Consociaciones forrajeras novedosas y eficientes
Alternativas para mejorar la eficiencia en la producción de pasto
Ing. Osvaldo Panero
opanero@smartcampo.group
Es muy común encontrar praderas consociadas de leguminosas y gramíneas templadas, ¿por qué no plantearnos consociaciones entre leguminosas tropicales y gramíneas megatérmicas?
Consociaciones para todas las zonas geográficas
La siembra de praderas polifíticas ha sido una cultura muy desarrollada a lo largo de los años en la región central, no solo para ganadería de carne sino también para la producción de leche. En los últimos tiempos podríamos decir que esta práctica se ha ido generalizando y ya abarca todas las regiones.
A partir de la mejora genética en las alfalfas, la práctica viró hacia cultivos puros. Pero luego el fenómeno de expansión de la agricultura, llevo a la ganadería a ocupar sectores más marginales inclusive dentro de un mismo establecimiento, y es allí donde las consociaciones nos aseguran mayor persistencia y la posibilidad de encontrar más adaptación a microambientes.
Por lo tanto es común en la actualidad hablar de praderas consociadas entre especies templadas, tanto gramíneas como leguminosas. Pero ha sido muy poco difundida la utilización de consociaciones entre las otras especies, las más adaptadas a la zona subtropical/tropical, que son las gramíneas megatérmicas y las leguminosas tropicales que hoy comienzan a tener mayor protagonismo en Argentina.
Consociaciones para las zonas de transición
Ahora ubiquémonos geográficamente en el área central del país, que podemos definir como subtropical o templada con veranos cálidos. Es aquí a donde la frontera de las especies se corre y podemos plantearnos consociaciones mixtas, de especies tropicales con adaptación al frío o de templadas perennes con tolerancia a encharcamientos o a altas temperaturas, o también anuales con facilidad de resiembra.
A continuación, proponemos algunos ejemplos de mezclas de especies y recomendaciones técnicas realizadas para distintos establecimientos de la zona centro-norte de Santa Fe, en el departamento San Cristóbal:
- Lotes degradados, con alta salinidad y poca cobertura: 6 kg/ha de Grama Rhodes Katambora más 4 kg/ha de Melilotus.
- Lotes de altura y salinidad intermedia: 6 kg/ha de Grama Rhodes Katambora más 3 kg/ha Grama Rhodes Callide.
- Lotes de altura de alta fertilidad y salinidad intermedia: 6 kg/ha de Grama Rhodes Katambora y 4 kg/ha de Panicum Coloratum Klein
Siembras de primavera o final del verano
La fecha de siembra va desde mediados de octubre hasta aproximadamente el 20 de diciembre. Luego es conveniente suspender las siembras dado que enero suele ser un mes con déficit hídrico pronunciado, a partir de febrero se pueden retomar las siembras hasta fines de marzo.
La incorporación de Melilotus en primavera obedece a la necesidad de mejorar la cobertura y lograr que el recurso forrajero semille durante el periodo de formación de la Grama Rhodes y se implante nuevamente durante el próximo otoño. Además sus raíces permiten una exploración profunda del suelo y mejorando la infiltración. De esta manera estamos incluyendo gramíneas megatérmicas con una leguminosa templada como es el Melilotus, pero de gran adaptación a la zona y con tolerancia a salinidad.
El planteo forrajero se complementara también con pasturas de verano anuales de aprovechamiento rápido como Moha más Lespedeza Striata, una leguminosa tropical que se adapta bien a suelos con anegamientos intermitentes.
Metodología para la siembra
La condición fundamental es la siembra superficial, ya que todas son semillas de estas especies son de tamaño muy reducido. En el caso de utilizar maquinas de siembra directa, como se puede ver en la Foto 2, es necesario anular los tapadores.
