Producir XXI, junio 2022
La baja calidad higiénico-sanitaria de la leche cobra millonarias pérdidas al tambo y al país
Sintetizado de Gustavo G. Gigena
www.agroclave.com.ar
La experta en calidad de leche y asesora de varios tambos comerciales en la cuenca central de Santa Fe, Med Vet Mónica Beltramo, advirtió que se pierde no sólo dinero sino también producción y estatus sanitario.
El perfil higiénico sanitario de la producción de leche cruda en Santa Fe sigue siendo preocupante en la cuenca central. Al complejo panorama que se da con el dudoso control de la Tuberculosis Bovina, se suma el dato técnico innegable de los tambos que están produciendo (en promedio) una materia prima con altos valores de Células Somáticas y recuento de Bacterias, que alejan a Santa Fe de un estándar aceptable en calidad de leche, al menos de su condición higiénico-sanitaria.
Qué revelan estos datos
La Dra. Beltramo no habla desde un escritorio, sino que recorre a diario la cuenca lechera del departamento Castellanos, epicentro productivo de la provincia, porque asesora tambos comerciales (representativos del tambo medio de nuestra lechería), y en ese rol fue convocada por el director Abel Zenklusen para que dicte una charla sobre Calidad de Leche. Lamentablemente, hubo poca afluencia de interesados, pero su experiencia y diagnóstico hacen urgente y sugerente su mensaje.
“No estamos de lo mejor en la cuenca central de Santa Fe, en lo que es calidad higiénico-sanitaria, según Recuento de Células Somáticas (RCS) y Unidades Formadoras de Colonias (UFC), ni tampoco en materia composicional de la leche, grasa (GB) y proteína (PR)”, afirmó Beltramo al dialogar con Agroclave al final de su exposición.
“Desde mi visión, hay que entender la problemática como una curva o campana de Gauss. Tenemos un bajo porcentaje de tambos que tienen muy buena calidad de leche, pero tenemos una media de tambos en los cuales se detectan niveles preocupantes que ubican el promedio de la provincia en 409.000 CS y más de 105.000 UFC por ml/leche, y a su vez, otro grupo más pequeño de tambos en los cuales estos valores empeoran aún más, porque evidentemente las medidas que se toman son deficientes o directamente nulas”, describió la experta. “No tenemos que englobar a todos porque hay establecimientos y operarios que trabajan muy bien, pero es necesario marcar que muchos otros no lo hacen”, aclaró.
El impacto es real
Cuando se evidencia esta situación productiva composicional en el aspecto sanitario, lo mejor para tomar conciencia es analizar su impacto económico, a fin de entender por qué es tan prioritario solucionar el problema cuanto antes. “Lo que los productores no cuantifican o dejan de lado, es lo que le ocasiona esta situación en la productividad del sistema, la pérdida que significa para la empresa”. Según Beltramo, “Tomando un nivel promedio de 200.000 células somáticas de tanque, en el cual no tenemos pérdidas de producción, o al menos asumimos no tenerlas, cada 100.000 CS que se eleva el recuento, perdemos un 2,3% de la producción total. Por eso lo que pienso es, sentémonos a ver nuestro promedio mensual de niveles de CS y cada 100.000 somáticas que aumentamos en la base de las 200.000 RCS empecemos a ver qué cantidad o qué porcentaje de producción estamos perdiendo”.
Si transpolamos el cálculo al promedio provincial de RCS y UFC, el número de la pérdida asusta. La provincia está perdiendo en un mes más del 5% de su producción total, esto es 1,3 millones de litros aproximadamente. Si se calcula el valor de esta pérdida al precio actual (SIGLEA), la cuenta da unos $56 millones de pesos que el sistema pierde todos los meses, más de $600 millones en el año.
“Es plata que no se ve, es leche que no se produce o que se pierde y es dinero que la cadena deja de ganar”, concluye la asesora técnica.
Ocuparse a tiempo
Considerando que la Mastitis es el problema central que explica la situación de pérdidas por CS, Mónica Beltramo afirma: “generalmente todo tiene solución y obviamente que mastitis vamos a tener siempre, porque hay que convivir con ella en los tambos, pero lo primero que hay que hacer es un diagnóstico integral de cada establecimiento”. Esto incluye “ver en qué situación general estamos, midiendo el nivel de CS de tanque, realizar un muestreo de leche para descubrir el tipo de bacterias que tenemos y analizar qué número de casos clínicos están activos en los animales”.
Para ello, Beltramo recomienda hacerse de un registro manual o software que compile y actualice la información, “para que nos ayude a tomar decisiones a tiempo e implementar medidas para trabajar en equipo, con el tambero, el veterinario y el productor”. ¿Por qué esto que parece tan simple no se hace? “Yo creo que hay una gran falta de capacitación”, señala la médica.
Más capacitación
En este camino, la Dirección de Lechería y la Mesa de Productores de Leche de Santa Fe, junto con profesionales del ámbito académico se han comprometido a dictar charlas informativas gratuitas y abiertas, recorriendo la provincia para sembrar conciencia en el tratamiento de las enfermedades que afectan al rodeo lechero.
“Considero que hay productores que saben muy bien de qué se trata la problemática y están haciendo bien las cosas, pero también debo admitir que hay otros productores que no lo saben o miran para otro lado”, sugiere la experta. “Todos debemos hacer lo nuestro, tanto a nivel de tamberos como de operarios, productores y técnicos, comprometernos con la prevención y la solución del problema; nosotros los veterinarios somos los de mayor responsabilidad porque visitamos esos establecimientos y lo detectamos”.
Méd. Vet. Mónica Beltramo, profesional asesora de tambos en el Departamento Castellanos (+54 9 3492 48-4538; beltramo.monica@gmail.com).