Con retorno económico muy positivo

Estrategias de nutrición para aumentar eficiencias en recursos forrajeros

Dpto. Investigación y Desarrollo Profertil. e Ing. Agr. M. Alejandra Marino

FCA-UNMdP – INTA Balcarce

Fertilización estratégica para mejorar rendimientos de Materia Seca (MS)

Las pasturas templadas de la Región Pampeana Húmeda tienen un elevado potencial de producción de forraje que varía entre 7.000 a 10.000 kg MS/ha/año en campos ganaderos con limitantes productivas a 12.000-15.000 kg MS/ha/año en lotes de mejor aptitud, o aún superiores cuando se incluyen especies como alfalfa. Sin embargo, los rendimientos logrados suelen ser sensiblemente inferiores y generalmente se producen de 5.000 a 7.000 kg MS/ha/año. Entre otros factores, las deficiencias en el abastecimiento de nutrientes, en particular el Fósforo (P) y el Nitrógeno (N), limitan el crecimiento de las plantas y la producción de forraje. Estas deficiencias pueden ser atenuadas con la aplicación estratégica de fertilizantes.

La aplicación de fertilizantes en los cultivos forrajeros es muy baja en relación al consumo total de Argentina (8% del total), no cubriendo esta cifra el 5% del total de nutrientes exportados por los productos animales y además no pudiendo abastecer las necesidades nutricionales de las pasturas.

Por otro lado, se ha comprobado que la efectividad de la fertilización disminuye si no se la integra dentro de un conjunto de Buenas Prácticas de Manejo de Pasturas (Ver Gráfico N° 1), las que pueden definirse como procedimientos agronómicos relativamente sencillos de implementar referidos a la siembra, la fertilización y el pastoreo, basados en sólidos principios científicos de alta probabilidad de impacto (Agnusdei y col., 2013).

Consideraciones para planificar la fertilización de recursos forrajeros y obtener los mayores beneficios de esta práctica:

  1. Efectos de las deficiencias nutricionales sobre la producción de forraje

La cantidad de nutrientes requeridos por las plantas dependen del rendimiento esperado para cada especie, del ambiente (según características del suelo y clima) y del manejo implementado. Los principales efectos negativos de las deficiencias nutricionales se observan sobre:

a- las tasas diarias de crecimiento y la producción estacional de forraje;

b- la densidad de plantas, el desarrollo radical y la capacidad para competir con las malezas;

c- la fijación simbiótica del N atmosférico en leguminosas;

d- el contenido de proteína en el forraje;

e- la persistencia de las pasturas;

f- la estabilidad productiva a través de los años;

g- el aporte de materia orgánica al suelo (raíces y forraje no consumido).

2. Respuestas productivas a la fertilización de pasturas

Para cumplir con el objetivo se deben seguir las Buenas Prácticas de Manejo para la nutrición. Para ello se debe definir convenientemente el tipo de nutriente, la dosis y el momento de la aplicación para cada situación. Cabe destacar, que la deficiencia de un sólo nutriente puede limitar el crecimiento a pesar que otros se encuentren en cantidad suficiente. Por ello, se debe pensar en una fertilización balanceada.

  • En pasturas perennes la respuesta al P aplicado debe cuantificarse teniendo en cuenta la producción acumulada por más de un año, ya que el P aplicado tiene un “efecto residual” que se registra en los años posteriores a su aplicación. Por lo tanto, para la región respuestas de 250 – 300 kg MS/kg P aplicado o aún superiores serían esperables sin otras limitantes (edáficas, hídricas o de manejo). En el Grafico Nº 2 se muestran resultados experimentales de la producción de forraje durante tres años en una pastura de alfalfa con dosis de P aplicadas a la siembra.
  • A diferencia de lo que ocurre con el P, el efecto de N se verifica en una estación de crecimiento. En pasturas con gramíneas (festuca, agropiro, pasto ovillo, cebadilla, etc.), sin limitantes hídricas ni en el abastecimiento de P, se pueden lograr repuestas de 10-15 kg MS/kg N aplicado (aplicación otoñal) a 25-30 kg MS/kg N aplicado (aplicación primaveral).
  • En pasturas consociadas además del P, el N restringe el crecimiento de las gramíneas. Parte del N de origen simbiótico provisto por las leguminosas puede ser transferido a las gramíneas, pero este aporte no es directo. Si bien podría influir sobre la fertilidad potencial de los suelos, no cubrirá los requerimientos de la pastura, sobre todo durante la época fría cuando la disponibilidad de N en el suelo es mínima. Por lo tanto, su crecimiento dependerá en gran medida de la fertilización nitrogenada. En el Gráfico N° 3 se observa que la respuesta a N dependió del suministro de P y los mayores beneficios de la fertilización se pudieron comprobar con la aplicación de P + N.

3. Beneficios de la fertilización en sistemas ganaderos

Para los sistemas ganaderos, la actual relación entre precio del producto (carne o leche) y el precio de los fertilizantes resulta favorable.

Cuando realizamos el análisis para evaluar el umbral de respuesta a la fertilización nitrogenada según precio del N (Urea/eNeTOTAL) y de la carne, obtuvimos el Gráfico Nº 4, donde se observa que con los valores actuales del precio de la carne ($/kg carne ), el precio de la Urea granulada ($/kg N ) y el precio del eNeTOTAL Plus($/kg N4), la respuesta para considerar la fertilización debería ser superior a 12 y 14 kg MS/kg N aplicado para Urea y eNeTOTAL Plus respectivamente. Teniendo en cuenta lo comentado en párrafos anteriores se puede inferir que  es factible lograr resultados positivos con las aplicaciones otoñales y primaverales.

Cuando realizamos el análisis para evaluar el umbral de respuesta a la fertilización fosfatada según precio del P (DAP) y de la carne, obtuvimos el Gráfico Nº 5, en donde se observa que con los valores actuales2 del precio de la carne ($/kg carne2) y el precio del DAP ($/kg P), la respuesta para considerar la fertilización debería ser superior a 20 kg MS/kg P aplicado, que como se comentó anteriormente, se pueden esperar respuestas de 250 – 300 kg MS/kg P aplicado o aún superiores.

Finalmente en los últimos años se comenzó a encontrar respuesta al Azufre (S), este nutriente se caracteriza por presentar una dinámica muy similar a la del N. Las deficiencias de S generalmente se presentan en suelos arenosos de bajo contenido de materia orgánica (MO) y en suelos degradados con disminuciones marcadas de la fracción orgánica. Asimismo, una adecuada nutrición azufrada mejora la calidad de los productos cosechados. Algunas de estas funciones son similares a las del N, y consiguientemente las interacciones entre N y S pueden ser frecuentes, dependiendo de las condiciones edafo-climáticas.

Retornos de 15 a 25 U$S/U$S invertido en P y de 1,7 a 5 U$S/U$S invertido en P+N

Aplicando Buenas Prácticas de Manejo de Pasturas, y considerando las respuestas mencionadas más arriba para tres años productivos, en producción de carne se podrían estimar para pasturas de alfalfa retornos de 15 a 25 U$S/U$S invertido en P, mientras que para pasturas base gramíneas retornos de 1,7 a 5 U$S/U$S invertido en P + N, con variaciones según la dosis requerida y condición de cada recurso forrajero.

Adicionalmente, pasturas sin deficiencias nutricionales permiten aumentar la producción y atenuar las variaciones estacionales y anuales en la oferta forrajera. Esto permite “liberar” superficie para otras actividades productivas.

Consideraciones finales

Para aumentar la eficiencia de la aplicación de nutrientes sería importante:

  • Realizar Análisis de Suelo, ya que nos provee la información necesaria para conocer la disponibilidad de nutrientes en los suelos en los que se está trabajando.
  • Planificar la producción y distribución de la oferta forrajera de pasturas y verdeos.
  • Aplicar N y P en función de la demanda de las plantas y a la cantidad disponible en cada ambiente.
  • Fertilizar por ambientes, priorizar la fertilización en ambientes con menos limitaciones para la producción de las pasturas.
  • Utilizar eficientemente el forraje producido, ya sea con pastoreo o corte.
  • La Fertilización balanceada con N y P es una práctica rentable. Actualmente la relación de precios podría incentivar su utilización, pero el éxito de la práctica depende de la integración con Buenas Prácticas de Manejo de Pasturas.

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