Producir XXI, enero 2024

Hermosa oportunidad para mejorar la producción

Escenario ganadero para el 2024, desafíos y oportunidades a concretar

Lic. Victor Tonelli

victor@victortonelli.com.ar

+54 9 11 4783-2456

Oportunidades y desafíos que, en un marco de negocios muy estimulantes, esperemos que esta vez se concreten en la realidad.

 

El escenario general

El año 2023 va a terminar con una faena cercana a 14,5 millones de cabezas, con una oferta de 3,3 millones de toneladas, de las cuales 25% fue con destino a exportación y 75% con destino al consumo interno, a razón de cerca de 53 kg/habitante año. No se consideran la exportación de huesos, que es un error metodológico porque ya están tomados al ajustar por 1,5 los volúmenes de cortes peso producto deshuesados.

La liquidación de hembras, particularmente vacas, generada por la sequía, nos dejará un rodeo de vientres en servicio de 22 millones o menos. En lo que hace a la próxima zafra de terneros, se espera una caída no menor a los 1,5 millones, que no estarán para sumarse a la oferta de venta en el 2024 y 2025. Para completar las pérdidas generadas por la sequía se estima que a fin del 2023 habríamos perdido cerca de 3 millones de cabezas.

 

Los precios como parte del escenario

Involucionó en precios respecto del 2022, con valores que según mercado cayeron entre el 10% y hasta el 25% (China, que representó el 75% del volumen total exportado) y, en el mercado interno y como consecuencia de un exceso de oferta, los precios del ganado se mantuvieron retrasados respecto de la inflación hasta el mes de septiembre, a partir de allí en parte por menor oferta y en mayor medida por las incertidumbres generadas por la contienda política, los valores del ganado terminaron recuperando poder de compra y, con ello, márgenes en las actividades ganaderas, particularmente CRIA y RECRIA.

¿Qué podemos esperar para el 2024 y 2025?

Partiendo del escenario descripto y considerando que el cambio de clima ya ha generado un cambio de ciclo, de liquidación a recuperación de rodeos (retención), la oferta de los próximos 2 años será sensiblemente menor a la que tuvimos en el 2023.

Si, adicionalmente, le sumamos el cambio de políticas que pasará de estatismo e intervención a desregulación y libertad de mercados, con especial énfasis en la vuelta al mundo e impulso a las exportaciones, terminaremos de visualizar un escenario de negocios ganaderos muy diferente al que vivimos en los años precedentes. Sobre todo, si sumamos que el panorama de demanda y oferta internacional también ira gradualmente modificándose favorablemente agregando expectativas aún más favorables para el sector.

Finalmente, y asumiendo que las políticas liberarán toda restricción a las exportaciones y permitirán que el tipo de cambio percibido por los exportadores se acerque a su valor real, en ese contexto, las exportaciones mejorarán su poder de compra y serán el factor de mayor peso en la formación de precios para el ganado.

A darle duro y mejorar la producción

Con el escenario descripto se espera que se reanuden los procesos de recrías, interrumpidos por la sequía, y se recuperen los pesos de faena que podrían finalizar el año en valores cercanos a los 235 kg/res cuando este año promediaron menos de 227 kg.

Como consecuencia de la caída de la oferta por pérdida de stock y fundamentalmente por la merma de más de 1,5 millones de terneros para la zafra del 2024, sumada a la natural caída de oferta durante la primera etapa de los ciclos de retención, el volumen de carne en ton res con hueso posiblemente caerá a la largo del próximo año en más de 400 mil toneladas. Esto, si lo relacionamos con el número de habitantes implicará una caída cercana a los 8 kg/habitante/año (posiblemente esa caída será de 200 mil ton para 2025).  Considerando el mayor poder de compra de las exportaciones, hasta que se recupere el bolsillo de los consumidores locales, es posible que la caída del consumo de carne vacuna tenga que absorber buena parte de la mencionada disminución de la oferta.

Como consecuencia, del desequilibrio de la oferta y demanda, los precios relativos de todas las categorías sostendrán valores por encima de la inflación, generando mejoras en la rentabilidad de todos los segmentos de la producción ganadera, en particular la cría y la recría pastoril.

Hermosa oportunidad para los productores

De cumplirse el escenario planteado, la concesión de oportunidades para el productor ganadero incentivará la mejora de procesos, la inversión en tecnología y sobre todo incrementar la eficiencia productiva, particularmente en la mejora de la oferta forrajera, en genética y en sanidad, podrían permitir un salto cuali cuantitativa de la ganadería, tan esperada como posible.

Si lo planteado se acercara a su concreción, y las políticas propuestas por el nuevo Gobierno se fueran concretando, posiblemente ingresaremos a un nuevo ciclo positivo del negocio ganadero que permita concretar todo el potencial que siempre supimos que existía en la ganadería para transformarla en una de las más destacadas en el mundo.

Para finalizar esta nota es importante considerar, hacia los próximos años, la trascendencia de nuevos desafíos vinculados por la demanda internacional vinculada a la reducción de emisiones de gases efecto invernadero, a cuestiones vinculadas con la biodiversidad que llevará a reducciones en el uso de agroquímicos y a otros aspectos no menores como el bienestar animal y aspectos sociales, particularmente de comunidades autóctonas que habitan zonas de producción ganaderas.