Una muy breve síntesis, pero de aspectos de gran impacto productivo y económico:
- Guardar mayor cantidad. La sequía fue muy brava, mero no es la primera ni será la última. Debemos estar más preparados. Ya no se puede armar el sistema de producción y dormir en Paz teniendo forraje guardado como silaje y rollos para sólo un año. Apuntar a tener siempre al menos 6 meses o un año extra.
- La alfalfa sigue siendo “la Reina” de las forrajeras, seguir revalorizándola, es clave. Pero no olvidarse de ponerle más y más tecnología. Actualmente sólo el 20-25% de las hectáreas de alfalfa del país son de variedades Premium.
- Es fundamental valorizar también las gramíneas, en especial las perennes como Festuca y otras según zonas, que dan mucho pasto seguro, aportan muy buena fibra a la dieta y mejoran la estructura del suelo por sus raíces en cabellera.
- Existe una gran brecha productiva, la gran mayoría de los lotes de pastoreo del país podrían producir un 100% más de lo que producen.
- Los $ dicen sí a más tecnología, hay mucha tecnología disponible en producción de forrajes que no se está utilizando masivamente. Con ella se ahorran costos y se ganan $.
- Controlar malezas es clave, como gran promedio ese control recupera su costo de rinde no menos de $5-7 por cada $1 aplicado a ese control.
- Cuidar mucho la compactación del suelo, y para esto es clave incorporar gramíneas a la mezcla forrajera.
- Todavía se consume un bajo % del forraje producido, hay mucho desperdicio, especialmente en primavera. Es clave ordenar los pastoreos y planificar más y mejor el cierre de potreros y hacer más reservas de primavera.
- Recurrir a un adecuado asesoramiento profesional, su costo será ampliamente recompensado con los mejores resultados logrados.