Producir XXI, mayo 2020
Enfermedades no transmisibles
Lic. Josefina Marcenaro
Licenciada en Nutrición
jmarcenaro@hotmail.com
Las enfermedades no transmisibles, o ENT, representan la causa de defunción más importante en el mundo, pues acaparan un 63% del número total de muertes anuales.
Los cuatro tipos principales de enfermedades no transmisibles son:
- Las enfermedades cardiovasculares (por ejemplo, los infartos de miocardio o accidentes cerebrovasculares).
- El cáncer.
- Las enfermedades respiratorias crónicas (por ejemplo, la neumopatía obstructiva crónica o el asma).
- La diabetes.
Causas determinantes
El consumo de tabaco, la alimentación inapropiada, el consumo problemático de alcohol y la falta de actividad física son los principales determinantes de las enfermedades no transmisibles (ENTs) y, en especial, incrementan el riesgo de padecer diversas enfermedades cardiovasculares y cerebro-vasculares. Estas enfermedades constituyen la primera causa de muerte en la Argentina y en la mayoría de los países del mundo.
La Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 2018 (ENFR 2018), muestra que el 66,1% de la población adulta de la Argentina tiene exceso de peso, donde el sobrepeso alcanza al 33,1% de la población y la obesidad al 32,4%, en base a la medición objetiva. Además, el 34,6% tiene presión arterial elevada y el 22,2% es tabaquista. La encuesta también indica que el 64,9% no realiza suficiente actividad física y que solo el 6% cumple con la recomendación de consumo de cinco porciones de frutas o verduras al día.
La nutrición es clave
La nutrición es un factor clave en la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles. Las cuatro principales enfermedades no transmisibles mencionadas tienen cuatro factores de riesgo en común:
- El consumo de tabaco.
- El consumo nocivo de alcohol
- Una alimentación poco saludable
- La inactividad física.
Estos factores de riesgo, a su vez, producen cambios metabólicos o fisiológicos importantes, como la hipertensión, el sobrepeso o la obesidad, la hiperglucemia y el aumento del colesterol.
Es por ello que llevar una dieta equilibrada, mantenerse en peso y tener una vida activa son factores claves para no fomentar estas enfermedades.
En cuanto a la alimentación, en grandes rasgos (va a depender de cada persona en particular), se recomienda llevar una dieta baja en grasas, consumir lácteos descremados y carnes magras. Bajar el consumo de azúcares, sal y alimentos ultraprocesados. Preferir los pescados por sobre el resto de las carnes es una buena opción cuando se tiene el colesterol alto como así también consumir cereales integrales para prevenir el aumento de la glucemia.