Producir XXI, diciembre 2020

Estrés Térmico en Feedlot. Un enemigo recurrente años tras año.

Ing. Agr. Pedro Sueldo

Coordinador Científico Rumiantes Vetanco SA

+54 9 3472 438048

Los cuidados frente al estrés térmico son cada vez más importantes en el feedlot. Instalaciones adecuadas, horarios de trabajo y del suministro de alimentos y tipo de éstos son parte de las estrategias para mitigar el problema. 

El estrés por calor en el ganado es una condición fisiológica en la cual la temperatura corporal es más alta que la normal y ocurre cuando la suma del calor interno, producido por el metabolismo, más el calor ambiental supera la capacidad del animal para disipar el calor del cuerpo y mantener su temperatura corporal entre 38°C y 39°C. Como resultado de esto, el animal responde con cambios fisiológicos y de comportamiento: aumento de la frecuencia respiratoria y sudoración para perder calor, aumento del consumo de agua y reducción del consumo de alimento (principalmente de dietas con alta concentración de energía), disminución del tiempo dedicado a rumia y descanso y aumento de los requerimientos de mantenimiento. Todo esto lleva a pérdidas de eficiencia de conversión y de rentabilidad en el sistema de engorde.

En sistemas intensivos de producción, como los feedlots, la carga de calor ambiental, por exposición a la radiación solar, frecuentemente con menor acceso a sombra y mayor hacinamiento, es mayor que en pastoreo.

Otros factores estresantes, como el manejo en corrales y mangas pueden aumentar aún más la temperatura corporal. 

En el engorde a corral, el consumo elevado de energía resulta frecuentemente en un estado de obesidad, que está positivamente asociado con la manifestación de inflamación metabólica y resistencia insulínica. Se ha demostrado la relación entre el desarrollo de esta condición y una reducida capacidad de vasodilatación y transpiración, que disminuye la capacidad de pérdida de calor corporal y aumenta el riesgo de estrés térmico severo en esos animales.

Razas más tolerantes

Las principales estrategias de mitigación de los problemas generados por el estrés térmico incluyen el uso de razas más tolerantes (cruzamientos con razas índicas), modificaciones de la alimentación para reducir la acumulación de calor metabólico y el desarrollo de estructuras e instalaciones para proteger al ganado contra las temperaturas altas. 

Horarios de trabajo

A lo anterior se pueden sumar medidas de manejo según las pautas de bienestar animal (manejo racional) tendientes a disminuir el estrés, evitando además trabajar con los animales en las horas de más calor, así como transportarlos a otras dependencias o a la planta de faena.

Sombra y agua

Las medidas de mitigación se centran en el suministro de sombra y agua de bebida. El libre acceso a agua limpia y fresca es fundamental. 

La sombra provee enfriamiento y alivio y la humedad y movimiento del aire son factores centrales en la eficiencia refrigerante de la sombra. El diseño de la sombra deberá permitir una remoción rápida y permanente del aire. Debe tenerse en cuenta que la presencia de sombra es un factor de concentración de animales, heces y humedad. El área de sombra a lograr debería ser de 1,5 (novillitos) a preferiblemente 4 m2 por animal (novillos y vacas), aunque ello depende de numerosos factores, principalmente del tipo y rigurosidad del calor. Para evitar restringir el movimiento del aire y alcanzar proyecciones de sombra suficientes, las estructuras de sombra deben tener al menos 4 m de altura y anchos de no mayores a los 12 m, con corredores de aire (áreas sin sombra) de al menos 15 m entre franjas. 

Horarios de alimentación

Otras estrategias se basan en el manejo de los horarios de comida y en la restricción del consumo. Si se dan dos comidas, se puede dar un tercio del total a primera hora y el resto cuando comienza a bajar el sol; si se da una sola comida, conviene hacerlo en dicho momento. 

El tipo de alimentos puede ayudar

Con respecto a los alimentos, los fibrosos generan en la digestión mayores incrementos de calor (por unidad de EM) que los que contienen más carbohidratos (granos). La mayoría de las investigaciones apuntan al uso de una mayor proporción de estos últimos en las dietas denominadas “frías”, que sumarían menos cantidad de calor. Sin embargo, para algunos autores no hay evidencia concluyente en este sentido y una dieta moderadamente fibrosa, con fibra de alta calidad y baja en energía generaría menos calor que una muy concentrada. Un exceso de proteínas degradables en el rumen también contribuye al incremento de calor, por lo que la utilización de proteína pasante puede ser conveniente. La utilización de grasa pasante en la dieta en reemplazo de parte del grano ha sido propuesta para contribuir a disminuir la producción de calor. Es posible que el suministro de distintos aditivos sean un complemento importante en la prevención del estrés calórico.

Un tema cada vez más candente

Desgraciadamente debemos acostumbrarnos y prepararnos para combatir el estrés térmico. Ya que como consecuencia del cambio climático se espera que los sistemas ganaderos en el trópico y subtrópico sudamericano sean los más afectados por el aumento de la temperatura, con la excepción de las áreas de gran altitud. Según consta en la Tercera comunicación Nacional de la República Argentina a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre cambio climático nacional, para la región húmeda, en el futuro cercano (período 2015-2039), se pronostica que la temperatura media anual se incrementará en menos de 1°C, pero es importante destacar que se espera un incremento en el número de olas de calor (períodos de 3 o más días consecutivos donde se alcanzan temperaturas superiores al percentil 90 del histórico de la zona).

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