Producir XXI, febrero 2024
Algunos aspectos clave en la crianza de Terneras de tambo
La crianza de terneros, en los establecimientos donde la reposición es considerada como una actividad de primer orden, los resultados son los esperados. Es el futuro del tambo.
Se inician las pariciones y es conveniente poner a punto todo, para arrancar bien la crianza y seguirla mejor durante el resto del año. Es con ese fin, que en forma muy breve haremos un repaso de los temas a tener en cuenta, para ser lo más eficientes posible.
Al secado de las madres 60 días previos al parto, y vacunación preventiva al secado y al preparto (30 días). Incluir a las vaquillonas, en la vacunación preventiva 60 y 30 días previos al parto. Consultar al Veterinario Asesor, el plan de vacunación preventiva.
Acondicionar la nursery, para recibir a los terneros problema, parteados, nacidos en temporales, etc. Chequear que funcionen las lámparas para dar calor, se disponga de cama de paja y esté todo en condiciones de higiene.
Calostrar a las terneras recién nacidas dentro de las 6 horas después del parto, con calostro de calidad. Abastecer el banco de calostro, disponer de los recipientes para almacenar calostro y chequear los instrumentos de medición (Refractómetro óptico, refractómetro digital, calostrímetro). Disponer de calostro en polvo para alguna emergencia o para corregir el calostro propio. Evaluar el estado inmunitario de los terneros entre el 2do y 5to día de vida.
Desinfectar el ombligo al nacimiento con tintura de Yodo al 7 % en solución alcohólica. Volver a desinfectar cuando ingresa a la crianza. Aplicación de curabicheras en temporada de incidencia de mosca.
Alojar los terneros en la crianza, depende el sistema elegido, darle las mejores condiciones para que el sistema pueda ser un facilitador de la crianza y no una piedra en el camino. Por ejemplo, si es un sistema de estaca, que las mismas estén en condiciones, que no se enreden, que haya baldes para todos, etc. Si es un sistema colectivo, que haya corrales para tener como máximo 20 terneros por grupo, disponer de baldes o tetinas para la administración de la dieta láctea. Disponer de reparos para el verano y el invierno, adecuados al sistema de crianza elegido.
Definir el sistema de alimentación, y controlar que se cumplan los objetivos. Es decir, controlar las medidas de preparación y administración de la leche o el sustituto, tener la posibilidad de calentar la leche o el agua para el sustituto en forma rápida y amigable para el personal. Y contar con un tanque térmico para la distribución de la dieta láctea. Los terneros deben recibir su dieta láctea todos los días en los mismos horarios y a la misma temperatura. Pesar las terneras al ingresar y salir de la crianza, (con cinta o balanza), para determinar la ganancia diaria de peso y evaluar el plan de alimentación implementado.
Administrar un alimento balanceado iniciador de alta calidad y palatabilidad, hacerlo desde el ingreso a la crianza, y siempre a discreción, repasando diariamente la oferta y controlando el consumo.
Organizar el desleche según consumo de la dieta sólida, estado de los animales y edad objetivo. Hacerlo según el sistema de alimentación elegido, sea la cantidad de leche por toma, como el tipo de alimentación sólida, sea tradicional o de desleche precoz, pero tenerlo definido y organizado.
Disponer de los medicamentos y elementos necesarios para realizar los tratamientos preventivos y curativos de las enfermedades frecuentes en la crianza, como diarreas, neumonías, onfalitis, etc.
Capacitar al personal en forma teórica y práctica, sobre el manejo de los terneros y la crianza. Desde la atención del recién nacido, pasando por el manejo de la alimentación y el sistema de crianza, y el tratamiento de las enfermedades, rehidratación oral y endovenosa. Sin olvidar, la toma de registros.
Darles seguimiento y apoyo a los crianceros en su trabajo, comparando la marcha con los objetivos predeterminados. Discutir con ellos sobre el proceso.