Producir XXI, febrero 2021

Implantación de pasturas, algunos factores determinantes menos tomados en cuenta

Ing. Agr. Juan Lus

jlus@pgweeds.com.ar

La implantación de pasturas es una operación delicada y exigente porque se trata de un cultivo cuya duración se planifica para un período prolongado de tiempo y es poco flexible en sus capacidades de compensación cuando la población inicial está por debajo de lo necesario. Cuando ocurre, afecta no solo a la producción de forraje, sino también a su perdurabilidad.

Antecesores en el potrero

La correcta definición del antecesor, suele determinar el éxito o el fracaso de la implantación. Altos volúmenes de rastrojo en superficie limitan la colocación de la semilla a la profundidad adecuada. Del mismo modo, pueden afectar a la liberación del lote atrasando la fecha de siembra. Ante bajas temperaturas de suelo, no sólo se retrasan las emergencias, sino que además, las plántulas quedan a merced de las primeras heladas, siendo las leguminosas más sensibles a este fenómeno cuando son pequeñas. Como puede verse en las  fotos N°1  y N°2, para el mismo ambiente, un antecesor u otro, pueden definir una implantación deficiente o adecuada.

Operación de siembra

Las semillas de las especies forrajeras templadas tienen un tamaño muy pequeño. Su profundidad de siembra ideal es muy acotada, de los 0,5 cm a 1,5 cm, dependiendo del suelo y del tamaño de la semilla. Los coeficientes de logro, entendidos como el porcentaje de semillas que llega a transformarse en plantas en los primeros 60 a 90 días, rara vez suelen superar el 35-40% en los casos más eficientes, siendo frecuentes los valores cercanos al 20-25% o incluso menos.

Es particularmente difícil subir algunos puntos en los logros obtenidos, pero es sumamente sencillo caer a valores muy bajos. En buena medida, la sensibilidad de estas pequeñas semillas a la profundidad de siembra determina una parte importante de estos logros, sea bajo siembra directa o convencional.

Puede verse en los cuadros 1 y 2, el impacto del tamaño de semilla en los logros obtenidos en ambos sistemas de siembra.

Calidad y presentación de la semilla

Si todos los aspectos mencionados son atendidos convenientemente y no se considera la calidad de la simiente, es probable que el éxito se encuentre en juego. El INASE argentino determina las calidades comerciales mínimas estándar  para cada especie. Se recomienda utilizar semilla que cumpla con las normas legales correspondientes para no tener implantaciones inapropiadas, malezas inesperadas y producciones deficientes.

La presentación comercial de la semilla debe ser adecuada. Para el caso de las especies peleteadas, deberán tener los niveles de incremento apropiados para que las implantaciones sean mejores respecto de las no peleteadas. Cabe destacar que incrementos de volumen de hasta el 50-60% con esta tecnología, permite elevar los logros en el orden del 20-25% respecto de la misma semilla sin ese aporte de valor.

Otro aspecto de interés, especialmente para aquellas especies que son peleteadas, es el aporte adicional de terápicos que en la formulación y la dosificación adecuadas incrementan aún más los logros. Para el caso de las gramíneas que se peletean, el agregado adicional de polímeros  de fluidez mejora radicalmente la operación de siembra logrando mejores distribuciones espaciales en el surco. Se recomienda utilizar semilla que cumpla no sólo con los  requerimientos legales mínimos, sino además, con aquellas que sumando tecnologías adicionales redunden en mejores comportamientos generales. Estas informaciones deben encontrarse perfectamente identificables en el rótulo de las bolsas. En esto lo barato sale muy caro.

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