Producir XXI, junio 2024

No tomar decisiones apresuradas… y con el INTA es FUN-DA-MEN-TAL

Mucho se está hablando en estos días del tema INTA. Y hasta mucha gente con buena intensión dice que “ya el INTA no es tan necesario, ya cumplió su rol, ahora que siga la actividad privada”.

Que en el INTA hay cosas para corregir no hay dudas, pero no se puede resolver “de apuro”, porque también son muchísimas las cosas que andan bien y hay que consolidarlas.

Para potenciar la productividad y el resultado económico en el agro hay básicamente dos caminos complementarios: la tecnología de insumos (el insumo nuevo que supera a los ya en uso) y la tecnología de procesos (el cómo de la aplicación de mejores formas de trabajar). No se reemplazan, se complementan, se suman, o mejor dicho, ambas, juntas, de multiplican, se potencian.

En la tecnología de insumos la actividad privada tiene un gran rol. Históricamente ha realizado un gran trabajo, lo sigue realizando y seguirá así siempre, sin dudas. Para la tecnología de procesos en cambio, en la que el INTA ha realizado una gran tarea, no cabe dudas que seguirá teniendo un gran rol.

Veamos algunos ejemplos:

  • El INTA Marcos Juárez impulsó la tecnología de cama profunda en los sistemas productivos de cerdos fundamentalmente para brindarle una herramienta de baja inversión y alta eficiencia al estrato productivo pequeño y mediano con el objetivo de que sea utilizado como un sistema de transición en el caso de aquellos productores que tengan la posibilidad de aumentar el número de madres para así terminar en el sistema de confinamiento tradicional o bien en los casos contrarios que lo saque de la ineficiencia de aquellos sistemas productivos a campo y lo lleve a una eficiencia acorde a la exigencia de la porcinocultura moderna. Desde el año 2011 aportó a los productores de estrato medio y chico (hoy alrededor del 80% de los porcicultores argentinos) una excelente alternativa para eficientizar los sistemas de su Y hoy se ven sistemas productivos bajo confinamiento que han pasado en años anteriores por sistemas de cama profunda como una instalación de transición que acompañó a los productores a alcanzar un sistema de mayor tecnología. Así también se ven sistemas de cama profunda donde en años anteriores se veían sistemas al aire libre con una muy baja eficiencia y aportando productos de mala calidad al mercado.
  • La siembra directa, se gestó en el INTA Pergamino, trabajos del Ing Marcelo Fagioli y luego fue impulsada magistralmente desde INTA Manfredi por el Ing Mario Bragachini, y llevó a la creación de Hoy es un sistema de cultivo que habilitó un enorme crecimiento de la superficie agrícola nacional, bajó mucho el costo por hectárea y trae beneficios innegables al medio ambiente. Además abrió las puertas a la exportación al mundo de equipos argentinos para esta tecnología.
  • El PROPECO, Programa Perdidas de Cosecha, otro programa liderado desde el INTA Manfredi por el recordado Ing Bragachini, tuvo tal éxito que logró que cada año se sigan evitando perdidas de granos ya producidos por un monto que supera el 50% del presupuesto anual de INTA.
  • El destete precoz, nació en INTA Concepción del Uruguay, Entre Ríos, por el recordado Ing. Ariel Monge. Es otra tecnología de procesos que genera un plus de mas de 500.000 terneros por año en la ganadería de cría nacional.
  • Mejoras genéticas en gramíneas y leguminosas forrajeras, por el trabajo de INTA Pergamino e INTA Bordenave, por destacar dos Est. Experimentales, que han incrementado la productividad de praderas cultivadas (PP) y verdeos de invierno (VI) en no menos de 2000 kg de MS, materia seca/ha/año. Este plus de forraje, multiplicado por no menos del 50% las has de PP y VI del país, transformado en carne y leche supera el presupuesto anual del INTA.
  • El INTA llega a los lugares más recónditos del país, apoyando y fomentando a las producciones regionales. Su llegada implica mantener gente dentro del área rural y nada menos que produciendo, arraigando familias en todos los sectores de la producción
  • El INTA trabaja con muy variado público, privado, público, jóvenes profesionales, futuros profesionales con actividades y extensión agropecuaria. Podemos decir que recibe al mundo en las experimentales. Y un punto más a destacar es su sistema de becarios, haciendo posible la iniciación profesional de muchos agrónomos y veterinarios que se incorporan al sistema productivo más preparados o que son elegidos para trabajar en la institución.

Pero todas las mejoras tecnológicas citadas podrían haber quedado encerradas en el propio INTA si éste no tuviera una red extraordinaria de Agencias de Extensión ubicadas en todo el país y la enorme tarea realizada por INTA con grupos CREA, Cambio Rural y profesionales independientes que se nutren de INTA. Además, en especial en zonas extra pampeanas, decir INTA es nombrar al principal aliado de los pequeños productores de la agricultura familiar, generando progresos productivos, económicos y sociales, consolidando el arraigo de las familias y fomentando la cultura del trabajo.

En síntesis, es fundamental no tomar decisiones apresuradas con el INTA, lo que no quita la realidad de que, como en toda actividad humana, hay mucho para mejorar. Hay aciertos a potenciar y errores a corregir, en especial con los muy numerosos cargos creados con visión de política partidista entre 2019 y 2023. Habría que comenzar por allí y con una evaluación muy profunda y sensata de cada caso. Esperemos que quienes tienen la responsabilidad de hacer ese trabajo lo entiendan así.

¿Producir XXI defiende al INTA?, definitivamente SÍ, por lo que fue, por lo que es y por lo que puede seguir siendo si se hacen los ajustes necesarios con sensatez y en profundidad, pero en donde corresponda.

Hasta la próxima.

Ing. Luis Marcenaro

Director de Producir XXI                                                                  

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