Producir XXI, marzo 2024

Una metodología para el seguimiento del forraje: estimación visual de pasto

Ing. Agr. Tomás Giaccio

Equipo técnico de Smart Farming y FIL

+54 9 11 5568-4960

En la ExpoSuipacha 2024 tendremos, el jueves 11 de abril, un Taller de entrenamiento en estimación visual de disponibilidad de forraje, tal como Smart Farming desarrolla en muchos campos que lo solicitan.

La FIL, Fundación Instituto de la Leche es una organización sin fines de lucro que pone a disposición sus instalaciones, equipamiento y hacienda para la realización de actividades en las áreas de ciencia y transferencia de conocimientos en áreas productivas. Su campo, La Fermina, cuenta con unas 420 has entre propias y alquiladas, ubicadas en Suipacha. Allí funciona un tambo productivo/experimental que cuenta con unas 300 vacas en ordeñe y otros 300 animales de categorías (recrías, vacas secas, preparto, guachera, etc).

Desde Smart Farming brindamos un acompañamiento al equipo de trabajo de La Fermina para llevar a cabo el planteo técnico/productivo del establecimiento, buscando generar metodologías de seguimiento y de trabajo simples y efectivas.

Manejo de la plataforma forrajera

La rentabilidad de los sistemas pastoriles depende fuertemente de la cantidad de forraje producida por unidad de superficie y luego de cuánto de este forraje se logre cosechar y consumir eficientemente. En esto del pasto, el productor lechero de base pastoril tiene 2 grandes desafíos para incrementar el resultado de su empresa: por un lado producir la mayor cantidad de forraje posible en cada hectárea del campo y luego cosecharlo con la mayor eficiencia y calidad posible sin perjudicar la persistencia de las praderas.

 

A la hora de cosechar el forraje, puede hacerse bajo dos formas predominantes: mecánica o directa (pastoreo). La cosecha mecánica es más simple, se pueden lograr eficiencias de cosecha mayores (cercano a 90%) y permiten diferir forraje con menores perdidas de calidad, pero a su vez se agregan costos que pueden convertir un recurso barato en uno costoso (silajes y rollos). El pastoreo directo en cambio no tiene costo pero en cambio demanda un conocimiento del pastor o de quien maneje a la hacienda para lograr mantener altos consumos de materia seca y de alta calidad.

Tener alguien a cargo es clave

Mantener altos consumos de materia seca en pastoreo resulta fundamental para maximizar la cosecha de forraje producido y minimizar perdidas y además por la ya conocida relación directa que existe entre consumo y producción. El desafío principal de los sistemas pastoriles es el de mantener elevados consumos de materia seca, dado que en el pastoreo suelen existir deficiencias de consumo diarias, asociado a errores de cálculo de parcelas, cambio de recursos forrajeros y la misma heterogeneidad de los lotes. Así la figura del “pastor” toma un rol muy preponderante ya que es quien define con su trabajo y decisiones el nivel de consumo de pasto que se puede alcanzar.

El buen pastor no nace, se hace

Mas allá de la experiencia que pueda tener una persona, es indispensable generar un método que permita monitorear y medir el forraje que le estamos ofreciendo a nuestros rodeos. En la asignación diaria de una parcela, no sólo se esta definiendo el recurso sino fundamentalmente cuantos kg de materia seca tendrá a disposición cada vaca para consumir, y esto tiene una estrecha relación con el consumo total de pasto que se pueda alcanzar.

Siempre la medición de pasto ha sido un tema de discusión dado que los métodos directos en general son laboriosos y poco representativos y los métodos indirectos necesitan de una frecuente calibración con numerosos datos. Pero vemos a campo que es indispensable para el pastor que está a diario tomando decisiones, generar un método simple y realizable. La estimación de pasto “visual” es un método con mayor chance de error y proclive a la subjetividad del observador, sin embargo vemos numerosas ventajas a nivel práctico que lo convierten en un método muy interesante para aplicar.

 

Mientras que las mediciones directas son muy laboriosas y llevan tiempo, la estimacion visual puede hacerse rápidamente con un ojo entrenado y puede llegar a ser más representativa respecto a la baja cantidad de muestras que se pueden tomar cortando y pesando el pasto. Por otro lado, los métodos indirectos (pasturómetro, sensores, etc) en general permiten tomar mayor cantidad de muestras, pero la calibración muchas veces resulta compleja y laboriosa, lo que termina redundando en que las mediciones dejen de hacerse.

Frecuencia con persona entrenada vs Precisión

Imponer al “pastor” una metodología que le resulte laboriosa y difícil o que demande de correlaciones complejas tiene un efecto negativo, dado que termina por abandonarse el asunto. En cambio, adoptar un método simple y práctico (aunque menos preciso) puede resultar muy beneficioso para el sistema.

Al aplicar un método que pueda repetirse todas las semanas se tiene la garantía de que va a existir un seguimiento de la plataforma y que el ojo va a estar más “entrenado”. Para esto, obviamente, es indispensable generar al inicio un fuerte entrenamiento de la persona que va a ejecutar la tarea y luego, para reforzar, cada cierto de tiempo, un día para poder “calibrar” el ojo repitiendo mediciones directas con tijera.

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