Producir XXI, agosto 2021

El INTA y su compromiso con los productores lecheros

Convocan a tambos chicos a participar de un proyecto para frenar su cierre

 

Gabriela Simonotti

www.elagrario.com

El proyecto coordinado por distintas Agencias de Extensión Rural del INTA de Santa Fe, Córdoba y Santiago del Estero busca identificar los desafíos de los establecimientos de la cuenca lechera central argentina de baja escala y ayudarlos a fortalecerse y crecer.

Desde INTA se realizó el lanzamiento del proyecto «Desarrollo sostenible de productores de leche bovina de baja escala de la Cuenca lechera central argentina». Está destinado a productores de leche de las zonas de influencias de las agencias de Extensión de Brinkmann (Córdoba), Rafaela, Esperanza, Carlos Pellegrini, San Cristóbal, Ceres (Santa Fe) y Malbrán (Santiago del Estero).

La población objetivo es de 1.700 tambos que representan el 60 % de la producción de leche de esa región; la mayoría de los establecimientos están ubicados en Santa Fe. El objetivo principal es acompañar a estas explotaciones en su proceso de fortalecimiento para asegurar su continuidad en la actividad, ya que la producción lechera es central para el dinamismo y desarrollo de la economía regional. Asimismo, en esta región priorizada, la producción primaria pecuaria continúa siendo la principal generadora de mano de obra, arraigo rural y de demanda tecnológica. Según Marcela Leiva de la Agencia Brinkmann y coordinadora del proyecto, el trabajo en conjunto de las distintas agencias es «un gran desafío, pero pretendemos demostrar que el productor chico tiene recursos para seguir adelante».

Durante el lanzamiento se presentó al equipo de 17 profesionales extensionistas que estarán trabajando junto a los productores que se están adhiriendo al proyecto. Se explicó la estrategia de campo, los avances que ya se están teniendo con una muestra global inicial de 30 tambos y se inició la difusión de un spot publicitario para convocar a más productores. El proyecto nació luego de que se realizara un diagnóstico previo a través de la Encuesta Lechera que realizó el INTA, y en la que observó que en el período 2018-2019, aquellas explotaciones con producciones entre 6.200 y 7.200 litros de leche/ha, presentan una tendencia al decrecimiento para la salida o la salida directa del sistema lechero regional, debido a la baja rentabilidad, edad de sus propietarios o problemas de continuidad.

La tasa promedio anual de cierres es actualmente del 3,2 %, lo que significa un fuerte golpe para la región, en donde la actividad tambera es la principal dinamizadora de la economía. De acuerdo al relevamiento de INTA, el ingreso bruto generado por el sector primario lechero resulta superior respecto al sojero en $/ha. Además, el sector lechero genera mayor cantidad de puestos de trabajo (directos e indirectos) por superficie destinada a la actividad que otras actividades competitivas (ejemplo la agricultura). Por otro lado, este tipo de producción sostiene el arraigo rural como alternativa a la concentración urbana, impulsando el desarrollo tecnológico de la región.

El proyecto
«Lo que vamos a hacer durante dos años es trabajar cada Agencia de INTA con una muestra de 5 tambos. Vamos a tener una instancia individual con cada establecimiento y una grupal de manera que esa muestra determine dos problemáticas comunes en las que se va a trabajar durante el proyecto», explicó Leiva. Los temas en los que se hará foco en los establecimientos, según detalla la guía del trabajo ,serán: el incremento sostenible de la producción y utilización de pasturas y forrajes conservados; crecimiento del rodeo lechero (crianza, recría y manejo en el primer estadio de la lactancia); desarrollo de sistemas productivos para áreas de amortiguamiento e interfaces urbano/periurbano-rural, que promuevan el resguardo ambiental y la producción de calidad y estrategias y prácticas innovadoras para el arraigo de las familias agropecuarias y la integración de jóvenes rurales a los procesos de innovación territorial.

«Con todo lo que generemos de esas muestras vamos poder elaborar información nueva para que estos establecimientos compartan. La idea es generar una red también entre las explotaciones: que la experiencia de un tambo en San Cristóbal le sirva a uno de Brinkman y viceversa. Cada uno tiene su impronta y se pueden potenciar las fortalezas entre todos», adelantó la extensionista.

El trabajo se llevará a cabo a través de dos técnicos por agencia a los que se denominó «asesores puente». Ellos serán los encargados de trabajar en el campo en conjunto con otros actores claves del territorio: técnicos de otras instituciones, cooperativas tamberas, empresas y pymes lácteas, asociaciones, agencias de desarrollo, etc. «Somos el asesor puente porque a través nuestro ‘baja’ todo lo que genere INTA en materia de lechería. No vamos a inventar nada nuevo, pero vamos a llevar lo último que esté disponible de cada temática y el productor sumará por su lado lo suyo desde su experiencia», agregó Leiva.

Perfil del productor
Se trabajará junto a productores de hasta 120 vacas y producciones diarias de hasta 2.500 litros de leche. Aparte de la escala del productor, Leiva, la coordinadora del proyecto, aclaró que se busca a las empresas familiares que tengan convicción de seguir en la actividad.

Por esto, el trabajo en su eje social, más allá del productivo, dará especial importancia a las dinámicas de sucesiones, tipo de liderazgo y formas o posibilidades de gestionar procesos de cambio o de transformación de estructuras. Además, se utilizará el análisis de muestras representadas por explotaciones que cuenten con potenciales sucesores de manera de trabajar sobre los recursos disponibles para la competitividad (productividad de la estructura vigente, mano de obra, animal, etc.) y el crecimiento, junto a los actuales decisores.

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