La mala leche de los que tienen la verdad revelada

Damián Morais

Fuente: Edairynews

La posverdad tiene sus puntos divertidos, hasta que se vuelve una amenaza real y concreta contra el mismo público al que pretende cuidar, las nuevas verdades reveladas que contradicen las verdades científicas tienen que tener un contrapunto, pero lamentablemente no vende.

Este fin de semana la revista Noticias tuvo en su tapa un artículo centrado en denostar a la leche como alimento base del desarrollo humano. Está basado en un libro de una periodista argentina Soledad Barruti que saldrá el próximo mes.

El artículo comienza con una gran mentira que es el sustento de todas las teorías conspirativas que vienen amenazando a la leche y los derivados lácteos desde hace ya unos años, veamos el primer párrafo, dice lo siguiente: “La comunidad científica internacional comenzó a rediscutir las bondades de los productos lácteos para la salud, presentados como pilares de la alimentación. Se investiga su incidencia en ciertas afecciones crónicas. La Universidad de Harvard, incluso, ya eliminó a los lácteos de su “plato” de alimentos saludables con el objeto de poner un freno a su ingestión excesiva.

Es tan fácil refutar estas aseveraciones que da vergüenza profesional tener que hacerlo. Primero, Harvard no eliminó ningún lácteo de su “plato” de alimentos saludables. Es más los sostiene, y con lógica, limitando su consumo a cantidades razonables. Si quiere leer la propuesta completa de Harvard sólo tiene que ingresar a este link de la prestigiosa Universidad y sacarse las dudas, https://www.hsph.harvard.edu/nutritionsource/healthy-eating-plate/ pero ya sabe, es la era de la posverdad, y si quiere puede quedarse con la mala leche de suponer que se dice lo que no se dice.

Ya el comienzo de toda la investigación sobre la leche es mentira, por lo que todo lo que viene después no tiene sustento, pero veamos un poco más de estas “verdades reveladas”.

Otro párrafo dice: “Muchos de los críticos coinciden en un mantra: la leche de vaca es muy beneficiosa para que crezcan los terneros. No hay ningún chico o humano en la tierra que necesite la leche de vaca más de lo que la necesita una jirafa o un ratón”. A ver, este mantra es de los más repetidos, y es cierto, ningún otro mamífero necesita leche en su vida adulta, y tampoco necesitan usar celulares, ni fabricar ropa, ni construir vehículos, ni cantar canciones o recitar poemas, y tampoco necesitan escribir falacias libremente.

Vamos que podemos seguir repasando estas “verdades”, dice otro párrafo: Marta Mijelman, una ex profesora que vive cerca del pueblo uruguayo de Punta del Diablo, probó durante un año y medio la restricción absoluta de lácteos, con el objeto de aliviar la congestión de sus vías respiratorias. “Me parece que mejoré un poco”, cuenta a NOTICIAS por teléfono.” Muy científico y convincente el “me parece que mejoré”. No más palabras al respecto.

Para cerrar, un último párrafo a revisar “La nutricionista Sanz muestra unas tablas: las semillas de amapola o las algas wakame multiplican por diez o más el contenido de calcio de la leche de vaca por cada 100 gramos de alimento. Y mientras el mineral de la leche, el yogur o el queso cheddar se absorbe en promedio un 32 %, en vegetales, proporción supera el 60 %”. Estuve tratando de comprar algas wakame en medio de la pampa húmeda, no sé por qué no consigo.

Lamento si suena agresivo algo de lo que he escrito, pero es probable que me haya salido desde la bronca que me producen ciertas estupideces de la posmodernidad. Aclaro, y esto sí es cierto, yo no tomo leche, o mejor dicho, no lo hago de manera cotidiana, el mate es mi bebida diaria. Mi relación alimenticia con los lácteos se podría reducir a un amor incondicional a los quesos, pero a los que visito menos de lo requerido por mi cuerpo, pero lo importante es que no pretendo que mi elección nutricional se contagie a otros, sí pretendo que la gente pueda optar en base a informaciones ciertas, no sobre medias mentiras mostradas como “verdades reveladas”.

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