Antecesores para la siembra de pasturas perennes templadas

Ing. Agr. Oscar Bertín
inForrajes, Biscayart Forrajeras

El antecesor al establecimiento de la pasturas es uno de los factores decisivos para el logro balanceado de las especies forrajeras sembradas. Por ello, hay situaciones muy diferentes entre lote similares pero con distintos predecesores.

Planificar con tiempo es clave

El lote o potrero para la siembra de pasturas perennes templadas debe elegirse con suficiente tiempo, como para prepararlo en las condiciones lo más cercanas a la óptima posible. Este puede ser varios meses anteriores e incluso uno o dos años previos, si presenta problemas de malezas complejas de erradicar.

Se debe tener en cuenta el costo elevado de una adecuada implantación y la necesidad de que mantenga una composición equilibrada, con las especies deseables, por al menos tres a cuatro años.

Las peores opciones

Aquellos que son desaconsejados son: en primer lugar las pasturas degradadas o pastizales naturales y todas sus variantes intermedias, ya sean pastizales con especies introducidas por el hombre o por la naturaleza a través de cursos de agua, pájaros y otras formas de dispersión pero que no son nativas o pasturas en la cual las especies originarias de ese suelo tomaron parte de la superficie del mismo. En todos los casos son los peores antecesores de pasturas perennes, básicamente por el riesgo que genera el banco de semillas presente en el suelo de especies indeseables que limitan o directamente inhiben el adecuado crecimiento de las especies sembradas.

En segundo lugar, de lo peor a lo mejor son los sorgos, ya sean forrajeros, tanto para silaje o uso directo por los animales como los sembrados para grano. No se trata del uso que se hace de la especie, sino de la capacidad que tiene de desarrollar un sistema radicular muy profuso y de lenta descomposición, que utiliza para este fin los recursos del suelo, principalmente el nitrógeno, no disponibles por largo tiempo, prácticamente durante toda la implantación.

Maíz, si es de silaje, es mejor

Continuando con las alternativas como cultivos previos a la pastura se debe considerar al maíz de siembra temprana, que en principio es un cultivo relativamente adecuado, pero que en aquellos casos en que se mantiene todo el rastrojo en superficie limita, por una cuestión física o mecánica, la siembra de las forrajeras de semillas pequeñas. Por lo tanto, lo deseable es usar un maíz destinado a silaje o con la eliminación de parte de los residuos dejados después de la cosecha del grano. Aquí se debe recordar que un maíz de 8 a 12 ton de grano/ha deja, en el mejor de los casos, un rastrojo de 6-8 ton/ha, que restringe la operatoria de siembra y por lo tanto su eliminación parcial por pastoreo, en franjas, por corto período de tiempo y evitando el suelo excesivamente húmedo no debe ser considerado como desfavorable para la estructura del suelo. Otra alternativa es el uso de maíces que dejan menos residuos poscosecha como es el maíz pisingallo. En general, el rastrojo de maíz es mejor antecesor de las leguminosas que de las gramíneas, porque sin llegar a ser como el sorgo, compite por los recursos del suelo, en principio nitrógeno, con la pastura en un corto periodo de tiempo, por lo que debería aumentarse la dosis de este elemento en los fertilizantes usados como “arrancadores”.

Ahora, los más aconsejables

Finalmente pasamos a considerar los cultivos evaluados como aptos para la implantación posterior de una pastura. Aquí debe ser considerado la soja de primera, cuyo rastrojo en la mayoría de los casos no es muy voluminoso, 3-4 ton/ha, lo que permite la emergencia sin inconvenientes de las pequeñas semillas de las especies perennes. Hay que hacer aquí una referencia a la no claramente demostrada, en forma experimental, del efecto negativo de incorporar las semillas de leguminosas, con su consecuente muerte de plántulas en las primeras etapas del crecimiento, si las semillas se ponen en contacto con el rastrojo de la soja cuando se tiene que hacer un laboreo superficial por razones propias del terreno a sembrar, dado que presenta huellas de la maquinaria agrícola de cosecha o del pastoreos sin piso u otros.

También con soja se debe considerar el ciclo para que la cosecha de la oleaginosa no lleve al retardo de la fecha óptima de las pasturas perennes. Aquí se debe hacer mención a la soja de segunda, principalmente se viene con antecesor arveja, lenteja o colza que presenta la limitante de la fecha de siembra tardía que perjudica a las leguminosas de la mezcla de pasturas, aunque no lo hace con las gramíneas.

En los sistemas de producción mixtos agrícola-ganaderos se tiene la mejor opción que es la moha para cosecha de grano y posterior recolección de la cola de cosecha o para forraje para heno como único destino. La moha es el mejor cultivo de verano previo a una pastura perenne, por su escaso sistema radicular remanente. En regiones de suelos de menor aptitud o climas más desfavorables también lo son: girasol y cebada, avena o trigo, porque además, en estos dos últimos casos se amplía el barbecho que permite acumular agua en el perfil y actualizar la fertilidad natural del suelo, principalmente en el contenido de nitratos.

En síntesis de mejor a peor opción son:

Trigo – avena – cebada

Moha – girasol

Maíz – soja

Sorgo – pastizal – pastura degradada

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