse por factores externos. Por ejemplo el tabaco, el consumo excesivo de alcohol, etc. lo alteran de una manera negativa. Por el contrario, sabemos que el ejercicio físico o unos hábitos saludables tienen un impacto epigenético positivo.

Se podría decir que todo está escrito en los genes… pero esto es así hasta cierto punto. Nuestro estilo de vida va regulando su intensidad y el modo de expresarse, por eso la alimentación juega un importante papel. Pero es clave aclarar que la dieta mágica no existe. Quién crea que por correr todos los días y comer brócoli no va a enfermarse nunca, está equivocado. 

Lo que sí nos ha mostrado la epigenética es que las dietas equilibradas, tipo mediterránea, o japonesa tradicional, son las que más funcionan. Desde hace tiempo se afirmaba esto, lo que hiso la epigenética fue que se pueda entender el por qué. Quien mas estudió esto fue el Prof. David Buero.

  • Dieta pobre en proteínas: hay determinados genes que, ante una dieta pobre en proteínas no se regulan bien, haciendo que no funcione adecuadamente el metabolismo de grasas y azúcares, por lo que tendrán más tendencia a almacenar grasa. 
  • Arroz integral: en su cáscara se encuentra orinazol gamma, que mejora el funcionamiento de genes relacionados con la dopamina y se regula el hambre, lo que hace que la persona tenga mejor la sensación de saciedad.
  • Brócoli: las crucíferas, como el brócoli, son las verduras que tienen más moléculas con unos grupos que se llaman ‘acetilos’ y que son necesarios para ‘acetilar’ algunos genes, es decir, para acelerarlos. “Estos acetilos sirven para que se activen algunos genes supresores de tumores; como su propio nombre indica, estos genes, cuando están muy activos, reducen la probabilidad de que se produzcan tumores. Esto no quiere decir que comer brócoli hace que no se contraiga cáncer, pero sí que es un alimento que ayuda a activar la “protección”.
  • Frutos secos y pescados: se ha demostrado que los ácidos grasos omega 6 y omega 3 también provocan en las neuronas modificaciones epigenéticas que propician una mayor memoria, más capacidad de aprendizaje y disminuyen la probabilidad de sufrir, por ejemplo, Alzheimer. Los frutos secos producen una molécula muy similar a estos ácidos grasos que cumple la misma función. 
  • Grasas trans: hay pruebas de que un consumo excesivo de grasas trans, encontradas en los ultraprocesados, produce en los niños modificaciones epigenéticas en los genes que controlan el hambre, la producción de insulina y la gestión de las grasas del cuerpo. Esto hace que después, de adultos, tengan muchas más probabilidades de ser obesos y de manifestar diabetes tipo 2

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

16 − nueve =