¿Cuánto contribuye el ganado vacuno argentino a las emisiones globales del planeta?
Los cálculos varían según las fuentes utilizadas, pero oscilaría de 0,09 a 0,15 % del carbono total. Estos números liberan a la ganadería argentina de la crítica y la penalización, más allá que le atribuyan responsabilidad en la destrucción de bosques nativos y la pérdida de biodiversidad. Un tema actual de debate en materia de emisiones ganaderas es la persistencia en la atmósfera del metano liberado por los vacunos y otras especies rumiantes.
Las evidencias demuestran que el metano, gas invernadero varias veces más potente que el anhídrido carbónico (CO2), tiene en realidad una persistencia no mayor a 10 a 12 años en la atmósfera, contra unos 1000 años que se atribuyen al CO2 y los 100 años del óxido nitroso. Además, el carbono de la molécula de metano no proviene de los combustibles fósiles, sino de la fotosíntesis de las plantas que luego consume el ganado. Es decir que los rumiantes no adicionan más carbono, sino que reciclan el que ya existía en la atmósfera.
Analizar el balance y no sólo lo negativo
Si analizamos el balance de carbono debemos mirar tanto las emisiones como el secuestro de carbono. Una pregunta es inevitable: ¿Cuánto carbono pueden capturar y almacenar nuestras tierras de pastoreo, que cubren más del 80 % del territorio nacional? El carbono capturado a través de la fotosíntesis puede ser almacenado en tres compartimentos del ecosistema: la biomasa aérea, la biomasa subterránea y el suelo. La clave está en conocer el balance de carbono neto, es decir, la diferencia entre lo que se gana y lo que se pierde.