La genética modernizó las festucas

La  festuca es una gramínea templada de gran plasticidad y rusticidad y de gran importancia económica en buena parte de los sistemas ganaderos argentinos de la región pampeana templada húmeda.

Adaptabilidad ambiental

La festuca es de gran plasticidad y rusticidad. Si bien prefiere climas templados fríos, es plástica dentro de ciertos límites respecto a las temperaturas, vegetando productivamente en climas templados húmedos preferentemente. El límite norte de su área de mejor adaptación en la Argentina estaría definido por el paralelo de 30º S, a la altura de Rafaela,  mientras que el límite sur serían los 33º de latitud, al oeste 62º de longitud, estos últimos coincidiendo con la isohieta de 500 mm.

Los ambientes con mayor adaptación son aquellos que tienen una temperatura mínima media del mes más frío inferior a 4°C;  temperatura media del trimestre más frío y más seco inferior a 9°C, temperatura media inferior a 16°C y precipitación del trimestre más húmedo de alrededor de 100 mm.

En virtud de lo mencionado, es esperable que la persistencia sea afectada por situaciones ambientales de altas temperaturas en condiciones de sequía, especialmente si su manejo no es el apropiado.

Influencia varietal en la calidad de forraje

Es bien conocido que el desarrollo genético varietal ha permitido mejorar sensiblemente la calidad del forraje que las nuevas variedades de festuca permiten ofrecer (ver cuadro N° 1). Hojas largas más suaves son indicadores de buena calidad.

Cultivares modernos: deben pastorearse con más frecuencia

Según algunos estudios (Agnusdei, y otros), se ha determinado que algunos cultivares modernos tienen una vida media foliar más corta, con lo cual el manejo de defoliación debería ser diferente y acorde a esta reducción, ya que en el caso del cultivar moderno, las hojas viven menos y envejecen más rápido, con lo cual la caída de la digestibilidad es más pronunciada.

Esto se ha comprobado mediante una comparación entre el cultivar de hojas rústicas “Palenque Plus” y otro “moderno” de hojas flexibles en primavera, donde la vida media foliar del primero fue de 632°/día, mientras que para el segundo fue de 490°/día. Esto significa que para una temperatura media de 15°C, el período entre pastoreos recomendado para Palenque Plus sería de 44 días, mientras que para el cultivar “moderno” rondaría los 34 días para iguales condiciones.

Lo mencionado deja claras evidencias de que el utilizar cultivares modernos requiere un manejo acorde a la tecnología elegida. Si ambos cultivares se utilizaran siguiendo el patrón de frecuencia de pastoreo acostumbrado para el caso de cultivares más rústicos, representados en este caso por Palenque Plus, el uso de un cultivar como el  “moderno”, deja de ser una ventaja y se transforma en una desventaja. El forraje tendría aún menos calidad que el cultivar rústico por un mayor envejecimiento comparativo de sus hojas.

Izquierda: Porte semierecto de festuca continental. Derecha: Porte erecto de festuca mediterránea.

  • El avance genético en términos de cultivares con ventajas es notable en los últimos años. Puede contarse con variedades capaces de aportar forraje de altísima calidad pero que requieren manejos apropiados que permitan materializar estas ventajas. Si la conducción no es la apropiada, esas ventajas no sólo no se manifiestan, sino que incluso pueden tornarse en aspectos negativos que compromete la calidad buscada e incluso la productividad.
  • Por otro lado, para robustecer a estas características destacadas, el conocimiento de la ecofisiología en general de la especie, y particular de la variedad elegida, requiere ser sincronizada con el momento del año considerado para potenciar el rendimiento de la festuca y su supervivencia, de modo que se cumpla con las expectativas planificadas para el caso. Este punto lo abordaremos en una próxima nota.

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