Producir XXI, octubre 2023

Hábitos saludables en la alimentación: Comer consciente

Lic. Josefina Marcenaro

Licenciada en Nutrición

jmarcenaro@hotmail.com

Instagram:

@josefinamarcenaronutricion

Cada vez más se escucha sobre la importancia de comer consciente, atentos, concentrados en lo que comemos y cómo comemos. La alimentación consciente se trata de ser más cuidadoso con lo que come y por qué.

Frenar y estar consciente

En la era de la inmediatez, del “todo ya” y viviendo a un ritmo vertiginoso, cada vez somos más los profesionales que llamamos a “FRENAR”, pedimos que se deje el piloto automático.

Mindfulness se entiende como “calmar la mente para ver con claridad” (Simón, 2011), es decir, es la atención plena en el momento presente (aquí y ahora). Mindful eating se trata de una práctica antigua, aplicada a la alimentación, que nos permite que ésta sea más saludable, placentera.

La alimentación consciente (así puede traducirse esta técnica) consiste en dedicar atención plena a la hora de alimentarnos. Poner en juego los 5 sentidos, porque si comemos de manera consciente vamos a ser capaces de escuchar a nuestro cuerpo, nuestras sensaciones (tanto físicas como emocionales). En esta práctica entran en juego las emociones. Significa que nos tomemos el tiempo necesario para observar nuestros pensamientos, emociones, sentimientos.

El hecho de mantener la mente “abierta, dirigida” al momento de comer nos va a hacer adoptar una forma diferente a relacionarnos con la comida. Se podrán identificar el hambre real del hambre emocional o el típico “vi luz y entre”, “comer porque si”.

¿Ahora bien, en qué consiste esta práctica?

Frecuentemente el acto de comer está rodeado de distractores, como la exposición a celulares, televisión, etc. Esto hace que uno no esté presente en lo que está haciendo y sea más difícil poder reconocer las sensaciones físicas y emocionales, llevando a un comportamiento más automático que nos aleja de lo que es esta práctica.

Conecta a la persona con el placer que proporciona comer, permite concentrar toda la energía en las sensaciones que proporciona saborear, masticar y tragar ese alimento.  

  • Mejora hábitos alimentarios. 
  • Facilita la digestión, los alimentos se perciben más livianos en el organismo. 
  • Colabora en el control, aumento o descenso de peso, se logra mayor consciencia acerca de las sensaciones físicas (hambre o saciedad).
  • Permite descubrir nuevos sabores e incorporar mejor los nutrientes.