Aprovechar al máximo las reservas
Este es un año de pocas reservas y granos costosos. Un combo difícil de manejar, pongamos manos a la obra.
¡Afinemos el lápiz!
En época de vacas flacas necesitamos mantener una buena producción porque los costos siguen en aumento. Hay que defender a capa y espada el estado corporal de las vacas como base de una buena producción, reproducción y salud (bajar la mortandad y los rechazos anuales sigue siendo un tema pendiente en la mayoría de las explotaciones). Por el lado de la oferta, se fue solucionando la disponibilidad de pasto, pero con menos reservas de lo esperado y todo lo que el productor puede “importar” (subproductos y heno) con poca disponibilidad y caro.
Lo primero es cuantificar la disponibilidad mensual de pasto y los requerimientos mensuales, con estos datos tendremos una primera aproximación al balance, y veremos claramente el bache a cubrir, en primera medida con las reservas forrajeras.
Los silajes, pongamos el ojo en la extracción
Al igual que con el pasto, si bien tenemos una estimación aproximada de la disponibilidad, puede ser de utilidad tratar de afinar la estimación. Es sencillo en el caso de los bolsones, basta con marcar 10 metros de bolsa e ir registrando el consumo diario con la balanza del mixer ya sea en planilla o con la memoria misma de la balanza. De esa manera aproximamos mejor los kg por metro lineal de bolsa y después “tranqueamos” los bolsones.
En estas condiciones el aprovechamiento se vuelve fundamental, y debemos hacer hincapié en la extracción del silaje para minimizar las pérdidas. Rascar el frente de arriba hacia abajo, no clavar la pala abajo y empujar que desmorona todo, y al desmoronar el material se oxigena y levanta temperatura… ese calor son calorías que pagamos y que se van a la atmósfera en vez de transformarse en leche. Los silos mejor confeccionados, mejor pisados, mejor tapados e inoculados son los que tienen menos pérdidas. Estas pérdidas de energía son enormes, en condiciones normales un frente de silaje caliente perdió un 15 a 20% de la energía disponible si lo comparamos con una muestra del interior del silo. 20% de energía perdida es 10-15% menos de leche, unos 10000 a 15000 litros menos por bolsón, por poner un ejemplo.
Silo inoculado es mejor y con menos pérdidas
El silaje inoculado conserva siempre más energía que el no inoculado, y si el inoculante es adecuado, pierde menos energía en la extracción, por lo que siempre es conveniente, y más en años complejos.
Un tema no menor es que en los momentos de crisis no andamos con cuidados y “va todo” al mixer, incluso la capa de silaje en mal estado, con hongos, y muy probablemente con micotoxinas. En tal caso, analizar micotoxinas e incluir un atrapante de micotoxinas es fundamental sobre todo cuando pensamos que la mayoría de las micotoxinas tienen un altísimo impacto en la producción, reproducción y en la salud de las vacas.
Heno, un comodín para el sistema
Ya sea propio o comprado, la mejor manera de aprovecharlo es picado y mezclado con la ración del mixer. Y no sólo por las pérdidas que se dan en el portarrollo, sino porque también mejora la digestión total de la dieta.
En caso de crisis casi cualquier heno sirve, pero siempre debemos priorizar el heno de mayor calidad para las terneras menores, la vaca de alta producción, y el heno sin leguminosas para el preparto.
Pensemos también el heno como un aporte de flexibilidad al sistema. La cantidad de silaje de la que disponemos anualmente no es demasiado flexible. Lo que tenemos, es lo que hay, con la salvedad de intercalar si se puede algún cereal de invierno para picar, o comprar algún lote vecino. Con el heno tenemos la posibilidad de mes a mes ir comprando y de esta manera ir “estirando” el silaje y el heno usado en dosis bajas, menos de 4 kg por vaca día. Esto es bastante menos engorroso de manejar desde el punto de vista operativo que quedarnos completamente sin silo y depender de heno como única fuente de fibra.
Subproductos
Si se dispone de mixers e instalaciones adecuadas se pueden usar subproductos que aporten fibra y proteína (malta, gluten feed), si bien tienen un costo elevado por kg de materia seca, hacen un aporte substancial de varios nutrientes clave permitiendo incluso ahorrar forrajes. Como desventaja, al ser húmedos sufren mucha merma por lo que es fundamental tener instalaciones adecuadas, o trabajarlos embolsados.
Se debe tener en cuenta que al bajar el consumo de pasto baja la disponibilidad de proteína de calidad, y esta debe ser suplementada para mantener la producción de leche y proteína. En tal caso los subproductos proteicos son claves balancear la dieta, y si se usa un alimento balanceado en sala, reforzar en el mixer aportando proteína a los forrajes base.
Los subproductos fibrosos (descartes de marlo, cáscaras, etc.) son de muy baja disponibilidad, pero suelen aparecer y son útiles en la dosis adecuada, estirando el silo tal como se planteó con el heno.
En la actualidad tenemos disponibles otras fuentes de proteína como lo son los alimentos líquidos, que combinan energía y proteína siendo interesantes por su simplicidad de uso (tanques portátiles y sistemas tipo “ducha” para cargar el mixer) haciendo un aporte muy interesante de ambos nutrientes. Otra fuente de proteína que debemos evaluar adecuadamente son las llamadas “urea protegida” o “urea de liberación lenta” la cual nos permite hacer un alto aporte de proteína con pocos gramos por animal, sin riesgos de intoxicación y a un muy bajo costo por unidad de proteína. Los costos elevados de las proteínas vegetales (soja, girasol, etc) hacen interesantes estas fuentes de proteína en la ecuación de la dieta.
Por último, el pasto es el principal aporte de vitaminas y minerales… cuando la vaca come por lo menos 7 – 8 kg de materia seca de pasto. Principalmente el silaje ya sea de cultivos de verano o invierno, es muy deficitario en la mayoría de los minerales y vitaminas de importancia, por lo que es importante cubrir este déficit, ya sea con un premix para el mixer o reformulando el alimento balanceado.