Producir XXI, febrero 2023

Un gráfico brutal y definitivo para entender cómo la Argentina no puede existir sin el campo

Sintetizado de Valor Soja publicado

por WWW.bichosdelcampo.com.ar

Agroindustrias, alimentos, minería y servicios profesionales son los únicos sectores de la economía argentina con saldo anual positivo entre exportaciones e importaciones

En la Argentina las divisas –la “sangre” de la economía– están fabricadas mayormente con agua porque es el sector agropecuario el que provee el grueso de los recursos para pagar importaciones de bienes y servicios. Entonces, si no llueve en los momentos oportunos (como está sucediendo ahora), eso solamente significa una cosa: problemas.

En el año 2022 el ingreso neto integral de divisas generado por los sectores “oleaginosos y cereales” y “otras actividades primarias” fue de 41.950 millones de dólares (M/u$s), mientras que en 2021 esa cifra había sido de 35.503 millones de dólares (M/u$s). Es decir: un crecimiento del 18%.

El crecimiento se sustenta en su mayor parte en un aumento de los precios internacionales de los productos agroindustriales, dado que la productividad del sector decreció por efecto de inconvenientes climáticos y políticas públicas diseñadas para desincentivar inversiones.

En segundo lugar se ubicó el sector “alimentos y bebidas” con 8202 M/u$s netos ingresados en 2022 (versus 6713 M/u$s en 2021), mientras que el tercer lugar del ranking de generación de divisas fue para la minería con 3745 M/u$s (2760 M/u$s en 2021).

Los datos corresponden a cifras del último Balance Cambiario publicado por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) en lo que respecta a exportaciones/importaciones, inversiones directas, préstamos, giro de utilidades y formación de activos externos.

En cuanto a la industria petrolera y gasífera, los ingresos por exportaciones e inversiones generados en 2022 no lograron compensar la salida de divisas, lo que implicó que el sector registró un balance cambiario neto de -2921 M/u$s.

Los demás grandes sectores generadores de bienes y servicios de la economía argentina consumen muchísimos más dólares de los que generan y son “subsidiados”, en términos cambiarios, por el sector agroindustrial.

El “campeón” del consumo de divisas en 2022 fue el turismo, el cual registró un déficit cambiario neto de 6811 M/u$s. Una cifra bestial. La razón de ese fenómeno no es un misterio: muchísimos argentinos viajaron el año pasado a Qatar para alentar a la selección nacional de fútbol.

El hecho de que, debido a las distorsiones generadas por el cepo cambiario, Argentina no pueda aprovechar los numerosos activos naturales y culturales para promover turismo receptivo representa un hecho insólito en un contexto de restricción de divisas.