Producir XXI, abril 2020
Cuidar el recurso animal, es el futuro del tambo
En el Editorial del mes pasado, febrero, desarrollamos la idea de que de ahora en más, y a medida que vayan apareciendo las tan esperadas lluvias, hay que “ponerse las pilas” para ir recomponiendo la base forrajera. En efecto, reacomodar los potreros de pastoreo, mediante siembra de nuevas praderas, resiembras en otras y haciendo la mayor cantidad posible de verdeos, es clave para cuidar los resultados productivos y económicos. También es clave recuperar toneladas de forrajes conservados como silajes y rollos. Sin buena cantidad de reservas es suicida trabajar con altas cargas…y si no hay alta carga es muy difícil lograr un alto % de aprovechamiento real en pastoreo en el total del año. Por esto dijimos que es el momento de recomponer la base forrajera.
En nuestro mensaje de este mes ponemos énfasis en cuidar el recurso animal, es decir, cuidar todas las categorías animales, sean terneras de guachera y recría, sean vaquillonas ya encaminadas y para servicio o preñadas, sean vacas secas o vacas en plena producción. Ese recurso animal es el que transforma los alimentos en leche y carne y por lo tanto es el responsable del nivel de facturación total y del resultado final del negocio.
Listamos algunas de las principales acciones posibles para ese objetivo de cuidar el recurso animal:
- Buscar asesoramiento adecuado, agronómico y veterinario. El costo de ese asesoramiento se paga solito con los mejores resultados.
- Prestar mucha atención a las vacas pre parto, ya que está sobradamente comprobada la enorme relación de esta etapa con la producción futura y con lograr rápidamente una nueva preñez. Para esto:
- Cuidar mucho el confort, extremar esto.
- Alimentación adecuada como para que no pasen de un estado corporal 3,3 en la escala de 1 a 5 y cuidar el suministro de Vitamina E y selenio.
- Siempre respetar las vacunaciones para que le transmitan muy buena inmunidad a las crías.
- Parto, que sea fácil y con poca atención, con higiene y buen piso.
- Vaca en transición, es decir desde -30 días hasta +30 días del parto, que la vaca vaya aumentando su consumo para que lo antes posible llegue a su máximo, produzca mucho y se preñe rápido.
- Vacas en plena producción, alimentar lo mejor posible, dando a cada una lo que merece según días en lactancia, producción y estado corporal…y si es vaquillona de 1er parto darle algo más.
- Terneras en crianza, llegar a duplicar su peso vivo al nacer antes de los 60 días de vida y no superar el 4-5% de mortandad.
- Vaquillonas de recría, que siempre haya ganancia de peso (pesar cada mes) y llegar a los 14-15 meses con el 70% del peso adulto normal para su raza.
Y recordemos siempre que el veterinario no es un bombero para ser útil sólo en las urgencias, hay que trabajar acompañado todo el tiempo por él, de manera preventiva y dentro de un muy buen Programa de salud, bienestar animal y reproducción adecuadas.
Hasta la próxima.
Ing. Luis Marcenaro
Director de Producir XXI