Producir XXI, junio 2022

Las tecnologías de precisión y los cambios en la gestión

Ing Miguel Taverna, INTA

taverna.miguel@inta.gob.ar

Las tecnologías de precisión están cada vez más presentes en las conversaciones de productores y profesionales. Esta nota es un aporte para comprender qué y cuáles son estas tecnologías, cómo funcionan y el impacto que podrían tener en la gestión de los sistemas de producción de leche.

Tambo inteligente

Tambo de precisión es el término más corrientemente utilizado para agrupar un conjunto de tecnologías centradas en el monitoreo y la gestión del sistema.  La precisión es un atributo necesario e importante pero no es el determinante. Por este motivo, numerosos autores hablan del Tambo Inteligente, definido como “la utilización coordinada de tecnologías de la información y comunicación, automatización y robótica”, que se ajusta mucho más a los desarrollos existentes y a los objetivos perseguidos. El Tambo Inteligente busca principalmente:

  • Incrementar la eficiencia de los recursos y consecuentemente la sostenibilidad económica, productiva, ambiental y social del sistema.
  • Mejorar las condiciones de trabajo y de vida del personal.
  • Responder a las demandas de los consumidores (trazabilidad de procesos y productos).

En la Figura 1 se esquematiza el proceso innovador que aporta este conjunto de tecnologías a la gestión de las empresas lecheras.

El registro manual de datos limita las posibilidades de gestionar. La adaptación y desarrollo de captores posibilita relevar automáticamente parámetros productivos, sanitarios, fisiológicos y comportamentales a nivel individual (Figura 2). 

Todo indica que estamos frente a un cambio estructural-disruptivo en las formas de gestionar los tambos. Ya hoy las vacas lecheras son los animales más conectados del mundo.

La progresiva adopción de este conjunto de tecnologías transformará los sistemas de producción lechera en “tambos inteligentes” y éstos ordeñarán la mayor parte del rodeo mundial. Estos tambos serán los predominantes en el corto-mediano plazo, con diferencias lógicas entre países y regiones.

Sin embargo, la adopción de estas tecnologías implica inversiones (de magnitud en algunos casos), un costo adicional de mantenimiento y fundamentalmente, la disponibilidad de personal formado/entrenado para capturar el diferencial de valor que debería permitir justificar económicamente estas inversiones. Estos últimos aspectos aparecen como importantes desafíos para la cadena lácteas argentina.