Producir XXI, abril 2025

¿Qué hay detrás de un vaso de leche?

Lic. Josefina Marcenaro

Licenciada en Nutrición

jmarcenaro@hotmail.com

IG:

@josefinamarcenaronutricion

Mucho se habla de la importancia del consumo de lácteos o de lo malo que son los mismos. La idea de esto no es tomar partido, sino entender que hay detrás de ese grupo alimentario o mejor dicho de la leche.

La leche es leche

Según el Artículo 554 del Código Alimentario Argentino (CAA), con la denominación de leche, se entiende el producto obtenido por el ordeñe total e ininterrumpido, en condiciones de higiene, de la vaca lechera en buen estado de salud y alimentación, proveniente de tambos inscriptos y habilitados por la Autoridad Sanitaria Bromatológica Jurisdiccional y sin aditivos de ninguna especie. La leche proveniente de otros animales deberá denominarse con el nombre de la especie productora (por ejemplo: leche de cabra, leche de oveja, etc.).

La leche de vaca entera contiene aproximadamente un 87 % de agua. El 13 % restante contiene proteínas, grasas, carbohidratos, vitaminas y minerales. Gracias a técnicas de procesamiento se puede reducir la grasa para producir variedades con menos grasa.

La leche forma parte del grupo alimentario “Leche, queso y yogur” de la gráfica de la alimentación saludable para la población argentina. Se sabe de su gran aporte nutricional para el cuerpo humano en las diferentes etapas de la vida.

Aportes de la leche

La leche de vaca contiene nutrientes vitales para el buen funcionamiento del organismo. Según lo indica The Nutrition Source, autoridad líder en conocimientos sobre alimentación y nutrición de la Universidad de Harvard, este alimento contiene: calcio, proteína, vitamina B2 (riboflavina), vitamina B12, potasio, fósforo, vitamina A y D.

 

Una taza de leche contiene entre 276 y 305 miligramos de calcio, por lo que ayuda a alcanzar los 1.000 a 1.200 miligramos diarios recomendados para adultos, y aproximadamente 8 gramos de proteínas completas, indispensables para la construcción y reparación de tejidos.

 

Se recomienda que se utilice leche entera en niños menores de 2 años por su contenido de grasa, necesaria para el desarrollo cerebral. Después de esa edad, se recomienda optar por versiones bajas en grasa que mantienen los mismos niveles de nutrientes.

 

 

Desde hace unos años existe una corriente en entornos pseudo-científicos, redes sociales y medios de comunicación que está cuestionando el consumo de leche después de la lactancia argumentando que el hombre es el único mamífero que sigue consumiéndola después de esta etapa. Se la relaciona con intolerancias, con alergias, entre tantas cosas. Mi pregunta es ¿tenemos base científica para poder avalar dicha afirmación?, ¿es motivo suficiente ser únicos en algo para suponer que eso es malo?…

 

Personalmente recomiendo el consumo de leche, el uso de lácteos dentro del marco de una alimentación saludable. Considero que la leche es un alimento muy nutritivo y útil, pero no por eso voy a recomendar tomar 2 litros de leche por día. Eso haría que dejemos afuera a una cantidad inmensa de alimentos que también son necesarios.

 

Comparto que excepto el ser humano, ninguna especie de mamífero sigue tomando leche en la edad adulta, pero tengamos en cuenta que tampoco ningún otro mamífero ordeña, habla, etc. Si miramos más allá, el ser humano es diferente en múltiples aspectos. Somos diferentes en la forma de vida, la cultura, el desarrollo cefálico logrado y gracias al cual se alcanzó la inteligencia y las habilidades suficientes para cultivar plantas y criar animales en cautividad (pasando de ser nómades a sedentarios), mejorando la alimentación, facilitando la evolución y alargando la esperanza de vida.

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