Los objetivos en común son clave para tener un futuro mejor

Estamos escribiendo el texto de este Editorial el lunes 9 de diciembre. Es el día antes del cambio oficial de gobierno y al día siguiente de la misa compartida en Luján. Lo que vimos en esa misa realmente nos alegró, nos reconfortó. Puede ser que, en poco tiempo, días quizá, ya las señales de concordia y acercamiento se transformen en nuevos enfrentamientos y peleas estériles, como tantas veces lo han hecho nuestros dirigentes de diferentes los signos, en vez de buscar las soluciones que todos necesitamos. Pero esperemos que no sea así. Pensemos que el país madura y que lo hacen también aquellos que lo conducen.

Hablamos de tener objetivos comunes para avanzar hacia un futuro mejor. Analicemos esto en por lo menos tres niveles diferentes: el país todo, el agro en conjunto y dentro de él la lechería y la empresa de cada uno.

  • Pensando en el país todo, ¿hasta cuando seguiremos con los enfrentamientos que no conducen a nada? ¿Será que alguna vez maduraremos? ¿Estaremos madurando y en realidad esta vez sí será diferente? Nosotros, “los ciudadanos de a pie”, necesitamos que la dirigencia comience a encontrar objetivos comunes y los transformen en Políticas de Estado. No en un libro complejísimo de políticas ya que si fueran muchas sería mas difícil ponerse de acuerdo, pero sí en las prioridades básicas como la salud, la educación, la lucha contra la pobreza, la seguridad, la erradicación de la corrupción, y algunas pocas más.
  • En el agro en conjunto, y dentro de él la lechería. También aquí los argentinos debiéramos dar señales de madurez, de haber aprendido del pasado. No es posible, por ejemplo, que cuando hay que sentarse a discutir propuestas de política lechera, mientras la industria tiene dos caras, el CIL para las grandes y APyMEL para las empresas chicas, la producción primaria presenta más de una docena de entidades y con posiciones muchas veces contradictorias. Nos ilusionamos con Planes sectoriales consensuados y que busquen el bien general, y no, por ejemplo, que los que usan granos para su ganadería de carne o leche estén buscando que se incrementen las retenciones a la agricultura para abaratar la ración, sin importar el daño a la economía de los chacareros. También en el sector rural tener objetivos en común es clave para tener un futuro mejor.
  • En la empresa de cada uno no es diferente. También allí se necesita fijar objetivos en común a partir de visualizar los problemas compartidos. Será a partir de detectar los puntos fuertes, para potenciarlos, y los débiles, para corregirlos, que cada empresa podrá marcar sus prioridades y fijar sus objetivos. Cada parte de una empresa no es independiente, si algo anda mal, afecta a todos y esto hay que tomarlo en cuenta.

Estas reflexiones surgieron de ver la misa compartida en Luján el 8 de diciembre y de la esperanza de que comencemos a ser más normales, más coherentes, más previsibles. ¿Será mucho pedir?

Finalmente, el deseo de un Buen Año 2020… con objetivos en común.

Hasta la próxima.

Ing. Luis Marcenaro
Director de Producir XXI   

 

 

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