¿Cuánto gas efecto invernadero producen los bovinos?
El ganado bovino, vacas de tambo y de cría, toros, novillos, etc., son rumiantes y en el proceso de rumia transforman la fibra de forrajes que no alimentarían a humanos como valiosas proteínas de alto valor nutritivo. Así los rumiantes cumplen una extraordinaria tarea en la naturaleza y alimentan a mucha gente, pero en ese proceso también producen “gases efecto invernadero”. Estos gases son parte de los que finalmente generan el problema del llamado “calentamiento global” que está provocando el cambio climático.
Los rumiantes mandan al ambiente gases de diversos tipos, tales como el dióxido de carbono (CO2) y el metano, que afecta mucho más que el propio dióxido pero que se lo expresa con su equivalencia en dióxido y a esto se lo llama “huella de carbono”.
Está de moda criticar la producción y consumo de carne y leche, seguro que no por mala fe sino simplemente por ignorancia. Por ejemplo, la ignorancia del notable aporte que realizan las proteínas animales de alto valor biológico para el buen desarrollo físico y mental de los niños de corta edad, aclarando siempre que por lo menos hasta los 9-10 meses de edad lo mejor sin dudas es la leche materna. También mucha gente ignora las notables virtudes del calcio de la leche, fundamental en la etapa de la adolescencia en que se produce el mayor crecimiento de la estructura ósea o para la prevención de la osteoporosis, que tanto afecta en especial a las mujeres adultas. Hasta para personas que buscan adelgazar se han comprobado efectos positivos del calcio de la leche. Y no podemos olvidar del aporte de proteínas también de las carnes, recomendadas siempre con un consumo razonable.
Repasemos algunos aspectos que nos permiten dimensionar en su justa medida ese efecto negativo de la ganadería generando gases efecto invernadero:
- En el año 2006 la FAO, rama de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación, publicó un informe donde marcaba que los rumiantes, incluyendo bovinos, ovinos y caprinos, eran responsables del 18% del total de gases efecto invernadero en el mundo. Posteriormente la misma FAO rectificó ese dato asignándole a los rumiantes una participación mucho menor.
- En el 2015 en USA, investigadores de la Agencia de protección ambiental recalcularon el tema y llegaron a que el total del sector agropecuario de ese país llegaba a generar el 4,2% de los gases de efecto invernadero de EEUU., y de ese valor, la ganadería de carne era el 2,2%.
- En 2017 también en USA, se realizó un cálculo mostrando que si toda la población de ese país dejara de consumir carne, algo muy poco probable por cierto, la emisión de gases efecto invernadero bajaría sólo el 2,6%.
- Pero los bovinos deben ser considerados en conjunto con los forrajes verdes de los que se alimentan. En Brasil unos 350 investigadores del EMBRAPA (el INTA de su país) estudió el balance entre el dióxido de carbono que absorben las forrajeras del campo cuando al hacer fotosíntesis crecen y generan alimento para los rumiantes, y los gases que esos animales producen. Y ese balance resultó positivo, es decir que en realidad los bovinos no perjudican el ambiente si están en sistemas de base pastoril bien manejados.
- En 2018 otro estudio en USA reconfirmó las conclusiones del EMBRAPA de Brasil, siempre que la producción y manejo de los forrajes sean bien realizados. De hecho, ya hay en USA premios económicos a los ganaderos que lleven adelante su producción en pastoreos bien organizados, respetando a las plantas y al suelo. Esos premios se fundamentan en que de esta forma la producción no es perjudicial sino beneficiosa.
Como vemos, hay mucho que estudiar y analizar sobre la ganadería de carne y leche y su vinculación con el ambiente. Siempre se pueden incorporar tecnologías más adecuadas que vayan surgiendo y está muy bien que se haga, pero el camino no son las posiciones extremas sino los avances hacia mejores opciones productivas.
Hasta la próxima
Ing Luis Marcenaro
Director de Producir XXI