Cómo trabajar la ansiedad por la comida

Lic. Josefina Marcenaro

Licenciada en Nutrición

jmarcenaro@hotmail.com

¿Comemos por ansiedad o tenemos ansiedad por comer?…Una buena pregunta para poder comenzar a entender éste círculo vicioso que tantos “problemas” nos trae.

 

Hambre emocional

Frecuentemente, lo que llamamos “hambre” (sensación que indica necesidad de alimentos) muy a menudo es una manifestación física de una emoción que está pidiendo ser “consolada” o “silenciada”. Tenemos ansiedad por comer de más, por comer dulces o salados pero en realidad lo que tenemos es hambre de compañía, de relajación, de seguridad en uno mismo o de un sentido de propósito en nuestras vidas, es lo que llamamos “hambre emocional”. Otras veces creemos tener una ligera sensación de hambre y en realidad estamos deshidratados.

 El problema reside cuando comemos porque estoy angustiado/a, deprimido/a, aburrido/a, etc., buscando en la comida satisfacción o alivio momentáneo a las emociones negativas o preocupaciones, resultando una estrategia totalmente pasiva que nos aliviará instantáneamente pero no solucionará ni eliminará las emociones negativas que la originaron además de terminar sumando otro problema al comer de forma compulsiva y desmesurada.

Para discernir si tenemos hambre emocional o hambre real tenemos que aprender a detenernos un momento y observar la situación que estamos sintiendo. Cuando conseguimos parar, observar y sentir, y logramos poner las “emociones en palabras”, estamos dando un pasito más en la consciencia sobre nuestro cuerpo y conseguiremos tener la mente “en paz” para poder tomar decisiones.

Reconocer la ansiedad

Entonces, lo que deberíamos hacer cuando experimentamos ansiedad por la comida, es detenernos y observarla. No intentar que se vaya, no luchar con ella pero tampoco dejarse llevar por ella. Aceptar la incomodidad de la ansiedad, obsérvala y tratar de entenderla, tratar de darle nombre a esa emoción.  Aceptándola se gana un gran tramo, el siguiente paso es ver que ocurre.

 

Cómo trabajar la ansiedad por la comida

A menudo encontramos un gran mar de emociones como miedo, ansiedad, tristeza, aburrimiento o pena tras las ganas de comer algo. Si esperamos unos 5 minutos antes de comernos ese pedacito de chocolate seremos capaces de observar si realmente es lo que necesitamos y quiere nuestro cuerpo o simplemente lo estamos buscando como excusa para premiarnos o escaparnos.

Un ejercicio muy útil que hago con mis pacientes es que, cuando les surge esta sensación de «hambre», detecten si es real o emocional,  si es un poco descontrolada y tiene algo de emocional, que mantengan consciente su atención en ella, y se pregunten: “¿Qué estoy sintiendo en realidad?”…. e intenten responderla antes de comenzar a ingerir el alimento deseado.

Si es aburrimiento, enojo, felicidad o cualquier otra emoción, permítanse sentirlo y ponerle nombre. No se queden estancados.

Cuando se sienta hambre recordar:

  • Fijarse la hora para saber si se estamos cerca de alguna de las comidas (El orden es fundamental. Es importante realizar las cuatro comidas: desayuno, almuerzo, merienda y cena).
  • No contar caloría ingeridas: buscar comidas que gusten y sean equilibradas. Disfrutar de ellas es fundamental.
  • Estar presente, ser conscientes cuando comemos:A menudo pasamos los días en un estado de semi-consciencia, sin estar de verdad presentes en lo que estamos haciendo en ese momento, es por eso que no podemos sentir si estamos hambrientos o llenos.
  • Mantenterse hidratado: muchas veces confundimos sed con hambre.
  • Mantente activo.

 

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