Producir XXI, abril 2025
Base forrajera: una deuda pendiente

Ing Daniel Méndez
Adaptado de Bertín, O.D.;
Camarasa, J., Scheneiter, J:O.
y Méndez. D
La producción de forraje de los suelos ganaderos del norte de la provincia de Buenos Aires con el recurso forrajero que normalmente tiene el productor, pasturas degradadas y campos naturales, es bajo. Es posible aumentarla con la incorporación de nuevas alternativas de especies y manejo.

No hay muchos datos reales
La falta de rutinas de toma de datos a nivel predial sobre la productividad forrajera impone una seria limitación a los sistemas pastoriles a hora de evaluar sus resultados productivos y establecer un esquema de mejora. Esta situación obliga para el armado del presupuesto forrajero a recurrir a datos promedios históricos de producción y distribución de materia seca de verdeos y/o pasturas de centros de experimentación oficiales o privados cercanos al campo en cuestión.
Cuando la Info disponible es de lugares no tan cercanos hay una mayor certeza de la menor validez del dato. Pero en muchas oportunidades la existencia de datos locales puede llevar a una falsa sensación de seguridad al suponer que las condiciones de campo son similares a la situación experimental.
Alfalfa, la reina de las forrajeras
Al respecto, las pasturas perennes polifíticas base alfalfa, sin fertilizante nitrogenado y sin riego son recursos forrajeros de alta productividad y estables entre años en el norte de la provincia de Buenos Aires, alcanzando en pasturas establecidas: 15,9 t de materia seca (MS).ha-1.año-1. La alfalfa pura, de grupos de latencia invernal 6-7, en suelos adecuados para su cultivo (capacidad de uso I, II y III), también sin fertilizante, más allá de las correcciones iniciales de fósforo, tiene valores promedio similares: 15,5 ± 2,1 t de MS.ha-1.año-1. Este último valor, sin limitantes hídricas y nutricionales bajo condiciones controladas, puede duplicarse, lo que demuestra el potencial de la especie para producir forraje.
La ganadería desplazada a suelos más pobres
La actualidad muestra, que, debido al desplazamiento de la ganadería a ambientes de menor aptitud, las pasturas como las señaladas han disminuido su importancia relativa en la región. Los antecedentes disponibles sobre la acumulación de forraje de las pasturas de suelos ganaderos o bajos (capacidad de uso VI y VII) sobre la cual se lleva a cabo la ganadería de cría indican valores inferiores. También cambian su composición botánica, ya que de ser base leguminosa (alfalfa) pasan a tener a las gramíneas como especies más importantes. Los datos de acumulación de forraje en pasturas monifíticas sin fertilizantes para festuca alta son de: 5,4 ± 1,9 t de MS.ha-1.año-1 y para agropiro alargado de 4,2 ± 2,1 t de MS.ha-1.año-1 como media general± desvío estándar.
Un importante ensayo en red de INTA
Con el objetivo de analizar la posibilidad de mejora del recurso forrajero en estos ambientes limitantes, el INTA estableció, en 9 partidos del Norte de Buenos Aires (Trenque Lauquen, General Villegas, Junín, Pergamino, Mercedes, Lobos, 25 de Mayo, 9 de Julio y Bolívar), ensayos similares en cuanto a su diseño y metodología de evaluación. Se dispuso de un recurso forrajero propio del establecimiento en suelos bajos, con limitantes principalmente por alto contenido de sodio y en algunos casos, los menos, sales y anegamiento temporal, comparándose el campo natural o pastura degradada usada por el productor con una pastura de gramínea sembrada con y sin leguminosa acompañante y con y sin fertilizante nitrogenado, a razón de 150 kg N. ha-1.año-1 en dos aplicaciones anuales de un tercio en otoño y dos tercios a fines de invierno. En todos los casos luego del muestreo de forraje se utilizó la totalidad de los tratamientos con los animales del campo, en un pastoreo rápido y tratando de utilizar la misma cantidad del forraje disponible que en el obtenido en forma manual.
Un ensayo de años atrás, pero muy vigente
La acumulación de forraje en un ciclo de evaluación: fue bajo con el recurso original existente en el potrero: 3,6 ± 1,18 t de MS.ha-1.año-1 (Cuadro 1). El cambio de recurso por gramíneas puras (agropiro alargado o festuca alta según el suelo) permitió un incremento significativo en todos los sitios analizados en forma separada, que representó un 45,5 % como promedio de todas las localidades analizadas. La incorporación en la siembra de leguminosas (lotus tenuis o trébol blanco según el sitio) a la gramínea no permitió un incremento significativo, pero si lo hizo la aplicación de N (138,5 % respecto al testigo). La presencia de la leguminosa fue escasa en muchos de los casos, excepto en las localidades de Lobos y Mercedes. La aplicación de N aumentó el forraje disponible para los animales en forma significativa desde el punto de vista estadístico. Sin embargo, se debe analizar en primer lugar la muy baja eficiencia del nutriente en acumular forraje en este tipo de pasturas: 4,5 kg MS por kg de N como promedio para estos casos estudiados. Más importante aún, es plantear la alternativa de uso del N en el marco del establecimiento y la mayor eficiencia de otros cultivos y pasturas para un insumo de alto valor actual.
Cuadro 1: acumulación de forraje promedio de los experimentos de evaluación de recursos forrajeros en suelos ganaderos del norte de la provincia de Buenos Aires. Implantación: otoño 2010. datos del ciclo 2010/11.


