Calcio: Esencial para Huesos y Dientes Fuertes
El calcio es el mineral más abundante en el cuerpo humano, y aproximadamente el 99% de él se encuentra en los huesos y dientes. Este mineral es fundamental para mantener la estructura ósea y dental, además de desempeñar un papel crucial en la contracción muscular, la coagulación sanguínea, y el funcionamiento normal del sistema nervioso.
Una deficiencia de calcio puede llevar a trastornos como la osteopenia y si es más avanzada osteoporosis, que aumenta el riesgo de fracturas, especialmente en personas mayores.
Los productos lácteos (leche, queso, yogur), así como vegetales de hojas verdes como el brócoli y las espinacas, son excelentes fuentes de calcio. Además, los alimentos fortificados y el consumo de suplementos pueden ser necesarios en casos de deficiencia.
Fósforo: Estructura y Energía Celular
El fósforo, junto con el calcio, es un componente vital para la formación y mantenimiento de huesos y dientes. Aproximadamente el 85% del fósforo en el cuerpo se encuentra en estos tejidos. Sin embargo, el fósforo también tiene otras funciones esenciales, como participar en la producción de ATP (trifosfato de adenosina), la principal fuente de energía de las células.
Las fuentes de fósforo incluyen alimentos ricos en proteínas como carne, pescado, huevos, nueces y productos lácteos. Además, los granos enteros y las legumbres también contienen cantidades significativas de fósforo.
¿Qué Sucede si Faltan en el Organismo?
La falta de hierro puede causar anemia y debilidad generalizada. El calcio insuficiente aumenta el riesgo de osteoporosis y debilidad ósea, mientras que la falta de fósforo puede generar fatiga, debilidad muscular y problemas en la formación ósea.
El exceso de estos minerales también puede ser perjudicial. Por ejemplo, un consumo excesivo de calcio puede contribuir a la formación de cálculos renales y niveles elevados de hierro pueden ser toxicos.