Producir XXI, diciembre 2023

Permanente renovación de la Esperanza, pero, más que nada, depende de nosotros

¿Flores en nuestra tapa?, Sí, las flores son una señal de Esperanza, de mirar las cosas en Positivo. Así queremos mirar el recambio de gobierno, con Esperanza. De la misma manera que hace 4 años pusimos en tapa gente con banderas y dos presidentes abrazándose. Es cierto que no nos fue bien como país en estos años. Ya sabemos que todas las estadísticas productivas, económicas y sociales, empeoraron, por eso el pueblo votó por un cambio, pero se mantiene la continuidad democrática y ya eso es mucho, aunque no es todo. Nuestro país necesita cambiar y para bien. Aunque cueste al principio, debemos hacer lo que han hecho países que salieron de guerras y desastres y hoy son realmente desarrollados. Imaginar y trabajar por ese cambio es una renovación de Esperanza, que sentimos que necesitamos.
Frente a los muchos problemas que vive el mundo y que vivimos como país, necesitamos trabajar para salir adelante. Para eso debemos lograr motivación y esa motivación surge de ver dónde estamos y apreciar que podemos estar mucho mejor, que tenemos un margen posible de progreso, que hay posibilidades concretas de cara al futuro, y que si miramos atrás es mucho lo que ya progresamos. Ver posibilidades, ver margen de progreso posible, debe generar en nosotros Esperanza para el futuro.

  • Como país tenemos mucho futuro, tenemos un enorme potencial y, si hacemos las cosas bien, si dejamos atrás los populismos que terminan sometiendo al pueblo a la esclavitud del clientelismo, si dejamos los facilismos y volvemos realmente a la cultura del trabajo, del orden, del mérito, tenemos mucho para avanzar.
  • En lo que al agro y las agroindustrias respecta, es mucho lo que hacemos (ver la primera nota de esta edición) y sin embargo podemos aportar mucho más en cuanto se concreten las muy necesarias políticas que destraben impedimentos y permitan desarrollar mucho más todo el potencial que todos sabemos que existe.
  • Buenas noticias para el sector agropecuario: se están conformando los equipos del nuevo gobierno en el área y hay muy buenas designaciones, encabezadas por la del Ing. Fernando Vilella, de quien tenemos una nota en esta edición. Excelente profesional, de probada capacidad y gran valía como persona, y que está formando un equipo de gente en esa línea. Asimismo, comienza a esbozar políticas que darán gran empuje al agro y las agroindustrias.
  • En la lechería también hay mucho margen posible de progreso: tanto en los tambos como a nivel industrial y de la cadena en conjunto:
  • A nivel tambo, mientras el promedio nacional de productividad está en unos 8500 litros de leche/ha/año, hay muchos productores que logran 12.000-15.000 litros y más, y con un consumo de concentrados por litro de leche muy similar, rondando los 300 gramos/litro. Pero no es cuestión sólo de producir, sino tener una actividad sustentable empresarialmente. Para esto en gestión y administración también hay margen, así como en lo referente a ser más amigables con el ambiente. Todavía hay mucho a mejorar.
  • A nivel industrias lácteas, mientras como promedio nacional trabajan 1300-1500 litros por operario/día, las hay mucho más eficientes con 5000 y 6000 lts, y otras 1000 litros o menos y así sus costos están muy comprometidos. También hay empresas que ya se atreven inclusive a desarrollar productos 100% de origen vegetal y así atienden nuevas demandas y mejoran su capacidad de pago al productor. Todavía hay mucho a mejorar.
  • A nivel de toda la cadena, también hay mucho margen para progresar, sólo falta ponernos más de acuerdo y entender más la lechería como negocio integralmente y que realmente haya políticas que potencien la actividad. En este contexto le deseamos lo mejor a Sebastián Alconada, designado Director Nacional de Lechería. Es mucho lo que el sector aporta en lo económico a nivel nacional y localmente en cada pueblo, así también en lo social, en la fijación de familias en las zonas productivas, en la creación de puestos de trabajo (tan solo el tambo genera uno cada 50 has), etc. Todavía hay mucho a mejorar.
  • Como decimos, hay muchos motivos para renovar las esperanzas. Es la Esperanza, con fundamentos reales, uno de los motores principales de toda actividad humana.

    Finalmente, deseamos a todos una Feliz Navidad y un 2024 lo mejor posible, que será duro, pero que de  nosotros, de cada uno y del esfuerzo común, depende.

    Hasta la próxima.

Ing. Luis Marcenaro
Director de Producir XXI

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