Calentamiento del silaje: diagnóstico y prevención

Rafael Amaral. PhD

Gerente de Nutrición -DeLaval LATAM

Evaluar la calidad de las silajes a través del olor, color, tamaño de partículas y el análisis de laboratorio es muy común en las empresas productoras de leche o carne. Sin embargo, poca atención se presta a la temperatura del silaje, un indicador de deterioro del mismo.

Temperatura del silaje como indicador de calidad

Muchas veces se observan silajes con altas temperaturas y algunos creen que con el material caliente, el consumo del animal será mayor. No obstante, pocos saben que esta temperatura está altamente relacionada con el deterioro aeróbico del silaje, lo que implica una pérdida del valor nutritivo del mismo y posteriormente del desempeño animal.

El deterioro aeróbico del silaje se caracteriza por la acción de microorganismos aeróbicos (levaduras, hongos filamentosos y bacterias aerobias), que consumen los ácidos producidos durante el proceso de conservación (ácido láctico) y los componentes solubles, produciendo gas carbónico, agua y calor. Todo este proceso genera pérdidas de materia seca, además de depreciar el valor nutritivo y el desempeño animal.

Los efectos dañinos del aire, en la calidad del silaje, se manifiestan por dos caminos. El primero ocurre en la capa superficial durante el almacenamiento, frecuentemente visible por el crecimiento de hongos (capa negra deteriorada). El segundo está ligado a la estabilidad aeróbica durante el período de remoción y suministro. De este último nos ocupamos en esta nota.

Temperatura en función del manejo de la cara del silo (Extracción)

Es frecuente encontrar un gran número de establecimientos que han logrado silajes de calidad satisfactoria, debido a los cuidados tomados durante todo el proceso de ensilado, pero que, sin embargo, a menudo se han dimensionado erróneamente, provocando grandes pérdidas durante la extracción y suministro.

El ingreso del oxígeno en el frente del silo está influenciado por la densidad de la masa. Por lo tanto, en los sectores menos compactados o removidos (áreas periféricas) se aumentan los riesgos de deterioro aeróbico. Un ejemplo clásico puede ser ilustrado en la Foto 3, un caso real donde se picaba el cultivo de maíz con máquina autopropulsada, generando un picado de excelente calidad (tamaño ideal y homogeneidad de partículas), pero que durante la tarea, debido a una rotura, la misma tuvo que reemplazarse y la única opción era realizar el picado con una máquina de arrastre de dos surcos, que afectó seriamente los dos parámetros antes mencionados.

El resultado final fue que el silaje con mayor tamaño de partículas presentó una temperatura 5°C superior, demostrando que la mayor porosidad permite que el oxígeno se incorpore fácilmente en la masa e inicie el proceso de deterioro aeróbico.

Durante la extracción, la densidad puede verse afectada, principalmente por la forma en que el silaje es removido ya que se producen perturbaciones en la estructura de la masa remanente, lo que puede llevar a una mayor susceptibilidad a la penetración de oxígeno.

Actualmente, muchos productores contratan el servicio de picado y confección del silaje, por un sinnúmero de beneficios que esto trae aparejado. Sin embargo, poco se cuestionan las densidades alcanzadas en sus silos. Para mejorar este aspecto, es muy importante respetar el tiempo de compactación (1 a 1,2 veces el turno de cosecha) y el peso del tractores (Peso del tractor = 40% del forraje transportado/hora). Caso contrario, la densidad en el silo no será suficiente y el deterioro aeróbico (calentamiento del silaje) tendrá una gran importancia.

FOTO 2. Silaje con diferentes tamaños de partículas, generando temperaturas diferentes. Fuente:Amaral (2012)

FOTO 3. Silo de maíz en proceso de deterioro aeróbico. Fuente: Amaral (2012).

La cara del silo expuesta al oxígeno es un punto fundamental y, por este motivo, es indispensable asegurar un avance sobre esta durante la extracción que pueda reducir el fenómeno de deterioro. Diferentes estudios han demostrado que el aire es capaz de penetrar hasta 1 m desde el frente de extracción. En estas condiciones, si el avance sobre el frente fuera de 1 m/semana, todo el silaje estará expuesto al oxígeno por una semana. Sin embargo, los riesgos de deterioro podrían ser reducidos drásticamente si el avance fuera de 2m/semana, principalmente cuando las temperaturas ambientales son más elevadas por el favorecimiento en el desarrollo de los microorganismos.

 

En la Foto 4 se puede observar que, a pesar de estar viendo una cara de silo aparentemente bien manejada (extraída con fresa desensiladora), la temperatura del silaje de maíz estaba muy por encima de la temperatura ambiente -alrededor de 20oC-, indicando un deterioro aeróbico evidente, con presencia de hongos filamentosos y  todo ello ocasionado por mal dimensionamiento del silo.

Los silos adecuadamente fermentados, con altas concentraciones de ácido láctico y azúcares remanentes, son más afectadas por el deterioro aeróbico. Los hongos, las levaduras y algunas especies de bacterias, en presencia de oxígeno, consumen el ácido láctico del silaje reduciendo su potencial de conservación. La capacidad para estimar los riesgos del deterioro aeróbico, de acuerdo con el perfil de fermentación, sigue siendo incierta. Sin embargo, además de todos los cuidados relacionados con el manejo, la mayor probabilidad de obtener éxito en este aspecto del ensilado, está basado en la premisa de que los silajes deben contener ácido acético en asociación al ácido láctico.

Destacamos…

  • Vale aclarar que la cuestión del calentamiento del silaje y su consecuente deterioro aeróbico, no se limitan a las cuestiones relacionadas con las pérdidas de calidad y cantidad, ya que el desarrollo de microorganismos, como algunas especies de bacterias (Bacillus, Clostridium y Listeria), junto con algunos hongos filamentosos, pueden influir en aspectos relacionados con la calidad sanitaria del silaje.

  • El crecimiento de los hongos puede venir acompañado por la producción de micotoxinas en la masa y de esta forma, los animales que se alimenten con grandes proporciones de silaje en la dieta (como la mayoría de las vacas lecheras hoy en día) pueden intoxicarse, causando efectos directos en su desempeño y poniendo en riesgo la salud humana que utiliza alimentos de origen animal a final de la cadena alimentaria

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