Falleció el 24 de enero víctima de una larga enfermedad, y dejó un gran legado: una buena familia, cantidad de amigos y una pujante empresa, Pagano S.A. Una industria familiar que fundó en 1968 vendiendo sus productos puerta a puerta y hoy exporta a 12 países.
A los 20 años Ricardo se casó con Mirta tienen dos hijos, Sebastián, abogado, y Rafael, diseñador Industrial. Ambos trabajan en la empresa fundada por su padre. Tuvimos mucho trato en la época del Departamento de Asistencia Técnica a los Productores de La Serenísima, trabajando juntos en la difusión del pastoreo rotativo con los carretes de gran calidad que siempre fueron su orgullo. Allí descubrimos en Ricardo a un hombre de enorme calidad y a un empresario de gran valor. Nuestro más sentido pésame a familiares y amigos y a sus colaboradores en la empresa.
Luis Marcenaro