Producir XXI, noviembre 2024
Las picadoras más vendidas del mundo se fabrican en Alemania desde hace 50 años
CLAAS festejó los 30 años de JAGUAR en Sunchales
Más de 200 productores, cooperativas y contratistas se reunieron en los festejos por el aniversario de la picadora de forrajes más vendida de la Argentina y el mundo. Un poco de historia y la invitación a seguir pensando en grande.
Para homenajear a quienes en 1995 se arriesgaron a incorporar una tecnología disruptiva que cambió la forma de hacer leche y carne en el país, CLAAS Argentina reunió en su sede de Sunchales, Santa Fe, a los protagonistas de los últimos 30 años del picado forrajero. ¿Cuál fue el rol de las cooperativas tamberas y de los contratistas en el cambio de un modelo productivo basado en la tecnología que llevó la superficie de picado de las 80.000 hectáreas en 1994 a los casi 2,5 millones de hectáreas de la última campaña?
Hablar de la historia de las JAGUAR es hablar de la historia del picado, y de CLAAS en Argentina. Todo comenzó hace 50 años en Alemania, con la primera picadora autopropulsada, la JAGUAR 60 SF, y continuó en el país a mediados de los años 90, con las primeras JAGUAR 800 que llegaron a la Argentina.
Fue un efecto contagio. En 1993, en Villa Allende, Córdoba, Marcelo Tonolli, junto a su padre y su hermano, eran usuarios de una JAGUAR de arrastre que ya hacía la diferencia. En 1995, vieron una JAGUAR 880 autopropulsada en un catálogo y decidieron ir por ella. Pasarían de 1 surco a 8. El entusiasmo por producir más y mejor forraje también estimuló a Raúl Zampieri, asesor de Noya y Asociados que, desde Tránsito, Córdoba, decidió ir por una JAGUAR 860, a los que se sumaron los productores de la cooperativa Agrupación 2000, de Porteña. Ellos fueron los tres compradores que adquirieron las primeras picadoras autopropulsadas nuevas que llegaron al país.
Un año después, otras 13 máquinas ingresaban a la Argentina, en su mayoría adquiridas por cooperativas lecheras vinculadas a SanCor. Esto hizo que la empresa Integral Insumos S.A., dependiente de SanCor, se transformara en la representante en Argentina de CLAAS. Así comenzó una historia de revolución y crecimiento productivo que, de la mano del ensilado, cambió los modelos de negocio, fortaleció el rol del contratista forrajero y confirmó el liderazgo de las más de 900 picadoras JAGUAR que pisan el suelo argentino.
Este gran aporte que hizo la tecnología para la confección de forrajes conservados a la lechería se extendió rápidamente a la ganadería y fortaleció la figura del prestador de servicios. Luciano Toldo no sólo es un histórico usuario de la marca sino también el contratista forrajero que preside actualmente la Cámara que los nuclea (CACF) y que reúne a más de 700 empresas del rubro. “Fuimos testigos de la transformación de la lechería. Antes el precio de la leche dependía de la estacionalidad vinculada a la provisión de pasto natural. Con los forrajes conservados en cantidad y calidad los tambos pudieron estabilizarse. Esto se extendió luego a la ganadería de carne. Fue tremendo y CLAAS estuvo acompañando desde el primer momento”, recordó Toldo.
30 años después, la tecnología sigue perforando los techos y agrandando campos. “Hoy los productores argentinos gozan de los mismos avances que sus pares del mundo, en el mismo momento. Tenemos a disposición las orugas de goma, motores que responden a los niveles de polución más exigentes del mundo, máquinas que ofrecen cuatro formas distintas de ser manejadas de acuerdo a los tipos de operarios, que piensan solas, con el menor consumo de combustible, con aceites hidráulicos que duran 3000 horas, que analizan la calidad del picado en el mismo momento en que lo está procesando, sistemas de telemetría en constante evolución que permiten otros niveles de productividad…”, enumeró Reynaldo Postacchini, vicepresidente de CLAAS Argentina.