La deficiencia de este nutriente puede causar cansancio, fatiga, debilidad, estreñimiento, pérdida del apetito o de peso, anemia, así como problemas neurológicos, que presentan síntomas como entumecimiento y hormigueo en las manos y los pies, problemas de equilibrio, falta de concentración y de memoria o depresión, entre otros. En el caso de los niños, los signos de una deficiencia de vitamina B12 incluyen retraso de desarrollo y crecimiento, problemas de movimiento y anemia.
Las fuentes alimentarias de vitamina B-12 incluyen la carne de aves, de vaca y de pescado, y los lácteos. La vitamina B-12 también se agrega a determinados alimentos, como los cereales fortificados para el desayuno. Por lo que podemos decir que la mejor manera de satisfacer las necesidades de vitamina B12 de su cuerpo es consumir una amplia variedad de productos animales.