Producir XXI, octubre 2020

Bienestar animal basado en datos en tiempo real

Ing Kevin Díaz Cervigni 

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kevin.diaz@villanueva.com.ar

¿Podemos demostrar que las vacas son felices? Sí, con un sistema de monitoreo inteligente 

El bienestar animal es un tema de creciente importancia. Cada vez más, las personas quieren obtener información sobre los alimentos que consumen. Y cuando se trata de carne y productos lácteos, quieren saber que provienen de vacas sanas y bien cuidadas. Sin embargo, la mayoría de los métodos actuales para evaluar el bienestar del ganado son subjetivos. Las soluciones de monitoreo de vacas pueden ser muy útiles, pero ¿qué más podemos hacer para verificar las vacas «felices» y generar confianza en toda la cadena de valor?

Evaluar el bienestar animal

Cuando hablamos de bienestar animal, no hay un claro blanco y negro; y la salud es sólo una parte de la ecuación. Esto va tanto para las vacas como para los seres humanos. Un animal (o humano) puede estar enfermo dos veces al año, y aun así su bienestar general puede ser bueno. Lo opuesto también es cierto. Una vaca que nunca ha estado enferma podría no tener bienestar.

Existe un marco ampliamente aceptado, conocido como «Las cinco libertades», que articula al menos los aspectos fundamentales del bienestar animal.:

  • Libres de sed y hambre.
  • Libre de molestias físicas y térmicas
  • Libre de dolor, lesiones y enfermedades.
  • Libre de miedo, o estrés intenso o prolongado
  • Libertad para expresar el comportamiento normal.

No podemos preguntarle a una vaca cómo se siente, pero su comportamiento puede decirnos mucho. Y también el entorno y las acciones a su alrededor. Con el tipo correcto de monitoreo el comportamiento puede medirse y esos datos pueden analizarse para comprender el estado emocional de una vaca. Ahí es donde entran los modernos sistemas de monitoreo de vacas.

La felicidad se trata de rutina

Para una vaca, determinar su bienestar se trata de mostrar que no está estresada. Esto se debe a que a las vacas les gusta la rutina, y cualquier cosa fuera de una rutina establecida les causa un estrés medible. Tomemos una vaca lechera, por ejemplo. Para demostrar su bienestar, la vaca necesita ser monitoreada durante su rutina diaria mientras come, rumea y es ordeñada. Al observar los datos, se puede ver si su salud o comportamiento han cambiado de alguna manera con el tiempo, o en reacción a cualquier actividad dada, como un cambio en su alimentación o condiciones de las instalaciones. Si no hay cambios en su salud o comportamiento, esta actividad no ha impactado negativamente a la vaca.

Tendencias de grupo es la clave

Si bien observar animales individuales es útil, las soluciones de realmente valiosas están equipadas para ayudar a los productores a evaluar grupos de animales, o incluso a la práctica a nivel de establecimiento para una gestión global. Esto significa evaluar las tendencias de comportamiento del grupo y trabajar desde allí. Una vez que el sistema aprende las operaciones de rutina en el establecimiento, como los horarios de alimentación, la rumia de las vacas y el momento de inseminación puede proporcionar información procesable. De esta manera, los productores y sus asesores profesionales, como los nutricionistas, pueden tomar decisiones informadas para mantener lo que vienen haciendo o incorporar cambios para mejorar el bienestar de las vacas.

El caso para un enfoque multifacético

Si bien la solución de monitoreo de vacas como la que provee nuestra empresa es excelente para evaluar y mejorar muchos aspectos del bienestar animal, la realidad es que no existe una solución única. Por ejemplo, el monitoreo de las vacas no puede evitar que un trabajador manipule mal a una vaca en un día determinado.

El papel de la trazabilidad y la confianza.

Mientras que los consumidores están cada vez más interesados ​​en el bienestar animal, también lo están los productores de alimentos. Una empresa láctea de 1er nivel internacional como Nestlé, por ejemplo, ha recurrido a la solución Allflex SenseHub para controlar el bienestar general de las vacas en función de indicadores clave de rendimiento que incluyen la salud, la reproducción y el estado nutricional.

Para que la confianza crezca, la transparencia es clave. Y no se trata de sobrecargar a los consumidores con datos. Más bien se trata de establecer estándares de prácticas y negocios. Algunos de los datos, por ejemplo, se pueden utilizar para crear mensajes efectivos que tranquilicen a los consumidores en términos de salud, bienestar y sostenibilidad, para que puedan tomar decisiones verdaderamente informadas sobre las marcas y los productos que están comprando.

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