Producir XXI, julio 2025

 

Algunos aportes para pensar la lechería, surgidos de intercambios en las redes

En el sector lechero se percibe un contexto de cierto confort, casi de quietud, pero es necesario poner a funcionar las neuronas también para temas de tranqueras para afuera. Llega el momento de discutir seriamente temas que históricamente se han evitado o postergado

Lo sabemos: no sirve “salvarse solo”

Muchas de las inversiones que se están realizando en los tambos responden más al deseo individual de los productores por hacer lo que les gusta, que a una estrategia coordinada para transformar estructuralmente el sistema. Pero el entusiasmo personal no alcanza si no se acompaña de decisiones que, aunque antipáticas, son urgentes y necesarias.

El agua contenida en la leche no sirve para lograr productos

Necesitamos hablar de sólidos, dejar de medir exclusivamente en litros, y alinear los incentivos hacia la calidad y el valor agregado real. Lo que verdaderamente interesa a los fines industriales son los sólidos útiles (SU) de la leche. Una leche con mayor contenido de sólidos y menos agua es altamente beneficiosa para los tambos (menor costo de ordeño y de enfriado en tambo por cada kgr de SU) y para la industria láctea, ya que reduce costos de transporte y procesamiento, mejora la eficiencia en el uso del agua y disminuye la huella de carbono, además de optimizar la calidad de los productos finales como el queso y el yogur.

 

El transporte es muy costoso

Debemos enfrentar con honestidad el debate sobre la logística y qué impacto tiene en la competitividad del sistema. El costo del transporte de la leche del tambo a fábrica, por ejemplo, tiene importancia creciente y es uno de los factores que habría que revisar para ajustar mejor el precio logrado por cada productor.

Los impuestos…¡¡por Dios, los impuestos!!

Necesitamos discutir en profundidad la estructura impositiva de la lechería en su conjunto. No desde la queja puntual ni desde el pedido de devolución de impuestos, sino desde una reforma real. Una que baje la carga impositiva para todos los actores de la cadena y que permita formalizar relaciones productivas y comerciales más eficientes.

Posibilidad de contratos de venta de leche de tambo a industria

En este marco, es fundamental que las provincias eliminen el impuesto a los sellos. Esto permitiría avanzar en contratos que hoy no se firman justamente por los costos que implican. Contratos que podrían ser utilizados como herramientas de monetización, de financiamiento genuino para el productor y de mayor transparencia en los vínculos.

Más y mejores créditos

Es imprescindible seguir fortaleciendo el acceso al crédito, especialmente en el primer eslabón de la cadena.  Por eso, el esfuerzo del Estado nacional y provincial debe concentrarse en continuar acompañando inversiones en valor producto.

La industria debe hacer lo suyo…pero más

La industria, por su parte, aún no ha mostrado en términos generales una estrategia clara de ampliación de su capacidad instalada. Sin esa inversión, el crecimiento de la producción no se traduce en valor ni en desarrollo. Habrá que lograr una mayor logística y elaboración por inversiones que permitan trabajar más litros de leche por empleado, en lo que estamos muy atrasados en el mundo.

Ya no vendemos saldos y retazos, mejoremos el comercio internacional

Hubo muchos años en que sólo exportábamos “el excedente” del consumo interno y así lo hacíamos entre el cero y el 5-7% de la producción nacional y no había política exportadora. Ahora estamos consolidando exportar el 25-30% y podemos apostar a más. Es necesaria una verdadera política de exportaciones, con visión de largo plazo, con trabajo muy serio de acuerdos, viajes, exposiciones, etc.

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